Libros digitales en Cuba: la resistencia ya se está rompiendo (Parte II y final)


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Leer: Libros digitales en Cuba: la resistencia ya se está rompiendo (Parte I)

 

Cubaliteraria es la única editorial del Instituto Cubano del Libro concebida para la promoción de la literatura nacional en formato digital; desde el año 2018 desarrolla el notable proyecto Cubadigital, que sesiona en cada Feria Internacional del Libro del país; hoy, esta institución lidera el Programa Nacional de Desarrollo del libro digital en la Isla, una tarea ardua, ineludible y preciosa a la vez.

Yaremis Pérez Dueñas, es la joven directora de esta casa editorial; con ella conversó largamente el Portal Cubarte, luego de terminada la reciente edición de FILH Cuba 2022.

¿Qué propósito fundamental tiene el Programa Nacional de Desarrollo del libro digital en Cuba que lidera Cubaliteraria?

El Programa Nacional de Desarrollo del libro digital en Cuba, tiene como propósito fundamental poder ayudar a las editoriales cubanas en el empeño de alcanzar un crecimiento en calidad y cantidad, de la producción del libro digital y que este se desarrolle.

Este programa ha sido concebido sobre la base de un diagnóstico realizado acerca de la producción del libro digital en Cuba en los últimos tres años, y de las encuestas que ha aplicado en las últimas cuatro ediciones de FIL el Observatorio Cubano del libro y la lectura.

Ambas herramientas arrojaron que nuestras editoriales realizaban una producción baja de libros en este formato, que no se correspondía con su plan de producción de libros impresos en papel, ni a la literatura que tenían posibilidad de editar, y tampoco al interés del ICL de poder brindar más literatura en formato digital, tanto en el territorio nacional como durante la participación en ferias del libro de otros países.

Las encuestas del Observatorio demostraron la insatisfacción de muchos lectores que no podían hallar una literatura cubana sólida en digital, podían descargar muchos libros de autores foráneos, clásicos universales, pero ni siquiera contemporáneos cubanos.

A partir de estas realidades comprobadas comenzamos, el ICL y nosotros, a preparar, el Programa Nacional, para impulsar la edición en este formato y llegar a contar con una producción fuerte y real de nuestras editoriales.

El programa está pensado para desarrollarlo durante tres años, partiendo del presente, en el que lo estamos comenzando a poner en práctica, y culminará en el 2025; hemos definido que necesitamos medir los primeros resultados para ir modificando las conductas a seguir, mantenerlas o reforzarlas.

Entre las acciones principales del programa figura, en primer lugar Cubadigital, que es el proyecto más abarcador y del que podemos servirnos para llegar a todas las editoriales, empresas e instituciones asociadas a la producción del libro digital en el país.

La convocatoria al concurso Leer + digital para las editoriales, es también una actividad significativa, pues es una vía para medir, explorar y saber que están haciendo las editoriales en materia de producción de libros digitales.

Convocamos a este certamen, a libros en formato ePub (acrónimo de la expresión inglesa Electronic publication), porque es el formato más utilizado ahora mismo, el más accesible.

 Este año fue la segunda edición y tuvimos mayor participación que en el precedente, cerca de cincuenta obras concursaron, y el premio se lo llevó la editorial Capiro, de Villa Clara, pero nos damos cuenta que aún las editoriales tienen mucho que aprender, que consolidar, en cuanto a la manera de realizar los libros; el concurso nos sirve para enfocarnos en cuáles son las necesidades para las futuras convocatorias.

Nuestra intención es que Leer +digital se consolide, sea legitimado y reconocido como parte del sistema de los Premios Nacionales de la Cultura del país, esperamos que así sea, porque además es el único certamen que premia libros digítales y que puede motivar a las editoriales para incentivar la producción.

Todavía en el país persiste una resistencia a considerar el libro digital como una obra, igual que el libro impreso; por ejemplo en premios como el de la crítica, es muy difícil que el jurado entienda que el libro digital también puede ser considerado.

¿Cuáles acciones ha desplegado Cubaliteraria para apoyar la preparación profesional de los hacedores de los libros electrónicos en las editoriales del país?

Cubaliteraria está desarrollando ahora mismo un taller de preparación para los hacedores de libros digitales; esta es una acción que consideramos fundamental.

Unos meses antes de iniciar la pandemia comenzamos a prepararnos, hablo de los editores de Cubaliteraria, porque aunque quizás alguien no lo crea, nadie ha venido a enseñarnos a hacer libros digitales, hemos tenido que aprender sobre la base de nuestras propias experiencias, llevando un libro a digital hasta el final, equivocándonos, volviendo a empezar y rectificando los errores; así hemos aprendido y hemos ido escribiendo cada paso, porque no encontramos ninguna guía aunque sí existen muchos tutoriales en YouTube, pero no adaptables a la realidad nuestra.

Luego vino la pandemia, tratamos de conformar un curso-taller para editores, diseñadores y otros profesionales de las editoriales, pero no podíamos ni siquiera dar el curso presencial, por el tema del distanciamiento necesario; decidimos grabar este curso y lo estuvimos haciendo durante el año 2021 con la colaboración de la empresa Cinesoft, que es la que atiende todos los medios audiovisuales del Ministerio de Educación.

