Ya el poeta lo había anticipado al decir: “… cógela tú, guitarrero…”, ese es el espíritu creativo y humano que está marcando el IV Encuentro de Guitarras que desde el pasado día 25 de enero viene efectuándose, primero en la ciudad de Santiago de Cuba y que ahora continúa en La Habana; y que tiene como centro un homenaje a Sergio Vitier.

La guitarra ha sido desde siempre uno de los instrumentos fundamentales y fundacionales de la música cubana y ha sido el medio de expresión por excelencia de importantes compositores, lo mismo de la llamada música culta y la popular.

Entre los nombres imprescindibles en el desarrollo de ese instrumento en Cuba están los de la familia Nicola (Isaac y Clara), Vicente González Cortina (Guyún), Leo Brower, considerado uno de los grandes ejecutores y compositores cubanos para ese instrumento, Jesús Ortega y por supuesto Sergio Vitier; amén de otros guitarristas notables que harán larga esta relación; pero que sus nombres llenan de orgullo a la llamada “escuela cubana de guitarra”.

El evento, auspiciado por la UNEAC, pretende llenar el espacio de tiempo que transcurre entre un Festival y otro de guitarra, que por años se ha celebrado en Cuba desde los años setenta del pasado siglo; y sirve como plataforma para presentar nuevos talentos del instrumento, talento que proviene fundamentalmente del sistema de escuelas de arte del Ministerio de Cultura.

Dedicar esta edición a Sergio Vitier, fallecido en el año 2016 tras recibir el Premio Nacional de Música, pretende y propicia un acercamiento a la obra para guitarra de quien en los años sesenta fue un visionario creador que decidió fundir las dos corrientes fundamentales de nuestra música: el componente hispano (guitarra) con el componente africano (percusión) al fundar el grupo Oru.

Este encuentro de guitarras además ha permitido poner a disposición de participantes y amantes del instrumento el trabajo de compositores, algunos más conocidos que otros, cuya obra no siempre trasciende los marcos de la intimidad personal o de ser estudios obligados para los estudiantes.

Para los organizadores esta edición abre la posibilidad de ampliar a futuro las posibles sedes del evento para próximas ediciones, pues el movimiento de guitarras cubanos es un hecho cultural que alcanza a toda la nación.