Conversaciones sobre arte, de Rafael Acosta de Arriba –publicado por Artecubano Ediciones– es un libro que exige del lector agudeza perceptiva, ambición por el saber y pensamiento crítico. La primera, es necesaria para captar las múltiples articulaciones que operan a nivel estilístico entre lo vivencial-emotivo y lo intelectual, lo racional; algo así como poner cara a cara a Lukács y a Adorno. La segunda, porque el autor aporta conocimiento en un proceso de demanda y pesquisa, búsqueda y reflexiones en movimiento. La tercera, le permitiría evadir los estrechos límites y limitaciones que estable un género, para acercase a la esencia y descifrar la verdadera dimensión cultural subyacente en los diálogos del autor consigo, con otros autores y con el contexto. Significa que la discursividad sobre arte con que operan las voces que aparecen en el libro, no se asienta en hechos en sí, ni siquiera en los procesos artísticos, sino en las meditaciones en torno a ellos.

Estas Conversaciones… requieren una lectura abierta, desprejuiciada, libre de cualquier atadura impuesta por el canon. Esta señal la capté de manera muy clara cuando leí en sus palabras preliminares la confesión de Rafael de ser un «entrevistador no muy diestro». Tal vez para el que no conozca la extensa obra de este intelectual, sus acuciosos estudios sobre Octavio Paz y la poesía latinoamericana, sus ensayos sobre cine y artes visuales, resulte paradójico el reconocimiento público hecho por el autor concerniente a su poca experticia como entrevistador. Sin embargo, dichadeclaración postula la certeza de un ensayista que se desdobla, muta como los signos de su laberinto. Conversaciones sobre arte, es –según Acosta de Arriba- “una suerte de profunda y plural reflexión sobre las artes visuales y su crítica, desde el poderoso y socrático vehículo de la conversación”. Entonces, esos diálogos reflexivos que conforman el libro, respaldan la tesis del profesor catalán Carles Besa Camprubí de que «la resistencia» del ensayista a adoptar estrechas normas de escrituras, determina una apertura a formas diversas y plurales de expresión. De este modo podemos comprender que estamos en presencia de un conjunto de diálogos reflexivos germinados desde el pensamiento, la voluntad y la interpretación ensayística y no de los anhelos informativos de un entrevistador.

El ensayista requiere del diálogo íntimo consigo, con otros, con el contexto y con la historia para seguir meditando, nos enseña el profesor José Luis Gómez-Martínez, de la universidad de Georgia. En Conversaciones sobre arte, Rafael Acosta absorbe toda una herencia cultural, polemiza y devuelve su pensamiento en forma de diálogos que tiene su anclaje epistemológico en Platón y Sócrates, Montaigne y Bacon, Ortega y Gasset y Reyes, Medardo Vitier, Cortazar, entre otros, y que llega hasta nuestros días con algunos ilustres ejemplos de ensayos conversacionales de Rufo Caballero, la rusa Raiza Gariunova, la india Gayatri Spivak o el camerunés Achille Mbembe.  

Veintidós intelectuales conforman este libro, así debe ser leído. David Mateo nos da en el prólogo la visión acerca de la entrevista y sus posibilidades para el ejercicio del pensamiento crítico y valorativo. Después Rafael Acosta comparte la ruta con artistas y estudiosos de varias generaciones y países, tendencias, estilos, experiencias en la práctica artística o en torno a ella: Louise Bourgeoise, Claudio Parmiggiani, René Francisco Rodríguez, HervéFischer, Gianni Vattimo, José Luis Cuevas, Ambra Polidori, Roberto Fabelo, Manuel García, Jorge Luis Santos, Tomás Sánchez, Julio Larraz, Rubén Rodríguez, Andrés Serrano, Harold López, Herman Puig, Gustavo Díaz, Hamlet Fernández, Rigoberto Mena, Guilbert Rosales. 

En las casi trescientas páginas se entrelaza el punto de vista del ensayista con el de sus interlocutores. Las notas introductorias a cada entrevistado son, en muchos casos, breves ensayos interpretativos, donde se devela la esencia de lo que se busca y se desea obtener por respuesta. Comparaciones constantes, preguntas de relación o con afirmaciones que muestran el saber previo sobre el tema en cuestión; frecuentes citas resultado de extensas lecturas, vivencias o investigaciones; despliegue de conceptos, confrontación de ideas, insistencia por conocer más allá de lo conocido; interlocutores parcos y locuaces, textos que son verdaderos ensayos a dos manos; textos trazos, textos siluetas, textos encrucijadas. Conversaciones sobre arte es exploración, mixtura, duda y reserva de conocimiento; es de esos libros por lo que no se pasa, sino a los que debemos llegar.

Visto –desde mi lectura- como un extenso ensayo conversacional, compendio de ideas dialogadas y reflexiones básicas para entender el arte, este libro se sobrepone a lo efímero informativo y nos confirma aquella idea de Theodor Adorno de que el pensamiento tiene su profundidad en la profundidad con que penetra las cosas, y no en lo profundamente que se le reduzca a otra cosa.