El Premio Nacional de Literatura, del año 1985, Félix Pita Rodríguez es una de las personalidades más polifacéticas de la historia de la cultura cubana; poeta, narrador, ensayista, autor teatral, periodista, crítico literario, traductor, escritor de radio y televisión; legó al morir el 19 de octubre de 1990 una vasta obra plena de cubanía.

Había nacido el 18 de febrero de 1909, en el habanero pueblo de Bejucal, donde permaneció hasta que un afán de aventuras que no lo abandonaría nunca y que le aseguró información y experiencias múltiples para su obra literaria futura lo hizo comenzar a viajar el mundo.

En 1926 viajó a México y Venezuela. En 1929 visitó París; en Montparnasse estableció relación con figuras descollantes del movimiento surrealista, y en los tres años siguientes recorrió Italia, España y Marruecos.

Las revistas Avance, Social, Atuei y el suplemento literario del Diario de la Marina, entre otras publicaciones cubanas y foráneas, recibieron sistemáticamente sus colaboraciones.

El escritor se vinculó a las ideas de izquierda desde los años 20, sobre todo a las protestas del ambiente intelectual, y en 1937 participó junto a Juan Marinello, Alejo Carpentier y Nicolás Guillén en el II Congreso de Intelectuales para la Defensa de la Cultura que en plena guerra civil española tuvo lugar en Valencia, Madrid, Barcelona y París.

Visitó Bélgica en 1938 y regresó a París donde fungió como jefe de redacción del diario La voz de Madrid, hasta 1939.

Al año siguiente regresa a Cuba y comienza a dirigir el magazine dominical del periódico Noticias de Hoy, órgano oficial del Partido Socialista Popular; ya en estos momentos el pensamiento del poeta se había radicalizado, ayudado por sus experiencias internacionales, sobre todo en España.

Recibe la influencia de la vanguardia cubana y del surrealismo que le aportan temas universales y elementos específicos que llegan a caracterizar su obra; de François Villon, Arthur Rimbaud, William Blake, el Conde de Lautréamont y del alemán Friedrich Hölderlin, aprende la descripción del fino hilo intermedio entre la realidad y lo ilusorio, así como lo simbólico y la subjetividad en la interpretación de la vida.

A la par desarrolla una intensa actividad como autor radial, por lo que fue electo en 1943 por la Asociación de la Crónica Radial e Impresa como el mejor autor dramático.

En 1946 obtuvo el Premio Internacional «Hernández Catá» con su relato Cosme y Damián.

Publica Corcel de fuego en 1948, volumen típicamente surrealista, que reúne los textos que habían visto la luz en publicaciones periódicas y compilaciones a partir del año 1935 y que cierra la etapa inicial de su producción poética.

Nuevamente salió al mundo; en 1949 continua su labor como escritor de radio y televisión en Buenos Aires, y Caracas desde 1958 hasta 1959 en que regresa a Cuba tras el triunfo de la Revolución.

A partir de este momento se involucra en la naciente transformación económica, política, social y cultural que ocurre en la isla en 1959. Fue Vicepresidente de la UNEAC y Presidente de su Sección de Literatura.

Comenzó a publicar cuentos en revistas desde 1926, Publicó un importante conjunto de poemarios entre los que destacan Las crónicas. Poesía bajo consigna, (1961); Las Noches, (1964); Historia tan natural, (1971); Tarot de la poesía (1976), y varios elogiados cuadernos de cuentos.

Mereció por su intensa laboral literaria la Distinción por la Cultura Nacional y la Orden Félix Varela; muchos de sus versos permanecen en la memoria de varios lectores que encontraron en ellos enseñanzas y sentimientos de gran cubanía y a la vez de gran alcance universal.