Juan Manuel Márquez y su compromiso “Por una Cuba mejor”.


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Juan Manuel, hombre sumamente martiano, fue a la insurrección armada, a la guerra, lo mismo que Martí en su época. Mantener el recuerdo de personas como Juan Manuel es más que importante, no sólo por lo que fue capaz de darse a otros, sino también por ser un ser humano que tan sólo le interesaba serlo.

Así resaltó Teresa Gómez, documentalista del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), la fortaleza de carácter del mártir revolucionario Juan Manuel Márquez, durante un  homenaje con motivo del Aniversario 105 de su Natalicio, efectuado en la sede habanera de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

El documental Por una Cuba mejor de la autoría de dicha Realizadora, además de la presentación del título En cada latido del combate formaron parte del homenaje, al igual que conmovedoras intervenciones de viejos combatientes, amigos y colegas muy cercanos a Juan Manuel; de su hija Alba Márquez, y de familiares y periodistas presentes en esta oportunidad.

A partir de un grupo de entrevistas a combatientes y amigos de Juan Manuel –entre ellos, Josefina Rodríguez; Arsenio García, Carlos Bermúdez, ambos, expedicionarios del yate Granma, al igual que Juan Manuel,  y el coronel ®Pedro Urra --y de imágenes de archivo rigurosamente seleccionadas, Por una Cuba mejor presenta el ambiente de la Cuba republicana de principios y mediados del pasado siglo –muy bien llevada cronológicamente--, y con ella, su caterva de hechos y figuras oprobiosas y criminales como son los casos de los presidentes de turno José Miguel Gómez, Mendieta, Grau San Martín y el jefe del ejército y luego dictador sangriento Fulgencio Batista, además de la presencia –siempre esperada ante cualquier acto de rebeldía del pueblo de la Isla, por parte de cada uno de estos gobiernos lacayos--, de la intervención norteamericana presente en los diplomáticos Caffery y Sunmer Welles, entre otros, trasladados a imágenes de época.

Igualmente, personalidades importantes del entramado universitario y obrero no pueden faltan, y nos atrevemos a decir, en esta bien lograda joya documental.

Asimismo, la entrevista realizada a la connotada historiadora doctora Francisca López Civeira, contribuye a enriquecer esta obra fílmica brindando criterios objetivos y de profundo análisis científico y ético en cada uno de sus planteamientos acordes a las épocas mostradas.

Infinidad de momentos importantes en la vida de Juan Manuel –desde su infancia, estudios en general, su militancia en el Ala Izquierda Estudiantil, su iniciativa de fundar el periódico El Radical; su entrega a la lucha antimachadista; su conocimiento de políticos eminentes (Eddy Chibás, presidente del Partido Ortodoxo, entre otros, incluido el Partido Auténtico), recrean este mensaje documental. Mas, momento importante en su vida lo constituyó, sin lugar a dudas, la propuesta realizada por Fidel a ser uno de los expedicionarios del yate Granma en la futura revolución armada que planeaba el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7), además de llegar a ser su segundo al mando. El doce de julio de 1955 esta dirección ya se encontraba completamente estructurada por compañeros sobrevivientes del Moncada y por otros involucrados en otros movimientos como el Popular Revolucionario, de García Bárcena, que asumirán el programa y la estrategia a seguir:

“En esa dirección nacional del Movimiento donde están un grupo de moncadistas, de personas que combatieron el 26 de Julio en Santiago de Cuba y Bayamo, Juan Manuel decide formar parte del programa y la estrategia a seguir por el Líder de la Revolución. En este proyecto están Armando Hart, Faustino Pérez y Juan Manuel Márquez”, explicó la también profesora universitaria López Civeira y agregó que, “formando parte del MR-26-7, Juan Manuel parte hacia Estados Unidos a finales de julio de 1955 con la misión de trabajar intensamente con los emigrados en la recaudación de fondos para adquirir armas y equipos de guerra”.

En esos días y en un acto realizado en el teatro Palm Garden el 30 de octubre de 1955, Fidel expresó: “Puedo expresarles con toda seguridad que, en 1956, seremos libres o seremos mártires”. Posteriormente, a mediados de 1956 y tras cumplir con las tareas que Fidel le encomendó en los Estados Unidos, Juan Manuel llega a México para reunirse con sus compañeros: Félix Elmuza, Carlos Bermúdez y Arsenio García, entre otros, y comenzar su etapa de entrenamiento militar, meses antes de abordar el yate Granma.

Por su parte, Alba Márquez rememoró a su padre “como una persona que ejercía un poder de atracción muy grande con sus palabras, con su conversación. Fue un excelente orador político y un periodista articulista del diario El Sol, además de utilizar la emisora radial COCO, como tribuna de combate contra la corrupción y el pillaje gubernamental. Lo veía como un hombre con cierta magia, un hombre cargado de mucho amor”.

