Pacho Alonso a ritmo de Salsa


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Un homenaje a Pacho Alonso, a ritmo de salsa, brindaron músicos cubanos al legendario cantante de Santiago de Cuba. A la cabeza del concierto bailable estuvieron su hijo Pachito y sus nietos Cristian y Rey, en compañía de muchos invitados: César Pedroso “Pupy”, en el piano, junto a su cantante Ricardo Amaray, José Luis Cortés en la flauta de oro y el pianista Lazarito Valdés.

La velada comenzó a golpe de pilón (parece que los ritmos cubanos no pasan de moda), en esta música inventada por Enrique Bonne la interpretación corrió a cargo de la voz del veterano Arango, un colega de Pacho Alonso.

La pista se puso caliente cuando subieron a la escena Cristian y Rey a soltar estribillos de moda, que todo el público coreaba.

La orquesta de Pachito, con sus nuevas adquisiciones en las voces y experimentados músicos, ofreció su repertorio.

Al finalizar César Pedroso me contaba: “Estando en Los Van Van, en la década de 1970, alternamos con Pacho Alonso en su gran momento, cuando el pop dominaba la escena europea. Pacho estaba muy bien relacionado con  los grupos juveniles de la música española. Era una época de muchas ilusiones y de esperanzas con Los Van Van”.

“Efectivamente ―adiciona José Luis Cortés―, alentado por Pacho Alonso yo hago un arreglo de un tema de moda en España, el Pao pao (Cuéntame qué te pasó), que interpretó el propio Juan Formell y, de esa manera nos echamos al público español que no conocía a Los Van Van. La orquesta comenzaba con una nueva música que no era el son y la guaracha tradicional, tenía su cosa moderna con la guitarra y el bajo eléctrico, la batería; éramos como un  combo con violines, una mezcla muy rara que, a la larga funcionó, pero al principio no fue fácil”.

José Luis me contaba que aun recordaba el número exacto que marcaba los éxitos de Pacho Alonso en la victrola: Se tambalea, A cualquiera se le muere un tío, Billy the Kid e Imágenes, de Frank Domínguez, que fue un bolero inolvidable.

“Cuando aquello yo vivía en el barrio El Condado, año 60, 61, y Pacho subía a la cima de la popularidad ―sigue diciendo Cortés―, yo era muy pobre, me alegraba con la música de Pacho y, nadie imaginaba que pudiera estudiar en una escuela de música en La Habana y pudiera alternar con  la figura de Pacho. La vida te da sorpresas”.

Los bailes en La Piragua deben continuar, como prometió el Instituto Cubano de la Música, el pueblo tiene que bailar. Camino del V Centenario de La Habana se esperan muchas fechas de homenaje: los cincuenta de Los Van Van, los ochenta de la Aragón, los cien del Benny Moré. Hay que aprovecharlo todo para realzar la música popular cubana y para que el gran público disfrute.


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