Mi vida, mi sangre y mis memorias


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Ramiro Guerra. Abril 2019.

 

El 1ro de mayo de 2019, nos dijo hasta siempre el inquieto, jovial Padre de la Danza Moderna en Cuba. Ramiro Guerra Suárez, nacido un 22 de junio de 1922, en La Habana, Cuba. Coreógrafo, director artístico y escritor. Graduado en Derecho en el año 1949 en la Universidad de La Habana y Doctor Honoris Causa, categoría que recibió en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

En 1943, siendo aún alumno universitario, se inició en la danza con Alberto Alonso en la Escuela de Baile de la Sociedad Pro Arte Musical de La Habana, donde realizó los estrenos de Sinfonía y Rascacielos, del propio maestro.

Premio Nacional de la Danza, uno de los más insignes creadores del espectáculo y la danza en Cuba en el siglo XX.

Su labor artística. El camino recorrido por Ramiro Guerra en la danza va desde la década del 40 del siglo pasado hasta la actualidad, y por esa ruta creadora deja su impronta en Danza Moderna de Cuba, que fundó; el Conjunto Folklórico Nacional, el Ballet Nacional (BNC), el Ballet de Camagüey; y con su magisterio, en las múltiples compañías y grupos de danza que existen hoy en Cuba. No gratuitamente es considerado el Padre de la Danza Moderna en la isla.

Acorde a sus principios fundacionales, Danza Contemporánea de Cuba (1987) fue fundada el 25 de septiembre de 1959 como Conjunto de Danza Moderna. Surgido del mismo Departamento de Danza del Teatro Nacional. En el año 1962 se convirtió en el Conjunto Nacional de Danza Moderna, y en 1974 se le nombra Danza Nacional de Cuba. Desde su fundación, su reconocimiento internacional es innegable, a lo largo de su historia ha realizado más de 280 estrenos y recibido los aplausos de los espectadores.

La crítica especializada le ha ofrecido el reconocimiento por sus presentaciones en prestigiosos teatros como el Sarah Bernhardt en la Quinta temporada del Festival de las Naciones en París donde se inició su reconocimiento internacional, el Canadian Art Center de Ottawa, el Bellas Artes de México, Las Arenas de Verona, los Teatros La Fenice y Malibran (de Venecia), el Teatro Municipal de Sao Paulo, el San Martín de Buenos Aires, el Teatro Real de La Moneda en Bélgica, Birmingham Theater y el Sadler´s Well en Inglaterra, el Teatro Real de Madrid, el Palco de la Ópera de Roma, la Casa de la Danza de Lyon, y el Joyce Theater de New York, entre otros reconocidos espacios escénicos.

Mantiene en su repertorio, activo por otros grupos, más de 50 obras que revelan su universalidad, su peculiar estilo de amplias posibilidades interpretativas, armoniosa integración de las demás artes con el lenguaje de la danza moderna a contemporánea, fundida con nuestros ancestros africanos a partir de nuestra “transculturación blanquinegra” , fusionando estilos y formas de hacer.

Apuntes de Ramiro Guerra, en entrevistas que le realizaron:

Los primeros diez años del desarrollo de la danza moderna en Cuba, están indisolublemente ligados a la obra fundacional de Ramiro Guerra, quien señala:

“… Mi quehacer coreográfico se refiere a dos etapas: la primera a pesar de que el repertorio en la compañía es bastante amplio en esa misma línea de trabajo de búsqueda de identidades nacionales, en mi obra coreográfica, las más importantes pueden considerarse la Suite Yoruba (1960), Orfeo antillano (1964), Medea y los negreros (1968) dentro de esa primera etapa, y de una forma especial, también la Chacona (1966).

Después, en la segunda etapa, con el Impromptu galante (1970), el frustrado intento que no fue tan fallido, porque en realidad hubo un gran trabajo de un año, aunque no se representó formalmente. En la que sí se hicieron ensayos generales llenos de público que puedo considerar que se llevó a cabo el estreno fue El decálogo del Apocalipsis. ”

Su labor pedagógica. Fue privilegiado al impartir clases, conferencias y cursos de posgrado en Cuba y en diferentes partes del mundo. En 1994 fundó el Centro de Desarrollo de la Danza y el tabloide Toda la danza-La danza toda, para la publicación de trabajos suyos y de otros investigadores cubanos.

Desde 1978 a 1983. Una labor importantísima dentro de este período, es la de promoción, proyección y gestión de Sergio Vitier, quien asumió la dirección de la compañía, facilita el desarrollo de nuevos coreógrafos y crea un clima propicio para la creación artística. La génesis de la Escuela Nacional de Danza y su Metodología es la “Escuelita” que Ramiro fundara en los propios salones de la compañía y que permanecía abierta hasta altas horas de la noche.

Su producción teórica incluye libros publicados, como Apreciación de la danza (1968), Teatralización de la danza y otros ensayos (1988), Una metodología para la enseñanza de la danza (1989), Calibán danzante (1998), Coordenadas danzarias (2000), Eros baila. Danza y sexualidad (2001), De la narratividad a la abstracción en la danza.

Como traductor y prologuista. Su trabajo como traductor y prologuista de textos de autores norteamericanos sobre la danza incluye Danzas preclásicas, de Louis Horst; La danza, de Agnes de Mille; La creatividad en la danza, de Alma Hawkins; La danza moderna en relación con las otras artes contemporáneas, de Horst-Russell; y ha publicado artículos en las revistas Times y Dance Magazine, de Estados Unidos, y Por la Danza, de España.

Ramiro Guerra en la Televisión. Conocimos en las investigaciones realizadas, que formó parte por casi un año de un programa de televisión, le resultó muy interesante y le permitió llevar al público de la pantalla las funciones de danza moderna.

Un programa que se transmitía por el ICR una vez a la semana, en un horario nocturno, a las diez de la noche y resultaba bastante atrayente.

Los televidentes, al día siguiente, por la calle, le abordaban asiéndole preguntas, que era muy didáctico sin perder las perspectivas de la televisión, es decir, no solamente se puede hacer didactismo, sino entretener; siempre ocupaba una parte del programa tratando un tema y después ilustraba con obras del repertorio del Conjunto; inclusive a veces las obras más largas, las ponía por partes, por ejemplo: Orfeo antillano que tiene tres partes bien claras, pues ponía una cada semana, de esa manera después cuando se presentaba en el teatro, afluía mucho el público para ver directamente las obras que por televisión les había llegado.

En aquella etapa había mucho trabajo en la televisión al poner espectáculos danzarios, inclusive con condiciones mucho más difíciles que las actuales, porque se hacían los programas en vivo, ahí en el mismo teatro, pero eso tuvo una repercusión muy grande, porque atrajo mucho público, y a veces las obras que pasaban por la televisión en la primera semana, en la segunda la podíamos poner a teatro lleno, porque atraía mucho a todos los televidentes.

Ese programa duró casi un año; cuando hubo un cambio muy fuerte en la televisión, fue suspendido.

Continuó proponiendo el proyecto en Artes Escénicas para reanudar ese trabajo mucho más amplio, es decir, tener un programa, semanal o mensual, pero dedicado a la danza en general.

Se preocupaba al preparar trabajos de conferencias y seminarios, por los elementos audiovisuales, siempre utilizó mucho las diapositivas, pues conservaba buena colección.

 

Referencias Bibliográficas

Apuntó - Ortiz, Fernando. La música afrocubana. Madrid: Ediciones Júcar, 1974.

Pajares, F. La danza contemporánea cubana y su estética. La Habana, Cuba

Pajares, F. Ramiro Guerra y La Danza en Cuba.


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