En la COCO el revolucionario mantiene un espacio La hora de la ortodoxia revolucionaria, cada domingo a las 7:30 de la tarde, y en Vergüenza contra Dinero, a las 5:45 de la tarde.

“En el Partido Ortodoxo es que mi padre conoce a un joven estudiante de Derecho, Fidel Castro Ruz, de tan sólo veinte años de edad, y ambos coinciden en la necesidad de solucionar los urgentes problemas de Cuba”.

En relación con la situación del Partido Ortodoxo tras el suicidio el 16 de agosto de 1951, de su principal dirigente Eduardo Chibás, la doctora López Civeira significó “que la dirigencia pasa a una dirigencia burgués-terrateniente. Sin embargo, en ese partido llegan a existir dos grupos; entre ellos, uno, que sigue la corriente política e intransigente de Chibás, con una mayor radicalidad: la de Fidel”.

Luego del golpe militar perpetrado por Fulgencio Batista y su toma del poder del poder político, El 12 de julio de 1953 Juan Manuel declara públicamente que:

“Frente a la existencia de un estado despótico todos los métodos que se empleen para combatirlo son lícitos:   desde la protesta cívica hablada o escrita hasta el movimiento insurreccional”.

El volumen En cada latido del combate, de  Alba Márquez Rodríguez, publicado en el 2016 por la Casa Editora Abril, remite al lector a una obra biográfica testimonial, donde altruismo y humanidad de un hombre hacia las vidas de otros y por la consagración de una idea, fructifican cada momento de su lectura, y a la impronta de continuar hacia adelante y construyendo una sociedad cada vez mejor.

Con una trayectoria revolucionaria inmaculada desde los 17 años de edad –al sufrir cárcel y torturas en varias ocasiones--, Juan Manuel Márquez es otro de los héroes “patrimonio de todas las edades, y que pelean para hacer los pueblos libres”--como destacara nuestro José Martí en la Revista Universal, el 22 de junio de 1875--, y a quien también y muy merecidamente perpetúan con respeto los periodistas cubanos revolucionarios en esta época de duras confrontaciones frente al enemigo de siempre con su carga expansionista y expoliadora de pueblos.

Al homenaje asistieron Ricardo Ronquillo y Rosa Miriam Elizalde, presidente y vicepresidenta primera de la UPEC, respectivamente; Alba Márquez, hija de Juan Manuel; Teresa Gómez, documentalista; el combatiente Pedro Urra, subordinado del mártir revolucionario; su sobrino Orestes Quintana, además de profesores, investigadores universitarios e invitados.

Finalmente, directivos de la UPEC le hicieron entrega a Alba de dos cuadros contentivos de fotos de sus padres, y del Líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz junto a Juan Manuel.

. Con el coronel ®Pedro Urra Medina, luchador revolucionario y fundador del Ministerio del Interior y de los Órganos de la Seguridad del Estado.

“Juan Manuel era presidente del Partido Ortodoxo del habanero barrio de Marianao y luego fue mi jefe dentro del grupo conspirativo del profesor universitario García Bárcena. Con este objetivo fueron movilizados cerca de cien hombres en Marianao con el objetivo de participar en el asalto al cuartel de Columbia aquí en La Habana. Esta acción debía ocurrir meses antes del asalto a los cuarteles Moncada y de Bayamo en la zona oriental. No llegó a producirse”, inició su diálogo este entrevistado de noventa años de edad y de increíble lucidez mental”.

. ¿Qué recuerdo guarda de Juan Manuel Márquez?

“Fue una persona extraordinaria, como dirigente y como orador. De él incluso guardo su discurso pronunciado en el parque de Harlem, en Estados Unidos, anterior a su participación como expedicionario del Granma en 1953”.

. ¿Qué recuerdo atesora de Fidel?

“Pude coincidir con Fidel en varias ocasiones a principios del triunfo revolucionario y después durante una visita en que se cumplía el primer aniversario del triunfo y primera gran derrota del imperialismo en Playa Girón. Allí Fidel reunió a cerca de 40 periodistas que vinieron de todas partes del mundo. “Jamás olvidaré que en aquella oportunidad le serví de traductor de idioma inglés, lengua que estudié desde niño en escuela pública. De esa visita conservo cerca de cincuenta fotografías. Más tarde, igual trabajo lo desempeñé para él una tarde en los Juegos Panamericanos celebrados aquí en La Habana. En fin, siempre pienso que está vivo. Lo recuerdo diariamente. No lo concibo ni lo concebiré como una persona que se ha marchado, aunque haya sido físicamente. Su pensamiento continúa vivo. Todo, absolutamente todo política e ideológicamente, está trazado por él, y hay que continuar este proceso tan hermoso y esta Historia que tanto nos nutre como cubanos y como revolucionarios”.


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