Ojos que ven a América Latina deleitaron en Festival de Cine en Cuba


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El 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano devino una magnífica plataforma artística para expresar los problemas de este continente y resaltar las verdades, incluido los silencios.

La cita tuvo lugar en esta capital, del 5 al 15 de diciembre, con la exhibición de 300 filmes de 37 países y muchos participantes la avalaron como espacio de resistencia para el cine latinoamericano en tiempos en los que grandes industrias norteamericanas dominan la distribución en la mayoría de las naciones.

'El cine latinoamericano tiene la valentía de contar las historias más simples, sin necesidad de espectacularidades y esto es algo a defender', destacó el gran actor argentino Ricardo Darín, quien presentó en la sesión inaugural del festival una cinta encantadora: La odisea de los giles (Argentina, España), de Sebastián Borensztein.

Por su participación en esa película y en El cuento de las comadrejas, el versátil actor argentino Luis Brandoni se alzó con el Coral de Actuación masculina en este evento, mientras su compatriota Érica Rivas recibió el femenino por su protagónico en Los sonámbulos, de Paula Hernández (Argentina, Uruguay).

Dicho largometraje, sobre los abusos de una estructura patriarcal, obtuvo el lauro de Ficción; mientras el jurado otorgó un Coral Especial a La Llorona, de Jayro Bustamante (Guatemala, Francia), filme que reportó a Eduardo Cáceres el Coral de Sonido y recibió dos galardones colaterales.

La Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina, que aúna el voto de la prensa extranjera acreditada en el 41 Festival, otorgó el Premio Glauber Rocha a La llorona y la Campaña ¡Súmate! Por una vida sin violencia' le concedió su lauro !Súmate! Cultural.

El cuento de las comadrejas, del director Juan José Campanella, conquistó el Coral del Público de un Festival en el cual compitieron por galardones 21 largometrajes de ficción, 18 óperas primas, 21 documentales (largometrajes), 10 cortos y mediometrajes, 23 animados, 25 guiones inéditos y 30 carteles.

La presente edición se dedicó a celebrar el centenario del nacimiento de una de las figuras sobresalientes del cine latinoamericano, el documentalista cubano Santiago Álvarez, a quien se le rindió homenaje con un coloquio y una gran exposición.

Igualmente, el evento festejó el 60 aniversario de la fundación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).

Gran parte de las realizaciones ahondaron con mirada crítica en la realidad latinoamericana actual con temas como la diversidad sexual, los pueblos originarios, la emigración, las amenazas y secuelas de las dictaduras, las desapariciones de personas y el peligro del esparcimiento de ideales fundamentalistas.

También apuntaron al racismo, la corrupción y a la violencia contra mujeres y niñas, sus luchas y resistencia, los sufrimientos ocasionados por la dominante estructura social patriarcal en muchos países, entre varios.

Este año, películas de Argentina y Brasil atesoraron la mayoría de los Premios Corales y los Premios de Honor se entregaron a la productora Lita Stantic, ícono del nuevo cine argentino de la década de 1990, y al reconocido director cubano Manuel Pérez, fundador del Icaic.

Merece destaque que el apartado de Galas ofreció puestas de lujo como el multipremiado largometraje Parásitos, de Bong Joon-Ho (Corea del Sur); y Marighella, de Wagner Moura (Brasil), excelente cinta que aún no ha podido estrenarse en Brasil porque refleja la vida de un político y guerrillero revolucionario censurado.

También se proyectaron como parte de la misma sección Ema, de Pablo Larraín (Chile); Chicuarotes, de Gael García Bernal (México); y la Red avispa, del realizador francés Olivier Assayas.

Dentro del propio apartado, gran acogida por parte del público recibió el documental Diego Maradona, de Asif Kapadia (Gran Bretaña), sobre cómo el extraordinario futbolista argentino lograría conducir por primera vez en la historia al club de Nápoles a la cima, pero a un precio personal muy alto.

La campaña gráfica del Festival, a cargo de la firma cubana de diseñadores Nocturnal, no dejó indiferente a nadie; pues muchos realizadores y artistas alabaron los símbolos empleados como el corazón, un ojo abierto y la frase: 'Ojos que ven', la cual juega con el refranero popular iberoamericano.

'Los ojos que ven en La Habana son los ojos de la gente que los han perdido', afirmó el actor argentino Gastón Pauls en referencia a las lesiones oculares ocasionadas por las fuerzas policiales en Chile a cientos de manifestantes que protestan contra el gobierno del presidente Sebastián Piñera.

El 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano se confirmó como un espacio de inclusión, de múltiples voces, de resistencia y solidaridad, alma revolucionaria y disfrute del séptimo arte con los colores propios de este continente, lleno de dificultades pero también de pasiones, corazones y ojos que ven.


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