De la Serie Confinamiento CV19.
Tinta china/ papel cansino.
2020.

Tiempos de confinamiento que sirven para hacer nuevos trabajos y acercarse a otras propuestas, pues ni el aislamiento social ha podido desterrar la creatividad. Para muchos, este período de encierro por la pandemia del coronavirus se ha convertido en ciclos de reflexión y de una producción artística que hubiese sido diferente en circunstancias normales. En tanto, los hogares se han convertido en recintos para crear, espacios domésticos e íntimos donde desarrollar imágenes que versan sobre estados de ánimo y las incertidumbres que asechan.

Por estos días en los que la pantalla de nuestras computadoras y teléfonos se ha convertido en una ventana al exterior, la artista Isolina Limonta convierte las plataformas digitales en una puerta para mostrar sus producciones como vía para confrontar los sucesos que acontecen, en una especie de emergencia o vorágine a nivel psicológico. Como una simbiosis entre la realidad antes del virus y la actual, con la incertidumbre de tener que bregar en un mar de contenidos, nuevas formas se empoderan y hablan de sentimientos. El propio título de la serie es muy esclarecedor; el distanciamiento social es tomado como epicentro de la preservación de la vida humana, pero también una norma para que rompamos a través de ventanas, balcones o pantallas con el encierro y nos enfrentemos entre formas a una cercanía emocional. 

Estar tanto tiempo encerrados puede ensombrecer nuestros horizontes. La reconexión con el exterior y el ejercicio de introspección es una de las apreciaciones que llega desde las vivencias de quienes le pega más fuerte el aislamiento y esta cotidianidad, por lo que arte es usado como una opción viable para experimentar la libertad.

Confinamiento CV19; dibujos que, por sus líneas, todo aquel que sigue la obra de Isolina, reconoce. Imágenes metafóricas en días de cuarentena, donde la soledad se refleja en formas cotidianas entre edificaciones, rostros cual dureza del encierro o gritos de otredad, dejando para las piernas el encadenamiento de los pasos que truncan cualquier ansia de libertad.

Ante la inmovilidad que obliga las circunstancias, la cultura y el arte, hallan sitio en la esfera virtual. Cada día una crónica dibuja la escena de nuestra realidad, la vida nos reta constantemente a evolucionar y a transformarnos. Y el arte, sin duda, es una vía de expresión que nos guía y nos representa en cada proceso. Por eso, aun estando aislados continuaremos delineando caminos.