El doctor José Antonio Méndez Valencia y Beatriz Márquez, cantante y Premio Nacional de la Música 2015, recibieron en la tarde de ayer el reconocimiento anual Por la Obra de la Vida, que otorga la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en la sala Martínez Villena de esa institución.

Los coros Exaudi, dirigido por la maestra María Felicia Pérez, y Schola Cantorum Coralina, bajo la batuta de la maestra Alina Orraca, fueron los primeros regalos que recibieron los homenajeados en esta ceremonia.

Luego María Felicia Pérez, miembro del ejecutivo de la Asociación de Músicos, tuvo a su cargo las palabras de elogio al doctor José Antonio Méndez; en las mismas expresó: «Méndez es músico y maestro; intérprete y pedagogo de extraordinaria valía y su prestigio traspasa las fronteras de su natal Matanzas para convertirse en una referencia del buen hacer en nuestro país y en el extranjero».

Enumeró igualmente algunas de las acciones más sobresalientes de la trayectoria del homenajeado, que se remontan a sus días de estudiante en la Escuela Nacional de Arte donde «ya era amado por sus compañeros y muy estimado por sus profesores» dijo.

Comentó que Méndez fundó en 1981 el Centro Coral Infantil de Matanzas y en 1986 comenzó a dirigir el coro provincial, convertido bajo su liderazgo en el Coro de Cámara de esa ciudad «el cual es una de las agrupaciones corales más exitosas del país», aseveró la directora del Coro Exaudi.

Enfatizó en su importante labor docente en la Escuela Provincial de Música de Matanzas «en la cual ha formado,  con esa indetenible y férrea perseverancia que lo caracteriza, jóvenes directores y cantores de coros».

Resaltó asimismo su trabajo en cuanto a la literatura musical, tanto con libros de su autoría como con la realización de importantes compilaciones.

«Méndez es uno de los más destacados directores corales y profesores de esta especialidad en Cuba; con el otorgamiento de este reconocimiento la Asociación de Músicos de la UNEAC  se honra profundamente y hace aún más visible la trayectoria del maestro Méndez, siempre generoso y brillante en su quehacer», y a continuación subrayó que es un ejemplo de ética, profesionalismo, transparencia y respeto y que su vida coherente ha estado enteramente dedicada al arte coral.

Posteriormente el maestro Roberto Valera, Premio Nacional de la Música 2006,  pronunció las palabras de elogio hacia Beatriz Márquez; con su habitual simpatía y espontaneidad se dirigió a la homenajeada:

De veras no puedo decir nada que resuma y que pueda significar lo que te quiere el pueblo de Cuba por lo mucho que le has dado a través de los años. Cuba es un país que ha dado muchas cancioneras eminentes, no se puede hacer una competencia de cancioneras, pero tú eres una voz inconfundible, un timbre muy especial con una manera muy especial de decir la música; no solo es tu musicalidad, como el epíteto que te puso Orlando Quiroga: La musicalísima, es además tu forma de entender la canción, de pronunciar, para que siempre se entienda todo lo que dices, y de escoger tu repertorio.

Recordó muchos de los premios que la también compositora ha recibido y confesó: «Yo solo quisiera que un día Beatriz cantara una canción mía, espero tener esa suerte porque es una de las cosas que siempre he soñado: sentir esa voz linda, esa voz que tanto he admirado...».

Al punto destacó la seriedad profesional de Beatriz Márquez «que no solo es una cancionera: es un músico, porque no solo disfruta la música que ella hace sino toda la música. Es una mujer que conoce la música desde adentro».

Los reconocimientos fueron entregados por Luis Morlote, vicepresidente primero de la Uneac a Beatriz Márquez y  por el maestro Guido López Gavilán, al doctor José Antonio Méndez Valencia.

El joven y reconocido pianista Alejandro Falcón regaló una pieza a ambos artistas y luego acompañó, en el tema Vieja Luna, del compositor Tito Rodríguez, a Beatriz, la cual realizó una  interpretación magistral como es su costumbre.