Mientras en Matanzas los Faildes cultivaban el nuevo ritmo y Miguel Ramón Demetrio Failde Pérez disfrutaba el éxito de su danzón Las alturas de Simpson, en el occidente del país Raimundo Valenzuela y Aurelio Gómez Jardín realizaban similar labor. La obra del segundo, lamentablemente poco conocido, según el investigador Luis César Núñez, llegó más allá de nuestras fronteras, pues su danzón Artemisa, dedicado al pueblo donde nació, llegó a formar parte del repertorio de la Banda Militar de la ciudad de Lambayeque, Perú, cuando esta era dirigida por Ricardo Flores Vizcarra.

Raimundo Valenzuela de León (San Antonio de los Baños, 23 de enero de 1848-La Habana, 24 de abril de 1905), integró la Orquesta La Flor de Cuba, de Juan de Dios Alfonso. Cuando murió Juan de Dios, en 1864, se hizo cargo de dicha orquesta. Pablo Valenzuela García (2 de mayo de 1859-La Habana, 25 de diciembre de 1926), su hermano, fue músico de la orquesta de Raimundo. A la muerte de este asumió la dirección de la misma. Fueron estos dos músicos los que más sobresalieron en el occidente del país, en especial, en lo que es hoy la provincia de Artemisa. Se afirma incluso, que gracias a Raimundo Valenzuela la Orquesta de Miguel Ramón Demetrio Failde Pérez se pudo presentar en La Habana.

De San Antonio es también el cantante Fernando Collazo (1909 – La Habana, 16 de octubre de 1939), quien fue cantante de la Orquesta de Antonio María Romeu. Fernando se inició como intérprete de canciones trovadorescas. Luego, entró a grupos de son habaneros. En 1930 fundó su septeto Cuba. Filmó el primer corto musical sonoro cubano, Maracas y bongó, y apareció en otros filmes de la época. Más tarde fue cantante de danzonetes en distintas orquestas, entre ellas la Gris. Fue autor de boleros y sones.

En Candelaria, igualmente en la provincia de Artemisa, nació el 25 de diciembre de 1926 el violinista, compositor y director de orquesta Enrique Jorrín Oleada, quien murió en La Habana, el 12 de diciembre de 1987. Jorrín es autor de los danzones Unión Cienfueguera, Doña Olga, La Antorcha de Artemisa, Candelaria y los cha cha cha La Engañadora, El Alardoso y El Túnel. Formó parte de las orquestas Artemisa, Ideal y Arcaño y sus Maravillas. Fue director de la Orquesta América y formó su propia orquesta en 1954.

En 1906, al iniciarse las grabaciones discográficas en Cuba, la Banda Municipal de La Habana grabó para el sello Zone O Phone, un danzón compuesto por Gabriel Cisneros cuyo título es Alquízar. La génesis del mismo está dada por el hecho de que aquellas orquestas que visitaban algunos municipios reiteradamente, incluían en su repertorio piezas dedicadas a los mismos. Gabriel Cisneros dirigía una orquesta y, evidentemente, para corresponder a la aceptación a que era acreedor allí, compuso un danzón cuyo título es el nombre de este pueblo.

Continuando la práctica ya mencionada de homenajear a los pueblos donde actuaban, las agrupaciones de la capital, en la década del 40 del siglo XX, surgieron otras piezas dedicadas a instituciones recreativas de Alquízar y Güira de Melena, compuestas por los hermanos Israel y Orestes López, integrantes de la orquesta danzonera de Antonio Arcaño.

San Antonio de los Baños y sus danzoneros rendirán homenaje a los hermanos Valenzuela, este 26, con un bailable a cargo de la Orquesta Sonora de Cuba. El mismo forma parte del programa del IX Festival y Coloquio Internacional Danzón Habana 2015, organizado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) que este año arriba a su 50 cumpleaños.

FUENTES:

—Linares, María Teresa: La música popular (Serie Introducción a Cuba). La Habana, Instituto del Libro, 1970.

—Orovio, Helio: Diccionario de la música cubana; Biográfico y técnico. 2da. Edición. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1992.

—Giró, Radamés. Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, Editorial Letras Cubanas, 2007. Núñez, Luis César, Investigador.