La mujer en la poesía amatoria colombiana


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Ahora que se acerca la Feria Internacional del Libro de La Habana, y que el país invitado de honor es la hermana Colombia, quiero referirme a la participación de la mujer poetisa en los primeros años del pasado siglo.

La poesía colombiana se ha distinguido por el tema amatorio como eje central de sus producciones. En el caso de la mujer, existieron algunas creadoras dignas de mencionar por sus marcadas intenciones en activar la participación feminista, en esta etapa de la historia. Algunas hasta enmascaraban sus textos bajo un nombre supuesto. Otras, fundamentalmente entre periodistas, educadoras, músicos, incursionaron e hicieron sentir sus emociones a pesar aun del machismo epocal que las minimizaba.

Aquí solo seleccionamos cuatro. Nacidas todas en los primeros años del siglo XX. Me refiero por orden de nacimiento a Laura Victoria (1904), Dolly Mejía (1920), Meira del Mar (1922) y Dora Castellanos (1924).

¿Quién era Laura Victoria?

Su nombre original era Gertrudis Peñuela de Segura. Había nacido en Soatá Boyacá y era educadora. Esta mujer era una poeta muy romántica y sentimental. Gozó de gran estima por superar a muchas que solo reflejaban en sus textos, como dicen algunos críticos, aquellos tímidos arrullos de tórtolas que mostraban solamente algunas insatisfacciones. Ella iba mucho más allá. De su poema “En Secreto” son estos versos:

Ven, acércate más, bebe en mi boca

esto que llamas nieve;

verás que con tu aliento se desata;

verás que entre tus labios se enrojecen

los pétalos de ámbar…

Ven acércate más, muerde mi carne

con tus manos morenas

verás que dulcemente se desmaya

el cactus de mi cuerpo,

y surge tenue de la nieve dura

la misteriosa suavidad de nácar.

Según conocimos, Laura Victoria y otra colombiana, llamada Dolly Mejía, sacaron ambas la poesía femenina colombiana de su ancestral marasmo ese de tono llorón y dulce para ofrecerle un vigoroso aliento más próximo al regodeo erótico que se perciben en ambas creaciones.

De Dolly Mejía son estos versos: que titula “Único”:

Tú eres mi último barco y mi primera lágrima

quiero asirme a tu proa para no naufragar,

y he de ser cómo un viento que domine tus aguas,

que domine tus olas que van siempre al azar.

Tu cabello ha de ser el trofeo de ébano

que la vida me paga por vencer la distancia.

Y he de beber tu boca. Y han de ser tus miradas

lámparas encendidas que iluminen mi estancia.

Viviré con tu aliento temblaré con tu pecho.

Ts alas y mis alas serán reinas del viento.

En tus ojos oscuros se dormirá la noche

con un fulgor de estrellas en todo el firmamento.

Despliego mis antojos como bandera al viento

para abrazar tu cuerpo volátil, volandero.

Quiero ser la cadena que aprisiona tus pasos

y el último refugio de tus besos viajeros.

Tú eres mi último barco y mi primera lágrima.

Y yo el puerto postrero en donde habrás de anclar.

Seré la capitana de todos tus anhelos

y seremos piratas en nuestro propio mar.

Dolly Mejía nació en Jericó, Antioquía. Cuentan que murió en Bogotá, en 1975. Viajó de muy joven por Europa y vivió en Madrid. Era periodista cultural. Logró una verdadera aceptación en su época y publicó algunos libros. 

Otra poetisa que deseamos señalar fue Meira del Mar. Por supuesto que ese era su nombre artístico. Su nombre de pila era Olga Chams Eljach, y nació en Barranquilla. Allí, en su ciudad natal, estudió Música y fue profesora de Historia del Arte y Literatura. Según los críticos su poesía de corte clásico y un versolibrismo elegantemente rítmico se acerca a la nota amorosa con discreción y belleza:

Aquí un ejemplo de algunos de sus versos libres:

¡Brillan las hoces! ¡Rebrillan!

en el inmeno trigal!

Corre alocada la brisa

tras las huellas del cantar!

Y aunque yo adoro la siega

Hoy… ¡no la quiero mirar!

Porque a mis ojos, amado,

tu ausencia asomada está…

¡Tu ausencia, muchacha triste,

que solo sabe llorar!

Y aquí su “Soneto del Amor evocado”

Toca mi corazón tu mano pura

lejano amor, cercano todavía.

Y se me vuelve más azul el día

en la clara verdad de su hermosura .

Memoria de tu beso, la dulzura

recobra su perdida melodía

y torna al cielo de la frente mía

el ángel inicial de la ventura.

El viento es otra vez un manso río

de jazmines abiertos. El estío

entreabre su vena rumorosa.

Y el tiempo se detiene desvelado,

a orillas del recuerdo enamorado,

que enciende el corazón cuando la roza.

En sus últimos tiempos Meira fue Directora de la Biblioteca Departamental del Atlántico.

Por último, no podemos dejar de mencionar a Dora Castellanos. Su apellido de pila, Echeverría. Lo de Castellanos fue por el Cronista de Indias Juan de Castellanos. Nacida en Bogotá, se desempeñó como periodista cultural y estuvo vinculada en los últimos tiempos a la diplomacia en Caracas, Venezuela.

Fue digna de un homenaje a sus 90 años de vida.

Tiene 99 años.

Según los críticos es una de las más altas y meritorias cultivadoras de la poesía colombiana amatoria. Aquì tienen su soneto “Verdad de Amor”:

Hace guiños la muerte cada día,

pero la vida espera ansiosamente,

y si el amor es juventud ardiente,

que no venga la muerte todavía.

Busco su plenitud y su alegría,

pero el amor se obstina ciegamente,

y me deja en los ojos y en la frente

un signo de letal melancolía.

¡Quiero el amor total! El que convierte

la miseria en temblor iluminado,

el más puro de todos y el más fuerte.

Morir feliz después de haber amado.

Porque es amor más fuerte que la muerte,

polvo seré, más polvo enamorado.

Dora Castellanos fue la primera mujer de Número en la Academia de la Lengua Colombiana en 1978. Según fuentes, es Individuo de Número y Miembro Correspondiente Hispanoamericano de la Real Academia Española.

Muy reconocida y traducida. Incursionó en la prosa, y entre otros géneros en la literatura para niños.

En 2020 fue propuesta para el Premio Nóbel.

Espero disfruten la poesía de Dora Castellanos, y en general de esta selección poética de la mujer colombiana de todos los tiempos.


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