Edén Habana: Reyneiro Tamayo

La Giraldilla. Técnica mixta sobre lienzo.

El humor, la historieta y el cartel se entremezclan en una propuesta que pone sobre relieve retratos de figuras imprescindibles para la historia de esta Isla. Un juego con los tiempos donde personajes de diversas épocas y esferas profesionales han dejado su impronta y se han hecho eco de la cultura cubana. Mezcla de inicio y continuidad, la obra de Reynerio Tamayo es una diáfana relación con lo popular y la parodia, elementos que unidos al lenguaje de los comics se integran cual modelado de su trabajo, convirtiéndose en recurso fundamental de su poética.

Es así como a partir del reciclaje, la cita y singulares retratos de la sociedad, Edén Habana se construye cual crónica y descubre en mezcla de agudeza y lirismo, encontrando su realización en universos cotidianos y en muestras de la escena nacional. Por ello, el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, cede una de sus salas hasta mediados del mes de diciembre, a favor de la universalidad de la historia y para resaltar lo que acontece en esta emblemática zona geográfica.

En 23 obras donde lo cubano se hace arte y va tomando signos de vitalidad, Tamayo logra expresar las múltiples miradas acerca de la realidad cubana, a través del retrato y entre mixtas sobre el lienzo, comienza a contar historias paralelas en un lenguaje extraverbal.

Más allá de problemáticas, críticas sociales o políticas, existe un deleite o fórmula para hablar sobre la realidad de esta ciudad que no le es ajena y que interpreta desde y por la posibilidad que le confiere el humor. Su obra vive y siente al límite cada transformación o necesidad, ya sea literaria, musical o de otra índole, pues el compromiso y las interrogantes de su mundo, están plasmadas en los cuadros que son su forma de decir sin palabras; esencia de su naturaleza excepcional, modo de ver la vida y en virtud técnica del oficio, unido a un ingenio fabulador como constantes de su discurso, pero además en la permanencia sobre este lado del mundo a pesar de sus andares.

Con la singularidad de su universo estético, esta serie es una puerta para que cubanos comunes y personas que engrandecen el sentimiento y el espíritu de La Habana, conformen la compleja escenografía de la ciudad. Exhibición que reafirma la versatilidad y laboriosidad, siempre a tono y sin dejar a un lado el pensamiento incisivo que en el trascurso de su hacer atemperó su manera de representar la vida insular, mientras su pintura alcanzaba mayor intensidad y protagonismo. En tanto, la apertura hacia temas universales se acentuó con el decursar del tiempo, revelando una vocación humanista enfocada en la observación crítica de problemáticas que permean al mundo contemporáneo. Pues la naturaleza de su discurso, reparó en formas más complejas del humor, buscando sacar de la dura realidad, la más inteligente de las sonrisas.