A propósito del 10mo. Encuentro Nacional de Jóvenes Trovadores ..."/> A propósito del 10mo. Encuentro Nacional de Jóvenes Trovadores ..."/> Portal Cubarte  -  De la lluvia a la trova

De la lluvia a la trova


de-la-lluvia-a-la-trova

Ciego de Ávila  es una ciudad oportuna para que germine la trova. Diez años haciendo uno de los mejores eventos de trova del país, a decir de muchos cantautores, lo corrobora. Y es que “Trovándote”, el encuentro nacional de trovadores, se ha merecido la fama que tiene. Cosa que me parece aplaudible.

Igual tengo mis críticas, pues no creo que exista nada hecho por la naturaleza del hombre que no merezca tal ejercicio. Pero empezaré por lo bueno, que a fin de cuentas, es lo que debe perdurar.

A pesar de la lluvia, se hizo el evento. Apoyados por la Dirección Provincial de Cultura, y con el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), de la Unión de Escritores y Artiasta de Cuba (UNEAC) y de Musicávila, cada uno de los sueños se fueron concretando en el camino. Hubo una logística aceptable y no creo que alguno de los organizadores pudiera decir mucho más allá o todo lo contrario. Lo que quiere decir que las instituciones se tomaron bien en serio el momento que les estaba tocando vivir, y apoyaron lo que en realidad debían apoyar.

Un sencillo evento de trova, que sólo lleva lo indispensable para hacer un evento, se convirtió en todo un suceso cultural. Porque hacer canciones, hacer pensar con canciones y conseguir un cambio de actitud o de estilo de vida con canciones, es algo mágico que ni los psicólogos podemos lograr con tanta prisa. Lograr que los jóvenes asistan a degustar maneras de ver la vida, o ponerse en el lugar de otros, sensibiliza y consigue más que mil discursos.

Por lo mismo, hacerlo desde espacios establecidos por la política cultural, en defensa de lo que nos identifica, afianza aún más su jerarquía y deja claro que solo con la cultura podemos agrupar personas y conseguir el bien común. Producir placer  a la gente, de manera inteligente y con sentido del respeto, es cosa de grandes. Por eso admiro tanto a estos cantautores que dejan sus vidas, a cambio de unos días en el pellejo del otro, y viceversa.

Hubo trova de buen calibre, de todas las generaciones y tendencias; autores de ganado prestigio y noveles que todavía tienen amplio camino por recorrer, pero que despuntan con ingenio. Así se escucharon las voces de nominados al Cubadisco en más de una ocasión como las del villaclareño Leonardo García y Yoan Zamora, de Ciego de Ávila; del conocido y ganador en esta edición del Cubadisco Luis Alberto Barbería, quien fue un suceso para todos los medios de prensa avileños, aclamado por el público. También estuvieron Ariel Barreiro y Nelson Valdés, de esa Aguada de pasajeros cienfueguera que bien merece un disco y toda adulación.

Autores que tienen líneas o tendencias creadoras bien distintas y hacen que el diapasón de preferencias del evento se abra y traiga como consecuencia la mayor cantidad posible de espectadores. Porque, como bien reza el dicho, para gustos se hicieron los colores. Y si se dan más opciones, pues a más público se llega.

También cantaron otros autores de la talla de Charly Salgado, quien ya había estado en la ciudad como parte del elenco invitado al Piña Colada, ese proyecto reconocido a nivel nacional que lidera Arnaldo Rodríguez. De Guantánamo y Santiago de Cuba nos llegaron Audis Vargas y Ramón David, ambos ya conocidos por la afición avileña, y que han sabido ganarse  el respeto y la aceptación de todos, porque hacen una trova un poco más relajada, más simpática.

Manuel Leandro, el holguinero que tiene el alma atada a la espalda, y que trata de continuar respirando en este mundo, nos deleitó con sus canciones tan intimistas y francas, que nos hizo soltar más de una lágrima a los que lo escuchamos. Es una lástima que haya llegado apenas empezando el último día y no se pudo disfrutar más de sus canciones. Este trovador le queda camino por andar y, cuando llegue a la mitad del mismo, verá que tiene el mundo rendido a sus pies.

Así mismo, otros autores que ya son asiduos a la ciudad de los portales, sea el evento que sea, y que dejan la impronta de su talento y su carisma, se hicieron eco: Alain Garrido, de Villa Clara, Freddy Lafitta, de Puerto Padre. Autores que, con dos poéticas muy distintas, a pesar de estar en la misma generación de trovadores, logran comunicarse con el público y cautivar a la audiencia. Asunto que requiere no solo de oficio y experiencia, sino, también, de talento.

