Hace veinte años se fundó la empresa Génesis Galerías de Arte que integra cuatro importantes centros de exposición de artes visuales: Acacia, Servando Cabrera Moreno, Habana y La Nave.
A modo de homenaje por estas dos décadas de su labor en la tarea de promocionar y comercializar el arte cubano contemporáneo, se ha inaugurado la muestra personal del artista Luis Gómez, que hoy se puede ver virtualmente y en 360º en el perfil Galería Habana en la red de Facebook, asimismo se inaugurarán otras exhibiciones que tendrán lugar próximamente, una colectiva en la Galería La Nave, otra del Premio Nacional de Artes Plásticas José Manuel Fors en Galería Acacia y la de la joven y prestigiosa Adriana Arronte en Galería Servando Cabrera.
Como ya sabemos, las restricciones sanitarias debido a la pandemia de la covid-19 no permiten disfrutar la muestra de Luis Gómez de modo presencial, máxime cuando hemos sufrido a inicios de abril del presente 2021 un alza en la cantidad de casos contagiados por el coronavirus.
Serie Imitación a la vida de 2019-202, acrílico sobre lienzo de 73 x 87 cm
Ciertamente un recorrido por la exposición es un llamado a señalar cómo la producción artística de Gómez, de álgida contemporaneidad, conlleva a dotar de una determinada orientación al público espectador más amplio, algo que resalta en los catálogos de especialistas que han escrito sobre su obra. De cierto modo, ha sido un desafío para la propia crítica, dado que las exhibiciones del artista no suelen asemejarse unas a otras, implican referentes muy diversos que se superponen como en estratos de significados en los que entrelaza procedimientos técnicos, teorías y conjeturas propias en sus obras, así como cursa por variadas tendencias. Creo que si algo le definiera, sería el realizar un arte nada permisivo para el comfort de las convencionales definiciones críticas y, en ese sentido, es definitivamente un creador visual experimental, capaz de sortear cualquier intento de posible clasificación, ya sea estilístico, identitario o autoral incluso, algo que generalmente permite una más viable absorción por el mercado del arte, así como por una más dúctil circulación promocional y desde las publicaciones, presupuestos todos que sitúan al artista en el núcleo duro de quehaceres artísticos de máxima actualidad.
Vale recordar que el artista dirigió como profesor el Laboratorio de Nuevos Medios en el Instituto Superior de Arte. Fue invitado como artista cubano a la 56 edición de la Bienal de Venecia ―uno de los eventos más importantes del mundo―. Se le realizó una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes (2017) y fue seleccionado para residencias artísticas en Berlín, la Universidad Europea en Madrid, Londres, así como en los Estados Unidos (Pennsylvania, Nueva York y Kansas).
Luis Gómez ha sido, además, un artista que se ha interesado en temas caros al arte de hoy, como pueden ser el sistema del arte —léase la circulación, coleccionismo y producción del arte en términos de globalización cultural—, sus integrantes y actores principales.
Luego de realizar un itinerario por sus catálogos, hojear sus imágenes, leer las palabras de los críticos y recordar las exposiciones ya visitadas, vemos a Luis Gómez cual investigador capaz de distanciarse con sentido crítico sobre los propios elementos teóricos que suele cuestionar desde enclaves ya sean conceptuales, minimal o de las nuevas tecnologías.
Serie Sociedad Estética (contrainformación, collage, páginas de revistas de arte.
En ese sentido, su exposición personal en Galería Habana, Imitación a la vida lleva implícito lo anterior, a la vez que el espectador puede disfrutar de la belleza “light” de cuadros y collages. El título de la exposición arriba mencionado es el de un filme estadounidense de 1959 que fue dirigido en su segunda versión por Douglas Sirk sobre una novela homónima de Fannie Hurst que entonces abordaba, aunque de modo conservador, problemas de segregación racial.
Los cuadros de la serie Imitación a la vida de 2019-2020 en su muestra personal son acrílicos sobre lienzo de 73 x 87 cm, donde las figuras, inspiradas en escenas y fotogramas, solo aparecen esbozadas, y de estas afloran textos en limpia tipografía desde el fondo de manchas pictóricas. Así, tras la técnica se halla una referencia histórica a la Gestalt, que desde la psicología establece la relación fondo y figura respecto a la percepción, y su vínculo con el arte, que a su vez nos remite a la aplicación y enriquecimientos de ambas psicología y artes visuales durante las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX, lo que al mismo tiempo tiene su correlato en la enseñanza de la Bauhaus en Alemania. Estas son algunas de las hebras de una madeja que crece tras el artista hilvanar significados casi siempre inaprensibles en su compleja pluralidad.
A la entrada de la exposición, una serie recibe al visitante, Sociedad Estética (contrainformación) collage, páginas de revistas de arte. Gómez pareciera volver sobre algunas de sus obsesiones, como es el cuestionamiento de las interioridades del circuito del arte. En este caso cada cuadro contiene una superposición de recortes de revistas de arte del mundo que lo conforma en una obra única. Lo primero que puede pensarse es sobre una cita historicista al collage, una técnica artística que surgió con el cubismo y el dadaísmo, asumida por el artista alemán Kurt Schwitters, uno de los principales de la vanguardia artística histórica del pasado siglo. Mas la intención de Gómez no parece ser un homenaje, sino más bien mostrar las ambigüedades y la dispersión casi infinita de imágenes y palabras sobre arte que pudieran enrarecer o nublar nuestras definiciones sobre el arte mismo.
Una gran pared de Galería Habana, enfrente de la entrada, se halla tapizada por este conjunto organizado de cuadros cuyo centro es la aleatoriedad de fragmentos de publicaciones.
Y, de paso, si algo signa, de modo general, esa urdimbre simbólica de referentes en sus objetos, video instalaciones, fotografías, esculturas, collages, etc., es que esa densidad intelectual es transmitida por él con un espíritu cáustico, algo que le identifica. Como también se observa su marcado interés de propiciar un rango abierto de interpretación y lecturas sobre arte, en una notoria ambigüedad que, a todas luces, es deliberada. Develar sus disímiles intencionalidades pudiera implicar el sumergirnos en la opacidad de aguas más profundas, volver la mirada sobre la crítica especializada y así hilar la ruta y desbrozar las ideas que, como hilos en un laberinto, traza desde su arte, como un enfant terrible, Luis Gómez.
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