Tierra de leyendas y tradiciones, y aunque no son privativos de este territorio; Santa María del Puerto del Príncipe hoy Camagüey; los tinajones se insertan en su herencia alfarera desde el año 1600.

Símbolos de permanencia y usanza, refugio para combatientes de las guerras independentista o historias de amor circundan sobre estas vasijas como elementos representativos de la región, teniendo como antecedente la vasija o aljibes andaluces. Por lo que, la confección de las misma en barro rojo proveniente de la Sierra de Cubitas, respondía al uso primero como almacenamiento para aceites, granos y líquidos, y luego, para acumular agua fresca de lluvia, encontrándose la mayoría en patios y jardines.

En esta urbe se dio cita la VIII edición de la Fiesta del Tinajón, con el objetivo de dinamizar el espíritu cultural de la región. Festejos que durante 5 días tuvo como principales escenarios el Casino Campestre, el patio del Centro Cultural Caribe y La Nariz del Payaso. En tanto, los eventos teóricos sesionaron en el Café Literario La Comarca, la Casa del Joven Creador y la Asociación Hermanos Saíz.

Concebida como un encuentro de los habitantes camagüeyanos con su cultura, la “Fiesta del Tinajón” tuvo como primicia exhibir los valores culturales, históricos y las tradiciones de la ciudad agramontina. Donde el hacer de artesanos y alfareros frente al público fue uno de los atractivos de este evento que mostró tinajones de varios tamaños, confeccionados con diferentes técnicas.

La cita estuvo dedicada a los 46 años de vida artística del músico y fundador del evento Adalberto Álvarez - el Caballero del Son - y a los 35 de su orquesta. Manteniendo los objetivos primaros del encuentro artístico, con la participación de plurales instituciones y manifestaciones del arte, albergar actividades como presentaciones de libros, conciertos y actuaciones teatrales para el público infantil, fue motivación y empeño.

Vuelve así, una de las ciudades más absorbente y cautivadora de la Isla de Cuba, a vestirse de fiesta. Con atractivas opciones y la impronta de espacios recreativos, la Fiesta del tinajón dejó cautivo a todos los visitantes por la calidad, el ingenio del evento, la belleza de la ciudad y la oportunidad de compartir con los músicos que se sumaron a la cita de esta tierra de importantes artistas, sorprendente por el mundo onírico que muestra, donde abunda y encuentra lugar, la vasija de barro.