Jesús Ortega, celebración para una obra de excelencia e infinito amor (+ Audio )


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En este 15 de septiembre y ciertamente bien distinguido, asoma en la lista de homenajes de las grandes figuras de las cultura cubana, coleccionadas cual ramillete en el noveno mes del año,  nuestro querido Jesús Ortega: el gran intérprete, el compositor, el gestor cultural, el maestro: un cubano de los buenos. 

Nacido hace ya más de ocho décadas para privilegio de la música y las buenas causas, el meritorio camino recorrido como educador, le ha valido ser reconocido junto a Isaac Nicola y Leo Brouwer, como fundador de la Escuela Cubana de Guitarra.

Jesús Ortega Irusta ha sido merecedor de diversas condecoraciones y distinciones de diferentes países de Europa, América y Cuba, entre ellas el Doctorado en Artes Honoris Causa, del Instituto Superior de Arte, el Premio Nacional de la Enseñanza Artística y el Premio Maestro de Juventudes. Todo alude a su profunda huella en el devenir de la historia de la pedagogía artística cubana, hoy de renombre internacional.

Ha revelado el Maestro, que al principio de su experiencia docente no le gustaba mucho enseñar, mas lo hizo y de qué manera. Cuánto ha aportado con su excelencia, perseverancia y su buen gusto a la historia de la pedagogía artística y al desarrollo de la música cubana.

Pero ha sido  también mucho más. Atesora  una fecunda carrera como concertista  que se inició en 1956 Su acercamiento a la guitarra fue de la mano del  ilustre maestro de la guitarra Isaac Nicola, quien le mostraría los caminos del repertorio clásico para el instrumento, del magisterio y del compromiso con las instituciones que dirigió. Pues pasó del Conservatorio, a la Escuela Nacional del Arte y al ISA, todas instituciones emblemáticas en la enseñanza de las artes.

Proverbial su amistad de larga data con el maestro Leo Brouwer, con quien iniciara su carrera profesional al formar un dúo, tres años después de que comenzara sus estudios de música en 1953, en el Conservatorio Municipal de la Habana, institución donde se vincula a Argeliers León, Edgardo Martín, Antonio Mompó y Harold Gramatges, entre otros pedagogos. 

Son conocidas  también sus múltiples funciones luego de 1959, cuando funge como director de la Banda de Música y director del Departamento de Arte del Ejército Oriental, asesor del Departamento de Conservatorios del Ministerio de Educación y jefe del Departamento de Conciertos, Orquestas y Bandas.

Esa trayectoria singular se extendió durante cuarenta años como compositor y como instrumentista en diversos formatos, dúos, tríos, concertante solista o acompañado de grandes y prestigiosas orquestas, en diversos lugares del mundo. Hasta que, en 1995, decide abandonar los escenarios y consagrarse a la enseñanza de la guitarra.

Considerado justamente como un  intelectual holístico por las aristas en que se ha desempeñado, se sintetiza su vasta trayectoria como un hombre útil y virtuoso, un artista de frente a sus contextos.

No ha dejado de componer para diversos formatos y géneros. Lista  en su haber un prolífico catálogo que incluye piezas para guitarra, música de cámara, sinfónica, electroacústica, ballets, para el cine, entre otros.

Signado por su doble condición de artista, devenido maestro, Jesús Ortega contribuyó con la difusión de un amplio muestrario de piezas guitarrísticas, precisamente como concertista, en disímiles ciudades y prestigiosas salas por todo el mundo. Esa actualización de su repertorio  durante varias décadas se erigieron en hechos que luego beneficiarían la enseñanza del instrumento en los conservatorios del país. 

En 1995, como extensión de su obra pedagógica y maestría artística, funda y dirige desde la agrupación Sonantas Habaneras, proyecto que formara con sus estudiantes hoy convertidos en exitosos profesionales de la guitarra. 

Impulsor  y perseverante, quizá también aprendido de su maestro Argeliers León, con su labor potenció, además,  la investigación, la arqueología musical,  y también la creación de nuevas obras para guitarra por parte de compositores cubanos reconocidos, que llegaron a constituir  un amplio catálogo y forman parte hoy del patrimonio musical cubano.  

Importante destacar en este quehacer, su compromiso con la música electroacústica, resultando precursor en Cuba, llegado el tiempo de fundar e iniciar. Se vinculó  a ella desde los inicios,  junto a su también amigo y pionero del género en el país Juan Blanco. Dinámica creativa donde Ortega creaba y ayudaba en el Laboratorio y que tuvo por resultado un amplio pliego del que destaca el que, juntos compusieron Canto a la vida, basada en la voz de Benny Moré, para banda magnética e instrumentos de percusión en vivo.

De su accionar descuella igualmente la labor en la promoción y gestión cultural,  desde donde lleva el mérito de ser fundador del Festival Internacional de Guitarra,  iniciado en 1982 y del que hoy es su presidente.

La Medalla Alejo Carpentier, 2002 y la Orden Félix Varela, 2004, también se incluyen en los muchos honores que ha recibido este Guitarrista, compositor, catedrático, director de orquesta, pensador y gestor cultural.

Este singular hombre que transita las décadas, lleva consigo todo lo vivido, y va dejando  a su paso una estela de creación, de transformación, de construcción, su apuesta al futuro es proverbial, su preocupación por el legado, a la continuidad  del saber y del hacer, ello le dignifica y ennoblece. 

Es Jesus Ortega Irusta, un ejemplo de artista consagrado, con responsabilidad artística, consciente de su papel, condición y misión. Gracias por ello.

¡Celebración y larga vida maestro!

 


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