Patria: el corazón de un gigante


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Fundado por José Martí el 14 de marzo de 1892 y entrañablemente unido a la labor del Partido Revolucionario Cubano, el periódico Patria fue la voz de la emigración cubana en Estados Unidos y en América Latina, y contribuyó, de manera especial, a intensificar la campaña de propaganda revolucionaria a favor de la lucha por la independencia de Cuba y Puerto Rico. Conducido por nuestro Martí, Patria fue siempre un soldado al servicio de la Revolución; por ello, en honor a la fecha fundacional, el 14 de marzo celebramos el Día de la Prensa Cubana.

Dentro de la estrategia creada por Martí para organizar y llevar a cabo la guerra necesaria, estaba concebido el papel que debía desempeñar la prensa. De modo que, en medio de todas las tensiones e, incluso, ya en plena manigua redentora, Martí nunca dejó de pensar en Patria. Esa preocupación  se revela con claridad cuando, ya lejos de Nueva York, en rumbo hacia Cuba y hasta en la manigua, escribía a sus colaboradores Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra, y les alertaba sobre el contenido y la forma que debía tener Patria.

Sin embargo, estas ideas acerca del papel de la prensa están claras para Martí desde el mismo momento fundacional. Por eso, en un artículo titulado “Generoso deseo”, aparecido en Patria, el 30 de abril de 1892 —da respuesta a una carta recibida del club Ignacio Agramonte, de Tampa, relacionada con el modo en que estos emigrados pensaban que se debía actuar—, desarrolló Martí ideas claves para todos los tiempos: “La unidad de pensamiento, que de ningún modo quiere decir la servidumbre de la opinión, es sin duda condición indispensable del éxito de todo programa político […]”.* ¿No es acaso lo mismo que reiteraba Fidel y que reitera hoy Raúl Castro, primer secretario del Partido y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cuando nos invita a discutir, a discrepar, a hallar en el debate las mejores soluciones a nuestros problemas? “Unidad de pensamiento”, pero no “servidumbre de la opinión”. Maravilla pensar en la genialidad de un hombre que, desde hace más de un siglo, nos aclaró estos conceptos.

También expresó Martí en ese artículo que sería funesto “[…] reducir su pensamiento —el de Patria— a una unanimidad imposible en un pueblo compuesto de distintos factores, y en la misma naturaleza humana”. En sus palabras se aprecia el respeto por eso que se conoce como opinión, como la opinión del otro, que no tiene por qué coincidir con la mía, aunque todos tengamos el mismo propósito. Y añadió que “[…] es indispensable que, sean cualesquiera las diferencias de fervor o aspiración social, no se vea contradicción alguna […] en el pensamiento del Partido Revolucionario. El pensamiento se ha de ver en las obras. El hombre ha de escribir con las obras. El hombre solo cree en las obras. Si inspiramos hoy fe, es porque hacemos todo lo que decimos”. Aquí, al llamado constante a la unidad, se suma el reclamo de que la palabra se convierta en acción y, sobre todo, que palabra y acción marchen unidas.

Luego, el remache: “Si nuestro poder nuevo y fuerte está en nuestra inesperada unión, nos quitaríamos voluntariamente el poder si le quitásemos a nuestro pensamiento su unidad”. Acaso, ¿no ha sido ese siempre el llamado de nuestros líderes?

Continuó el Apóstol diciendo que el periódico “Patria ha nacido de lo más puro del alma patriótica, con un ansia vehemente de unir en la confianza y el afecto a los hombres que han de vivir en paz en una tierra afortunada y hermosa: trae al mundo este pobre periódico el corazón de un gigante y la limpieza de un niño; ¡el corazón es aquí lo único gigante! […] Patria nació y se mantendrá para procurar, con métodos siempre irreprochables, con el argumento del ejemplo y con la ternura de la plegaria silenciosa, el fortalecimiento de la virtud en el alma patriótica de las Antillas, y la conversión al bien y al honor de los mismos que la denuncian y traicionan”. Y concluyó afirmando que “Es premio grande el de ser órgano del patriotismo virtuoso y fundador”.

La prensa cubana de hoy, como Patria, tiene “el corazón de un gigante y la limpieza de un niño”. Por eso, como “órgano del patriotismo virtuoso y fundador” tanto nos queda aún por hacer.

 

Notas

* Todas las citas de este trabajo pueden hallarse en José Martí: “Generoso deseo”, en Obras completas, t. 1, Centro de Estudios Martianos, Colección digital, La Habana, pp. 423-426.


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