Roberto Manzano: «La poesía se ha adaptado representativamente al mundo en que vivimos»


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En el más reciente Sábado del Libro, fueron presentados cuatro títulos de la Editorial La Luz, de la Asociación Hermanos Saíz, en Holguín, entre estos el cuaderno de décimas Brújulas de Elisabeth Reinoso, que fue defendido por el respetado poeta y profesor Roberto Manzano.

Por la importancia que para la literatura cubana actual, y en especial para la poesía, posee esta intervención, el Portal Cubarte consideró pertinente publicar su transcripción.

Muy buenos días, es habitual una especie de muletilla que facilite iniciar… de que constituye un placer presentar a alguien; ofrecer una nueva aparición pública de un artista es siempre algo congratulante; si ese artista es joven y cultiva una estrofa muy antigua, pues es doblemente congratulante porque tenemos a un artífice que no ha olvidado la tradición; un artífice nuevo trabajando la tradición siempre le inyecta un entusiasmo y un fervor que el depósito agradece enormemente.

La décima cubana actualmente goza de una rica efervescencia creadora entre los jóvenes; la han sostenido, la han empujado hacia el porvenir de una manera muy digna y asombrosa.

En ese pequeño ejército creador tiene sitio de honor Elisabeth Reinoso que ya cuenta con varios libros dedicados a esta forma genérica, una  forma genérica que ellos han facilitado se deslinde de los moldes antiguos y comience a ofrecer la apariencia de toda la poesía moderna que se escribe en Cuba.

Hoy en día la estructura decimística que ofrecen los habituales cultivadores de esta estrofa ofrecen libros de poemas que difícilmente puedan ser sobrepuestos a los viejos moldes; se han deslindado, se han acercado al conglomerado total de la escritura en Cuba. La décima ha recibido esa fuerza con mucho agradecimiento.

Una de las características que han inyectado en esa manera de hacer es el desembarazo del verso libre; de pronto el verso libre ha entrado en la décima; esa conjunción de por sí, es ya creadora.

En muchas ocasiones los creadores consiguen efectos de impacto cuando crean fricciones entre la forma y el fondo. En la escritura en décima actual, las fricciones entre la forma y el fondo son altamente explotadas por los creadores jóvenes, con ello la décima perdió la vieja costumbre de aparecer unitaria y puede desmembrarse en versos y por lo tanto al romperse adquiere ya la libertad usual que hay en los versos libres y en otros tipos de composiciones de la escritura moderna lírica en Cuba.

Como mismo rompió los moldes ha hecho artificios de construcción novedosos con los ritmos tímbricos, con los ritmos de todo tipo.

La poesía tiene cinco tipos de ritmos básicos, — perdonen la pedantería del profesor— tiene cuatro ritmos sonoros: cantidad, intensidad, timbre, tono, y tiene uno que es el que hace a la poesía esencialmente moderna: el ritmo semántico.

La poesía libre disfruta y usa al máximo el ritmo semántico; ese ritmo entró en los cuatro ritmos anteriores y la décima es la que está posibilitando todo ese despliegue rítmico. Como que es décima, como que tiene una protoforma dentro, oculta, tiene que mantener su capacidad ritmática y (los jóvenes) lo han logrado con una eficacia extraordinaria.

Al ser la décima depósito de la angustia moderna, de las preocupaciones de la Cuba de hoy, de el mundo y las circunstancias en que vivimos, se ha teñido de un encrespamiento, una turbulencia, una velocidad interior que hay que saber manejar muy bien para no perder la protoforma interior; esto exige habilidades especiales que están más allá de la capacidad de improvisación que pueda tener la persona o el oído métrico que pueda disfrutar.

Hay que también seguir el ritmo de la idea en un mundo irracional, alucinante, complejísimo que en muchas ocasiones está muy cercano y próximo al caos, y que en ocasiones entra directamente en el abismo porque muchas de estas propiedades las tiene el mundo en que vivimos hoy, y la décima lo está representando.

El libro Brújulas de Elisabeth Reinoso, tiene todas estas particularidades que estoy describiendo. Desde la misma palabra inicial, se ve el dominio que ejerce la joven autora; tiene una experiencia, casi se puede decir que absorbida en sangre, de cómo manejar la pauta y a la vez ofrecer una realidad muy compleja en esa pauta.

En el verso libre, aparentemente, eso es más fácil, aparentemente, pues toda libertad exige mayor responsabilidad.

El libro tiene otra particularidad que desde el título viene ya sugerida: tiene mucha brújula interior, todo un sistema de orientación interior; sabe imantar las partes para que formen un conjunto y no se desmembren, no formen un caos total. Eso se ve en la señalética interior del libro, en las partes que el libro tiene, en la imaginación composicional, no ya poética de fondo, sino de cómo el libro ha sido compuesto.

Con frecuencia los poetas no saben componer libros sino poemas, conjuntos de poemas. El arte de componer libros  es una energía que hay que añadir, una inventiva, una imaginación que hay que efectuar después que se ha creado el conjunto de poemas y se ven libros que, a todas luces, uno descubre que son almacenes de poemas, libros almacenes, pero el libro de Elisabeth siendo tan joven, tan delicada y fina la mano que lo escribió, siendo tan bella y asombrada al mundo la pupila que está en el libro, tiene un absoluto dominio de la forma y controla constantemente el hilo que va cosiendo todo el conjunto con una imaginación compositiva exquisita.

Invitamos a los que lean el libro a leer estas cosas también; no solo se leen los poemas, se lee la estructura que el libro tiene, cómo lo ha dispuesto  el poeta, con qué sentido,  qué energía constructiva le añadió más allá de la entidad del poema y qué quiere decirnos con eso.

La palabra brújulas ofrece la señalética interior y los nombres van guiando al lector.

¿Qué va a ver el lector en este libro? Muchas cosas, como siempre es la poesía que ofrece un mundo panorámico, caleidoscópico, de enorme complejidad; va a ver todo un mundo interior. Ver el paisaje de un mundo interior, hacerlo ver, es la tarea principal de la poesía porque la poesía es un arte plástico de carácter verbal, ahora bien ese mundo interior de la joven demuestra que está absolutamente posicionada en la realidad donde vive y no hay fracturas entre lo más recóndito que diga de su existencia personal y mucho acercamiento que hace a nuestra realidad sociohistórica.

En ocasiones uno escucha que la poesía cubana, y sobre todo la joven, no está reflejando de verdad el país, es asombroso que uno tenga que oír eso; eso refleja a alguien que de verdad no sigue lo que se está escribiendo en Cuba por los jóvenes ni por nadie; lo que pasa es que la poesía se ha adaptado representativamente al mundo en que vivimos, está empleando otros códigos, y esos lectores no tienen los códigos.

Un lector que no tiene los códigos para entrar a un libro de poesía, el libro se le cierra absolutamente y solo ve palabras, solo ve una redacción pero para los que analizan la realidad de hoy verán con asombro cómo la joven Elisabeth Reinoso ha hecho un diagnóstico de nuestra realidad enormemente acertado, y cómo está junto al individuo la vida civil de Cuba.

Brújulas les va a interesar mucho si hacen una lectura profunda de su contenido.


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