A principios de este año terminamos el producto que está ubicado en el canal de Cubaliteraria en YouTube para que todos los interesados lo puedan descargar; es un curso de seis clases de veinte minutos cada una. Es un ABC, para que todo aquel que tenga un mínimo de conocimiento de cómo es el proceso creativo y productivo editorial pueda adquirir las herramientas básicas para realizar un libro sencillo o intentarlo.

En el pasado mes de marzo, comenzamos a dar este curso-taller de tres días dirigido básicamente a editores, diseñadores y programadores; lo dimos tres veces en el Parque Tecnológico.

 En el presente mes de junio desarrollaremos este taller en la zona occidental del país, en Matanzas; luego en el centro, en Santa Clara, y en julio se realizará en Guantánamo; se realizará una semana en cada provincia y participarán editores, diseñadores y programadores de las editoriales de cada región.

Hemos conocido que Cubaliteraria y su proyecto Cubadigital participaron en las ferias del libro de varias provincias. ¿Regresa del periplo esperanzada o preocupada?

Efectivamente, visitamos los eventos de Artemisa, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Camagüey, Santiago y Guantánamo, y creo que Cubaliteraria regresa un poco preocupada y esperanzada también, porque si miramos el recorrido corto que hicimos en el 2020, observamos que hemos avanzado en una mayor conciencia de la necesidad que tiene el país de realizar libros digitales y otros productos digitales, a tono con el desarrollo de la tecnología y con el crecimiento en el uso de las redes sociales, pues hoy no se concibe la promoción, ni siquiera de ningún evento institucional si no está acompañado de las redes sociales que son ya un mecanismo más para poder llegar a los lectores y al público en general.

Hemos detectado un incremento, pequeño, en la producción de libros digitales y en cómo poco a poco se identifica la necesidad de tener un espacio para la literatura digital dentro de las ferias de cada territorio, ya se destina en el programa un momento a la literatura en este formato.

Pero, a la par, nos hemos dado cuenta de que tenemos un largo camino por delante, en el que tenemos que seguir acompañando a las editoriales, pues este proceso no está bien conformado en todas las provincias.

¿Según su apreciación, cuál de las visitadas es la que más ha adelantado en este interés?

Villa Clara, en cuanto a organización, concepción, búsqueda de lectores, interacción con los participantes en su programa interactivo, que es como le han llamado las provincias; otras lo han hecho, pero no están totalmente preparadas para enfrentarse a este universo digital que tanto demanda, porque no se trata solo de tener una sala con una laptop y proyectar, de lo que se trata es de lograr un concepto para mostrar los procesos de digitalización, de producción, de interacción y creemos que aún estos espacios no están terminados, claro, estos son procesos que deben ir creciendo, mejorando, perfeccionándose.

¿Resultado final del recorrido?

Creo que fue bueno porque la realidad de las provincias es diferente a la que tenemos en La Habana; en segundo lugar porque pudimos conocer otras producciones que también las provincias están haciendo que son importantes, y contactamos con otros profesionales que también apuestan por la literatura en digital, pudimos ayudarles, explicarles; en lo personal, yo impartí conferencias en todos los lugares que visité antes de presentar el catálogo de Cubaliteraria.

El recorrido funcionó como un termómetro, para notar, cómo se desarrolla en cada lugar esta apropiación de los elementos digitales para la promoción del libro y la literatura.

Regresamos con muchas esperanzas y expectativas, e igualmente un poco preocupados porque quisiéramos hacer más desde acá y a veces no lo logramos, pero, me parece que este año ya tenemos una visión más completa para concebir la quinta edición de Cubadigital, y uno de los objetivos fundamentales de esta venidera edición es poder participar en las ferias del libro de todas las provincias, y organizar nuestra participación con antelación al arribo para que pueda funcionar mejor y que los territorios puedan tener un programa más activo en estas salas.

Otro buen resultado fue que sumamos varios títulos al catálogo de Cubaliteraria, pues nos interesa contar con los autores de las provincias en el mismo y poder realizar coediciones con aquellas editoriales que no pueden asumir una producción digital de sus libros.

 ¿Qué proyecciones futuras tiene Cubaliteraria?

Bueno, Cubaliteraria, Cubadigital y el Programa Nacional de Desarrollo del libro digital, tienen coincidencia de proyecciones futuras: acompañar, motivar y ayudar a las editoriales, empresas e instituciones cubanas; identificar las principales líneas de trabajo de cada una para poderlas cruzar y desarrollar alianzas, un poco servir como guía y metodología sobre todo de las editoriales, en este proceso productivo, para que el libro digital en Cuba sea considerado en su valor.

Tenemos que lograr que en un futuro solo se hable de libro, sin el apellido digital o impreso y que sea el lector el que decida en qué formato prefiere leer, que no haya brechas entre ambas producciones; nosotros siempre vamos contar con los valiosos contenidos de la literatura cubana y lo que debemos hacer es brindárselos al lector en el formato que este prefiera.


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