La última ópera compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart, “La Clemencia de Tito” fue llevada a las tablas en la Sala García Lorca del Gran Teatro de la Habana “Alicia Alonso”, como inicio del Festival Mozart-Habana, a celebrarse hasta el próximo 2 de noviembre.

Con puesta en escena y dirección artística de Carlos Díaz, el acompañamiento musical a cargo de la Orquesta Sinfónica del Liceum Mozartiano - integrada por cuerdas, flautas, oboes, clarinetes, un corno di bassetto, fagotes, trompas, trompetas y timbales- bajo la dirección de José Antonio Méndez y Ulises Hernández, en dos horas y media, el tenor brasileño Gustavo Quaresma, la Schola Cantorum Coralina y el Coro de Cámara de la Universidad de las Artes, completaron la escena.

1791 fue el año del primer estreno de esta ópera compuesta por encargo que debió estar lista en cuatro semanas, para la coronación en Praga de Leopold II como rey de Bohemia. Según historiadores, la pieza fue escrita bajo una gran presión por la falta de tiempo, pues Mozart estaba inmerso en otras dos obras “La flauta mágica” y el “Réquiem”.

En sus inicios la ópera no tuvo la aceptación de la crítica, decían que era una obra fría, con la rigidez de la ópera seria, estatuaria, otoñal, muerta, señalando la falta de entusiasmo del compositor por un tema que no le interesó. Solo fue popular y revalorizada años después de la muerte de Mozart, siendo considerada como muestra el refinamiento, nobleza y calor a una nueva clase de estímulo, en la que se representa los sentimientos a través de los recursos del canto abstracto y en la que se expresa la psicología de los personajes exclusivamente en términos musicales, en áreas de carácter maravilloso.

La pieza fue representada en lengua alemana en Dresde, Kassel y en Weimar y en italiano en Viena, en el siglo XVIII, estando de vuelta a la escena desde las últimas décadas del siglo XX, por la belleza de la partitura, entrando en los escaños de las cien óperas más representadas en el período 2005-2010.

Con libreto de Pietro Metastasio (1734), quien se basó en algunos breves fragmentos de la Vida de los Césares de Suetonio, considerado uno más logrados del autor. La trama original se desarrolla en Roma, en la época del Imperio, siendo la obra una muestra del poder, intrigas y traiciones finalmente perdonadas. En la que en dos actos muestra la imagen de un gobernante recto pero clemente con su pueblo - incluso ante un intento de asesinato contra su persona - en la que se muestran los profundos conflictos entre la amistad y las razones de gobierno.

Por esta vez, "La Clemencia de Tito" fue llevada a las tablas desde el enfoque contemporáneo del dramaturgo Norge Espinosa Mendoza. Una historia afrocubana se adueñó de la escena y fue representada las jerarquías de la religión africana. El carácter novedoso y la espontaneidad fueron la  propuesta de cada uno de los actores de esta puesta, para el disfrute del arte escénico y la música en el festival.