Chucho Valdés y Stefano Bollani, genialidad pianística en La Habana / Por Alain Valdés Sierra


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Un concierto extraordinario protagonizaron la noche de este jueves en el Gran Teatro de La Habana los pianistas Chucho Valdés, de Cuba, y Stefano Bollani, de Italia, para celebrar la Fiesta Mundial de la Música.

La velada, organizada por la Embajada de Italia en la Isla, inició con Valdés al piano y un recorrido por músicas de diferentes etapas de su prolongada carrera artística.

Obras previas a su etapa con el “todos estrellas” Irakere fueron las primeras partituras del cubano, luego estándares de jazz con nuevos aires nacidos de su criollo virtuosismo, y por si fuera poco el estreno mundial de una pieza compuesta hacia poco.

Entre aplausos y vítores, el multipremiado jazzista cedió el escenario a Bollani, sin dudas un músico de extraordinarias cualidades que cambió por completo la tónica del rastro sonoro dejado por Valdés.

El italiano acudió al repertorio de sus compatriotas contemporáneos, incluido el propio, y lo asumió con impecable técnica y total desenfado, es más se divirtió sacándole sonidos al Steinway & Sons, y el público con él.

Pero lo mejor de la noche estaría reservado para el “piano a piano” de Valdés y Bollani, una verdadera clase de genialidad, destreza y sinceridad a la hora de asumir la música sin distinciones de tipo alguno.

Como si no hicieran más que tocar juntos, los pianistas fueron a referentes de la música popular de América Latina, con guiños oportunos y ocurrentes a clásicos del repertorio pianístico universal, todo sin ceder en el divertimento que significa disfrutar lo que se hace.

Para redondear una entrega de altísimos kilates tres piezas fueron el hilo conductor de un cierre por todo lo alto: Bésame mucho, de la mexicana Consuelo Velázquez; El cumbanchero, del boricua Rafael Hernández Marín; y Nosotros, del cubano Pedro Junco.

De aires melancólicos a total y efusiva alegría fueron variando los tonos de la última parte del concierto, y guiños y gestos de sincronía asombrosa daban lugar a los cambios melódicos, nada de extrañar cuando se trata de dos genios del piano.

Chucho mostró una vez más su clase a un público que lo idolatra, Bollani que es uno de los grandes pianistas del mundo, multifacético, intranquilo, curioso e infatigable, sin dudas una dupla de lujo para celebrar la Fiesta Mundial de la Música, que se festeja cada 21 de junio desde mediados de la década de 1980.

Tras una noche sui generis, el cubano regresa al itinerario del proyecto Trance, iniciativa que lleva adelante con su compatriota Gonzalo Rubalcaba; por su parte el italiano concluyó en La Habana su gira por América Latina, que arrancó el 13 de junio en Paraguay y lo llevó a escenarios de Argentina y México para promocionar su más reciente disco QUE BOM.


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