Isaac Newton puede ser considerado el primer teórico del jazz aunque nunca estuvo en la ciudad de New Orleans; y según sus biógrafos sus dotes para la música viajaban en dirección opuesta a las de la ciencia. Sin embargo cada una de sus tres leyes fundamentales, están más cerca del jazz, sobre todo el afrocubano, de lo que se pueda imaginar.

Partamos del presupuesto que los músicos cubanos suelen hablar su trabajo profesional con la sui generis definición de “mi mecánica”. Una simple observación especulativa válida la presencia del científico inglés en el entorno del jazz cubano de estos tiempos: sus leyes son la base de esa parte de la ciencia que llaman “mecánica universal” y que aquí se asocia a los ritmos y sonidos.

Permítaseme demostrarlo mientras escuchamos el CD Ta bueno Jazz.

Primera ley o Principio de la inercia. (También llamada principio de Galileo.)

El jazz es conocido como una de las formas musicales más libres que existen dentro de la música. Una  libertad que se expresa en eso que llaman improvisación, y que a su vez es una forma de movimiento; y  donde el reposo no es una categoría visible –ni siquiera una magnitud-- a menos que el instrumentista haga su obligada pausa en espera de su turno para expresarse. Reposo también se consideran los temas clásicos sobre los que no actúa ninguna fuerza externa; es decir, solo intervienen los instrumento base: guitarra, piano, bajo y batería.

Y como el reposo y el movimiento rectilíneo uniforme se pueden expresar de forma ascendente, se entenderá entonces que desde el primer hasta el último corte del Cd que nos ocupa hay una relación biunívoca entre emisores (músicos) y receptores (nosotros los que escuchamos) que involucra emociones, sentimientos y una permanente necesidad de imitar los giros del bajo, los pasajes de la batería, entre otras formas de movimiento. Esa inercia que se traduce en gozo.

El reposo se expresa en la figura del productor principal de este CD: José Miguel Crego, o simplemente El Greco, a quien la crítica especializada ha considerado como uno de los trompetistas más importante de las últimas décadas en Cuba, poseedor de un sonido heredero del trabajo de músicos  la talla de Pucho Escalante y Jorge Varona.

Pero esta vez más que jugar con la boquilla o imaginar frases el Greco se realiza en convocar a músicos de las generaciones que le siguen –algunos provenientes de esa fiesta del talento llamada JoJazz—para que rompan la inercia, para que el movimiento de la música sea dialéctico y por ende rectilíneo y unifrome; con la condición de ascender la cuesta de la creación.

Ya lo dijo Galileo a la salida de los estudios tarareando mentalmente algunos temas.: “…e por se move…”

Segunda ley o ley fundamental de la dinámica.

Según esta aseveración “… el cabio de movimiento es directamente proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime…”

Sencillo. Es la hora de improvisar, de dejar que las energías fluyan, de imprimirle la fuerza de “la cuchara, la bomba o el chequendengue”; o como mejor le guste a usted llamar al sentimiento que expresa cada nota, a esa autenticidad no contenida que caracteriza a los jóvenes jazzistas cubanos de todos los tiempos.

Esa fuerza que genera el movimiento se expresa en solos de flauta, de sax, o el coqueteo del bajo con el golpear de los platillos, o simplemente en un solo de tumbadora que acelera el pulso de quien lo ejecuta y lo escucha. También están las voces, privilegiadas algunas como la de Luna Manzanares, o juguetonas e impredecibles en sus giros como la de Francis del Río; alguien para quien la gravedad (nuevamente Newton) no es más que esa energía que atrae a todos hacia un mismo fin: divertirse mientras se hace música.

Tal vez por eso en este disco haya tantas fuerzas dirigidas en la misma dirección: la de un jazz novedoso y a la vez tradicionalista; contradicción propia de estos tiempos y de los pasados.

Cómo entender una música en la que las magnitudes se expresan en fuerza y energías, dos magnitudes humanas y sonoras que no son excluyentes, al menos en música. La música cae libremente sobre nuestros oídos y oscila de derecha a izquierda, de norte a sur, en la imaginación de quienes la hacen.

Tercera ley de Newton o principio de acción y reacción.

No le ha pasado que mientras escucha este disco sus manos imitan a los instrumentos que hacen los solos; que quisiera poder entrar en cada surco y sustituir a los ejecutantes.

La acción es escuchar; la reacción querer ser parte de esta historia musical.

Issac Newton no logró imaginar que quinientos años después de su muerte pasaría a ser parte importante de la historia del jazz en Cuba, una isla de la que tal vez no haya escuchado nunca hablar, que sus leyes podrían aplicarse a una música que él no imagino pudiera existir.

No se sorprenda que una vez que haya terminado esta escucha entienda porque el Greco gravitó sobre BIS MUSIC con esta producción. Hay energías que se transforman en buena música, si lo duda pregunte a Albert Einstein, al que relativamente corresponde la frase que titula este trabajo: ta bueno jazz… por ahora…

Video: De programa de televisión Llegó la música la emisión homenaje a José Miguel Crego "El Greco"