Maceo, racismo y mambises


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Plaza Antonio Maceo Santiago de Cuba. Foto: Irene Peréz.

El Doctor en Ciencias Históricas y profesor de la Universidad de Oriente, Manuel Fernández Carcasés, tiene en su haber no pocas investigaciones sobre las guerras de independencia. Con mucha justicia es considerado como reconocido especialista de la figura del general Antonio Maceo. Esto se demuestra al leer su último libro: Antonio Maceo Grajales. Ensayo biográfico sucinto que se presentará en la Feria Internacional del Libro de La Habana, en 2022. Hemos elaborado algunas preguntas para el colega sobre un tema complejo, de viejas raíces en nuestra sociedad y todavía presentes en algunos vecinos de este hermoso Cocodrilo que reposa en el golfo de México: el racismo. En este caso nos remontamos a nuestras guerras de independencia y las visiones que se tenían desde esa época sobre el general Antonio Macero

Aunque el que Maceo fuera designado Lugarteniente general y otros negros y mulatos alcanzaron altos cargos y grados en el Ejército Libertador, tiene la lectura de una superación de prejuicios, de que estos no habían calado con profundidad en una sociedad donde hasta 1886 existía la esclavitud, ¿qué opinas al respecto?

La designación de Maceo en Jimaguayú como Lugarteniente general del Ejército Libertador no creo que deba interpretarse como una superación de los prejuicios raciales. En realidad, ya a esas alturas era imposible ignorar el protagonismo de Maceo, y por tanto no les quedó otra opción. No obstante, el prejuicio racial contra Maceo y su hermano José, y por extensión contra toda la oficialidad negra y mulata, continuó. Los intentos anti patrióticos de procurar el fracaso de Maceo en occidente tienen una explicación clasista pero también racista. Cuando se boicotea una y otra vez el envío del segundo contingente invasor en apoyo a Maceo, cuando son pocas las expediciones que se dirigen a Pinar del Río para apoyar a Maceo, cuando se desconocen compromisos contraídos por Maceo para recaudar dinero en los inicios de la guerra del 95, cuando se obliga a José a realizar operaciones militares en condiciones desfavorables para después culparlo del fracaso, y cuando se conspira contra él para finalmente sustituirlo en el mando de Oriente por Calixto, el Consejo de Gobierno está demostrando que está infectado de un profundo racismo.

¿Crees que hubo un intento de disminuir su figura, su impacto?

Desde que Maceo comenzó a mostrarse como un militar de notable inteligencia para acometer acciones exitosas contra el enemigo, y más aún, cuando se manifestó también como un hombre capaz de asumir con acierto las encrucijadas políticas de la Revolución y desplegar un pensamiento profundo al respecto, comenzaron los intentos por disminuir su figura y, en consecuencia, su impacto. En las tres guerras por la independencia tuvo que enfrentarse a esos intentos, lo cual está recogido en su papelería y en los escritos de sus contemporáneos. Es decir, que en vida de Maceo ya se trataba de disminuirlo. Después, en la República burguesa, continuaron los intentos, y una de las vías utilizadas fue la de contraponerlo a Martí, presentarlo como uno de los principales antagonistas de El Apóstol y de las ideas de El Apóstol: Martí como el hombre de pensamiento republicano, Maceo como el militarista. Martí como hombre de ideas, Maceo como el hombre de la acción, ejecutor de lo que otros pensaron. En una Cuba donde los militares eran sinónimo de brutalidad, de represión sin límites y de crímenes, tildar a alguien de militarista implicaba, subliminalmente, asociarlo a la mafia castrense que constituyó, a lo largo del período 1902-1958, el verdadero poder.

Si a eso sumas la exaltación malsana que se hacía de su condición de negro, o mulato, en una República donde el racismo campeaba por su respeto, comprenderás cuán intencionada era la referencia al color de la piel.

¿Cómo se impuso su imagen como una figura nacional? ¿Qué significó en la lucha contra el racismo el tener una figura de sus dimensiones que era negro, de origen humilde y oriental?

A pesar de todo lo anterior, el pueblo, ese juez al que resulta difícil engañar todo el tiempo, enseguida lo puso en el sitio de sus preferencias, junto a Martí y Gómez. Maceo en vida, sobre todo en los últimos dos años de su existencia, que se corresponden con los de la Guerra del 95, ya era casi una leyenda. Sus subordinados lo adoraban, y a su paso muchos querían que, al menos, él los saludara. Así se recoge en los diarios de mambises y en otros documentos de la época. Cuando llega la invasión a Pinar del Río se multiplican las incorporaciones al Ejército Libertador, tal y como había acontecido en todas las regiones. Esta identificación del pueblo con el líder no se podía borrar, a pesar de los intentos de los que ya hablamos de disminuir su figura.

A nivel de la producción artística nacional se observa un interés por llevar su figura a las artes plásticas. El majestuoso monumento en el Malecón habanero, las obras pictóricas, sobre todo las de Hernández Giro y Menocal, y la infinidad de bustos en los parques de toda la República, también son muestra palpable de la positiva recepción de su personalidad en las generaciones sucesivas de cubanos.

Desde luego, las sociedades de negros y mulatos aprovecharon la condición de Maceo para erigirlo como su símbolo más poderoso en la lucha contra la discriminación. Las sociedades maceístas proliferaron en todo el país. Incluso los Independientes de Color lo tomaron como una de sus banderas, lo cual sin duda hubiera disgustado mucho al hombre que siempre fue abanderado del cumplimiento de las leyes y enemigo de todo cuanto dividiera a los cubanos. Pero lo cierto es que negros y mulatos, tanto en las guerras de independencia como en la República burguesa, encontraron en la figura de Maceo un asidero valioso en la argumentación de sus acciones antirracistas.

Quiero que valores la figura de Antonio en la lucha contra el racismo o los prejuicios raciales, algo importante en estos momentos que hay un impacto en una parte de la sociedad de ese mal. ¿Qué utilidad tiene su figura en ese sentido?

En la gestión de la Comisión Aponte, instancia de la UNEAC creada para promover la lucha contra el racismo y la discriminación racial, resulta muy importante la exaltación del papel decisivo de los negros y mulatos en la conformación de la identidad nacional y en la lucha por la independencia, pues una de las maneras de restar credibilidad al racismo es demostrando que en la conformación de la Cuba que conocemos, los negros y mulatos no fueron segundos de nadie. Estuvieron a la par de blancos y asiáticos en cuanto evento político o sociocultural hubo en la Nación a lo largo de su historia. Es cierto que la esclavitud modeló entre muchos un pensamiento racista, que sobrevivió a la abolición de la esclavitud en 1886 y que llega a nuestros días a pesar de la política justiciera de la Revolución. También es cierto que hubo hombres que se opusieron al racismo y la discriminación racial, Martí y Maceo en primer lugar. Divulgar el pensamiento antirracista de ambos contribuirá a enfrentar ese mal en la actualidad. Explicar de manera convincente cuanto logró un hombre como Maceo —asediado casi constantemente por la discriminación—, en la lucha por la independencia, y como supo alzarse por encima de los prejuicios que contra él se alebrestaron, será muy útil en el enfrentamiento actual contra el racismo. Hacia ese empeño está encaminado mi libro.

 


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