Una colección arqueológica indo-cubana para el Museo Agramonte


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El Camagüeyano, 43(277)1 y 4, Camagüey, viernes 23 de noviembre de 1945.

 

Ahora que en Cuba estamos en una etapa intensiva de lucha contra el coronavirus, donde se toman medidas de regulación de la transportación y de aislamiento social, y se trabaja a distancia con los alumnos, el Blog Cubarte publica uno de los temas de la clase Historia del coleccionismo y los museos de la Facultad de Artes de la Conservación del Patrimonio Cultural de la Universidad de las Artes (ISA).

 

La reconstrucción del pasado en el ámbito del patrimonio cultural cubano aún tiene mucho que decir, particularmente en relación con el fomento de las colecciones que exhiben hoy nuestras instituciones museables y los vínculos que, como exponentes del desarrollo cultural de la Isla, están destinados a jugar los bienes muebles que la integran en el reconocimiento de valores históricos y culturales  e incluso, en el deleite y el disfrute que ocasiona constatar el modo en que hombres y mujeres de otros tiempo organizaron sus vidas. Pero la historia del coleccionismo y los museos, va mucho más allá; si sus resultados se someten a estudios comparativos con los ofrecidos por otros espacios geográficos u otros tiempos históricos, podremos corroborar el lugar de un pensamiento museológico en la conservación del patrimonio cultural.

La motivación para estos apuntes ha sido el artículo “Dona el señor Fox su colección arqueológica indo-cubana para el Museo Local «Ignacio Agramonte»”, enunciado que destaca la novedad de la donación con el subtítulo: “Está compuesta por ejemplares muy valiosos reunidos durante varios años”, publicado en las páginas 1 y 4 del periódico El Camagüeyano, correspondiente al viernes 23 de noviembre de 1945 (1). Mediante un análisis de contenido a la nota periodística nos aproximaremos tanto a la colección a la que se hace referencia como a las concepciones que sobre museo se maneja en esta región por los años 40 del pasado siglo.

En primer orden centremos la atención en el término « Museo Local » y recordemos que el Ignacio Agramonte surge como continuidad de los museos históricos que a finales del siglo XIX se establecen en Cuba al amparo de los gobiernos municipales. El Emilio Bacardí y Moreau, Santiago de Cuba, 1899; el Oscar María de Rojas, Cárdenas, 1900; y el Marianita Betancourt, Camagüey, 1920 son instituciones de vanguardia incuestionable que desde la ciudad van a convocar a la población al coleccionismo de reliquias históricas con potencialidad para exponer el devenir de la ciudad y sus habitantes, con énfasis en las guerras de independencia. Ante la pequeñez del Museo de Marianita, surge el Patronato Pro-Museo Ignacio Agramonte, cuyos miembros logran se le entregue el antiguo Cuartel de Caballería para sede de esta institución y, paralelo a su rehabilitación, varias comisiones se encargan del fomento de colecciones de diferentes temáticas, entre las que se encuentra la sección de arqueología. A ella se vincula la donación enunciada en la prensa:

La valiosa colección de objetos indios reunida por el Sr. Leonardo B. Fox, Administrador del Central «Florida », ha pasado a engrosar las pertenencias del Museo «Ignacio Agramonte», gracias a la generosidad de su dueño, que ha sabido posponer su interés personal de coleccionista entendido y diligente explorador, al beneficio de la comunidad, regalando los objetos recolectados durante largos años de paciente labor, para que puedan ser conocidos y estudiados en los salones del Museo por la sociedad camagüeyana y por todos aquellos que visiten nuestra ciudad

En términos museológicos hay que destacar que en 1943 encuentran continuidad los principios heredados en este campo desde la ilustración decimonónica. De modo que, tienen claro los cubanos el lugar que han de jugar los museos como centros de conocimiento y estudio, pero también de la importancia de su exhibición para la contemplación por parte de vecinos y foráneos, muestra de la dinámica interrelación que entre colecciones y sociedad ha sostenido el Concejo Internacional de Museos (ICOM) desde su creación en 1946.

¿Qué piezas integran dicha colección? ¿Quiénes se encargan de evaluar su significación patrimonial? La comisión está integrada por “Dulce María E. Baisi Facci, Dra. Tula Aguilera de Ferrer, Prof. Raimundo Ferrer y Dr. Antonio R. Martínez, todos de la sección arqueológica del Museo”. Se trata de ilustres personalidades de la época vinculados a la cultura y a la educación, entre ellos destáquese la doctora Gertrudis Aguilera Céspedes (1888-1958), primera fémina titulada en medicina en la Universidad de La Habana en 1913, lo que le permitió ocupar la cátedra de Anatomía, Fisiología e Higiene de la Escuela Normal para Maestros.

En cuanto al origen y número de piezas la nota refiere: “La colección «Fox» está formada por restos humanos e indios procedentes en su mayoría de los 'caneyes' del sur de la provincia” y se relacionan: del caney de La Cabera: a) Mortero de piedra, b) Fragmento de mortero, c) Gubia de caracol, d) fragmentos de gubias, e) Martillo de piedra, f) Astillas de sílex, g) Piezas de sílex con vetas rojas y h) huesos humanos. Del caney grande de Santanica: a) Cuatro manos de mortero, b) Gubia de caracol, c) Esfera lítica partida y d) Dos piezas de sílex; del chico: un martillo de piedra. Del caney de El Cimarrón: a) Adorno de collar y b) restos humanos. En relación de las que tienen diferentes procedencias: a) Siete esferas líticas de distintos tamaños, b) Dos pequeñas hachas pulimentadas, c) Adorno de collar y d) Varios objetos de piedra.

Por último, explicita el artículo la ejemplaridad del desprendimiento de Fox al poner en función social una colección privada, incitando a “que esa noble acción sea repetida por otros poseedores de reliquias indias, coloniales, insurrectas o de cualquier otra índole que resulte de interés, y las donen para aumentar el valioso material de exhibición con que ya cuenta el Museo «Ignacio Agramonte»… que ha de ser legítimo orgullo de nuestra región”. En tal sentido merece destacarse la nota publicada cerca de cuatro décadas atrás, el martes 26 de junio de 1906:

El Camagüeyano, 4(226)7, Camagüey, martes 26 de junio de 1906.

“Un recuerdo histórico” // Al Museo de Cárdenas ha regalado el Dr. Domingo Méndez Capote, la mesa donde escribía en la redacción del periódico Patria, que se editaba en New York, y en el cual publicaba sus trabajos de propaganda el inmortal patriota José Martí. (2)

Un asomo a El Camagüeyano devela que ha sido éste el papel de la prensa escrita en el caso de la región agramontina, postura que ilustra la divulgación de las exposiciones que sobre el arte abstracto se organizaron en su sede en el primer lustro de la década del 50, legitimando con ello la puesta en marcha de una nueva vanguardia plástica cubana, hecho que le permitió incorporar obras de esta naturaleza a sus colecciones.

 

Notas:

(1) Biblioteca Provincial de Camagüey «Julio Antonio Mella», Fondos raros y Valiosos, El Camagüeyano, 43(277):1 y 4, Camagüey, viernes 23 de noviembre de 1945.

(2) El Camagüeyano, 4(226):7, Camagüey, martes 26 de junio de 1906.

 

 


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