Alguien ya convertido en un suceso sin dudas importante, que se supo colar en el alma de la gran mayoría de los asistentes a la cita, fue el habanero Jorge Kamankola. Cuyo disco, Antes que lo prohíban (Egrem, 2014), llegó primero que el autor a estas tierras e hizo estragos de una vez y por todas. No sólo su música es buena, inteligente.  Una mezcla de hip-hop con lo mejor de los estilos universales: jazz, pop, rock, samba, regué, y sobre todo, Trova. Una trova con el condimento especial: el picante. Porque es rebelde, incidente. Lacera y, a la vez, sana. A veces las heridas hay que removerlas para que sanen de una vez. Y eso hace Kamankola, con sus textos cuidados y bien pensados. Con su verdad y gracia para defender canciones.

Del patio, también nos llegaron los buenos sabores del ya maduro Motivos Personales. Ese proyecto que lleva adelante Santa Massiel Rueda, y que hace unos años, cuando surgió, nos dejó las ganas de más canciones y experiencia. Cosas que han ido apareciendo y para bien. Julio Cesar Expósito, del municipio de Venezuela, es el más joven (en todos los sentidos) de los que se presentaron en este evento. Y creo que es una experiencia muy valiosa y determinante para su carrera.

Comenzó haciendo rap, luego se inclinó por la canción de pensamiento, de emoción y locura. Le quedan muchas cosas por aprender aún, pero si no tuerce el rumbo, llegará lejos. Al menos, así lo veo. Todavía no es miembro de la AHS, pero por su preocupación e interés, ya tiene en esta organización, el mejor asidero para realizar sus sueños.

Creo que las cosas que fueron saliendo mal, dejando a un lado la determinante lluvia, se debieron a la falta de un liderazgo. Las decisiones tomadas en cada circunstancia, dieron al traste con el programa concebido, las proyecciones de audiovisuales, las charlas, los conciertos y, sobre todo, el respeto por el proyecto inicial que incluía horarios.

No le echemos toda la culpa a la lluvia, como de alguna forma ya dije. Y veamos las cosas de la vida. La fecha primera que se pensó para el evento tuvo que ser cambiada porque la sede no estaba todavía reparada. Pero la mayoría de las cosas, a la hora de la verdad, se hicieron fuera de la misma. Por la lluvia, dirán todo, claro y eso es impredecible, pero la solución de hacerlo en otro sitio sí pudo ser mejor prevista.

Sobre todo el manejo de los horarios y la preferencia por espacios más adecuados para el público y los invitados. La casa de la trova de Ciego de Ávila, por ejemplo, no creo que sea el sitio adecuado para llevar a cabo un evento como este. En primer lugar, no tiene la capacidad de recepción para todo el público que asistió y que en parte tuvo que irse sin poder entrar; y en segunda, porque la acústica de esa edificación, bella por cierto, no permite el más mínimo silencio. Incluyamos que el mismo espectador ni siquiera respeta el espacio y grita, habla, fuma, se comporta de manera irrespetuosa y hasta grosera.

Tampoco desdeñemos el ambiente que, en los últimos tiempos, se ha ido aclimatando en el sitio y que para nada se asemeja a ese ambiente sano que todos queremos respirar.

Los trovadictos, reafirmando eso que dije en un principio, allanaron el local e hicieron suyo cada concierto. Ojalá y siempre fuera ese el público que llenara los espacios no solo de la trova y la música, sino de cada una de las manifestaciones artísticas. Porque de verdad, vale la pena trabajar para ellos.

La lluvia llegó desde el primer día e hizo de las suyas. Pero hubo trova y con calidad. Aunque no considero que esta sea la edición recordable de las restantes 9 de este Trovándote, me atrevo a asegurar que sus organizadores sacarán mucho provecho de la misma. Y, tal vez, harán que ese genial intelectual que dejó escrito que “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, luzca como el más equivocado del mundo.

La trova, en Ciego de Ávila, del 2 al 6 de junio de 2015, quedó sembrada, abonada y regada para que dé frutos siempre. Aunque el tiempo siga pasando la cuenta, y ponga, en lugar nuestro, a las futuras generaciones mediatizando el suceso.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte