René Portocarrero: Universalidad, grandeza y rigor artístico


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“En pintura no existe lo sencillo; el primer grado es lo bello; el grado inmediato es lo sublime” (1), escribió nuestro José Martí y a este adagio bien podría incluirse el de una figura cimera de la Plástica cubana para quien pintura, dibujo, diseño y muralismo lograron fundirse en grandeza artística, trascender con el tiempo, y ser espejo único de una época. Fue así René Portocarrero, siempre presente en la riqueza pictórica de la Cultura cubana.

Reflejo viviente durante años de una llama pictórica donde Historia, Flora y Carnavales llegan a ser, entre otros, sus objetivos de labor más relevantes, desde muy temprana edad Portocarrero siente una gran inclinación hacia el arte pictórico. Con once años de edad expone por primera vez, en calidad de aficionado, un paisaje de su autoría en el Salón de Bellas Artes de la entonces Asociación de Pintores y Escultores de La Habana y, once meses después recibe sus primeras clases de pintura en la Academia Villate hasta que, en 1926, matricula Dibujo elemental en la Escuela Nacional de Bellas Artes de San Alejandro.

Sin embargo, su temperamento artístico no llega a adaptarse al rigor de aprendizaje académico de esa institución por lo decide continuar pintando por cuenta propia, como autodidacta. Así las cosas, no es hasta la década de los años treinta en que el joven artista comienza a darse a conocer en los medios artísticos y, al mismo tiempo, a sorprender a los críticos más exigentes por su talento creativo.

En 1934, realiza su primera exposición personal en la sociedad Lyceum de La Habana; al año siguiente, participa en la Exposición Nacional de Pintura y Escultura, primer salón oficial convocado por una dependencia estatal, en el que también están presentes pintores vanguardistas como Víctor Manuel, Amelia Peláez, Carlos Enríquez y Fidelio Ponce.

Seguidamente, en 1936, expone una colección de dibujos en el propio Lyceum habanero y pocos meses después, durante la Exposición de Arte Moderno, realiza otra muestra pero en esa ocasión, de trece dibujos, patrocinada por el Municipio de La Habana.

Asimismo, colabora junto a otro grande de la pintura cubana, Mariano Rodríguez, en el Estudio Libre para Pintores y Escultores, dirigido por el pintor y caricaturista Eduardo Abela. La influencia mexicana no escapa del gusto de Portocarrero, y ésta se manifiesta en algunas de sus obras con fuerte influencia azteca, entre ellas, algunos óleos y el mural Familia campesina, expuesto hasta nuestros días en la Escuela Normal para Maestros de Villa Clara.

Mas su talento artístico no se limita tan sólo al mundo de la pintura, sino también al de la poesía. Prueba de ello es que en 1939, escribe e ilustra el poema titulado El sueño, en el que denuncia el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, sus dibujos continúan siendo favorecidos por la crítica y el público más exigente. Todos ellos presentes en las revistas Verbum, Espuela de Plata y Orígenes.

A partir de la década de 1940 la obra de René Portocarrero es representativa de una serie de nuevas visiones citadinas. Algo que la inolvidable especialista y profesora universitaria Adelaida de Juan, refiere en su libro Pintura Cubana: temas y variaciones, acerca de la obra del Artista:

“A partir de la década de 1940, surgen nueves visiones de la ciudad. Además de la ciudad nocturna de Víctor Manuel, se inician los numerosos acercamientos que hace Portocarrero. Primero son los Interiores del Cerro, en los cuales el ornamento de la arquitectura y el mobiliario enroscan y engloban toda la composición, incluyendo la figura humana. Luego, en la década del cincuenta, ya es la ciudad toda y no sólo un barrio; paro es ciudad que se ha adelgazado y afinado hasta convertirse casi en plano arquitectónico. Su color es dedicado y triste y su esquematismo, mera sugerencia de una ciudad despersonalizada.
“En la década del sesenta resurge la exuberancia inicial de la línea y del color, pero ya no ceñida al Cerro sino en un despliegue total del color, gran síntesis de edificios, calles, estatuas y, sobre todo, la atmósfera misma de una ciudad reencontrada por el pintor.

“En esa misma época, Portocarrero presenta prolongadas series de flores, de grueso empaste y rico colorido, que pasarán, como elemento integrado a composiciones más complejas como son las Cabezas ornamentadas, a las Floras y al mural de mosaicos del palacio de la revolución, donde flores, cabezas y caracoles se funden en una visión panorámica y poética de nuestra isla”. 

En 1940 realiza las viñetas para los catálogos de dos importantes exposiciones de arte cubano en la Universidad de La Habana: El Arte en Cuba y 300 años de Arte en Cuba. En 1941 pinta una serie de ángeles y mujeres con alas de mariposa. Ilusta dos libros: Enemigo rumor, de José Lezama Lima y Solo de rosa, de Brull. Además, realiza las viñetas del catálogo de la exposición Arte Cubano Contemporáneo celebrada en el Capitolio Nacional. En 1942 colabora con las revistas literarias Nadie Parecía y Clavileño. 

Enseña dibujo libre hacia 1943 en la Cárcel de La Habana, en cuya capilla realiza una pintura mural titulada San Francisco de Paúl. Trabaja en las series de las Interiores del Cerro, Festines y Figuras para una Mitología Imaginaria que tuvieron gran peso a la hora de definir su estilo. También pinta dos cuadros para la Iglesia Parroquial de Bauta: Crucifixión y El entierro. 

En 1944 pinta la serie de paisaje campesinos. Realiza portadas y viñetas en la revista Orígenes, dirigida por José Lezama Lima. Realiza su gran exposición personal, con 140 obras, en el Salón de Ciencias de la Universidad de La Habana. 

En 1945 realiza la Serie de Brujos y viaja a Nueva York, donde permanece casi un año. En 1946 pinta una serie de óleos y dibujos a los que denomina Gestáltica. Viaja a Haití. 

En 1947 aborda el tema de las fiestas populares en una amplia serie de pasteles. En 1949 realiza obras bajo la influencia de la abstracción e inicia un periodo que, con diversas variantes, se prolonga aproximadamente hasta 1953. En 1950 realiza un mural al temple en el edificio Esso, La Habana. Comienza a practicar la cerámica junto a Wifredo LamMariano RodríguezMartínez Pedro y Amelia Peláez en el taller de Santiago de Las Vegas. Hará pequeños murales y losas, vasijas y vajillas. 

En 1951 recibe premio por Homenaje a Trinidad en el V Salón Nacional de Pintura, Escultura y Grabado. Participa en la I Bienal de Sao Paulo. En 1952 comienza su serie de ciudades. En 1955 se edita Portocarrero. Máscaras. 12 dibujos con texto del pintor. Ilustra el libro de poemas Gradual de laúdes, de Ángel Gaztelu. En 1956 es premiada La Catedral en el VIII Salón Nacional de Pintura y Escultura. 

En 1957 realiza el mural en cerámica Historia de las Antillas para el Hotel Habana Hilton y un mural en mosaico veneciano -Caridad del Cobre- y un Via Crucis (doce cuadros) para la iglesia de Baracoa. En 1958 viaja por FranciaItaliaInglaterra y Holanda

En 1960 trabaja en el mural en duco sobre hormigón Figuras de teatro, en el vestíbulo de la Sala Covarrubiadel Teatro Nacional, en La Habana. Se organiza la primera exposición retrospectiva de Portocarrero (1933-1960)en la Biblioteca Nacional José Martí. En 1961 comienza su serie de Paisajes de La Habana. Es delegado al Primer Congreso Nacional de Escritores de Cuba. En 1962 pinta las Figuras de carnaval, las Mujeres ornamentadas y los Diablitos y Santos Populares. Concibe y comienza a ejecutar su gran Paisaje de La Habana (1962-1963). Ilustra los Cuentos Completos de Onelio Jorge Cardoso. En 1963 tiene lugar la exposición Color de Cuba. Exhibe además de los óleos con personajes populares pintados en el año anterior, Paisajes de La Habana, los dibujos llamados Interiores del Cerro, que serán el origen de su extensa serie de tintas titulada Figuras ornamentadas (1963-1964). Obtiene el premio Sambra, otorgado al mejor conjunto por el jurado de la Bienal de Sao Paulo. Esta exposición ratificó a Portocarrero como un valor ya establecido en la plástica cubana y reveló su vigencia y su contemporaneidad. 

En 1965 asiste a su exposición personal en el Museo de Arte Moderno de Ciudad México. En 1966 expone la serie de 27 óleos Retratos de Flora, en una sala personal, invitado por las autoridades de la XXXIII Bienal de Venecia

En 1967 se organiza la gran exposición retrospectiva, con más de 300 obras, en el Museo Nacional de Bellas Artesde La Habana. Comienza un mural en cerámica para el Palacio de la Revolución en La Habana que se inaugura el 1ro de enero de 1968. Realiza la serie 10 mujeres ornamentadas que integran elementos tomados de las carrozas del carnaval cubano y los adornos de las calles en días de fiesta. Ilustra la edición mexicana de Paradiso, de Lezama Lima. 

Entre 1970 y 1971 realiza la serie Carnavales, con más de 200 caseínas sobre papel, a la que siguen otros ciclos: Figuras sedentes (1975-1977), Transfiguración y fuga y Madres eternas (1982). 

En 1972 diseña los vitrales del restaurante Las Ruinas del Parque Lenin. En 1975 es nombrado miembro del Consejo Técnico Asesor del Ministerio de Cultura. En 1976 la República Popular de Polonia le confiere a Portocarrero la Orden de la Cultura, máxima condecoración otorgada a intelectuales extranjeros, y la República Popular de Bulgaria le concede la Orden Cirilo y Metodio de segundo grado. 

En 1979 expone por primera vez los Carnavales en el Museo Nacional de Bellas Artes en La Habana, así como en Polonia. Realiza el cartel representativo del Año Internacional del Niño solicitado por la UNESCO y la Asociación Internacional de Artes Plásticas, de la cual Portocarrero es Consejero de Honor. 

En 1980 expone en el Museo de Arte Moderno de México. En 1981 comienza la serie que llamará Madres Eternas. Es condecorado con la Orden Félix Varela de primer grado que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba. En 1982 se inaugura la exposición Obras capitales de René Portocarrero en el Museo Nacional de Bellas Artes. Le es impuesta el Águila Azteca, la más alta condecoración mexicana. Expone su serie Transfiguración y fuga en la Galería Amelia Peláez del Parque Lenin. Entre 1982 y 1984 se realiza una exposición itinerante de cien obras de Portocarrero por varios países de Europa. En 1983 se exponen en el Museo Nacional de Bellas Artes obras de las series Transfiguraciones y Madres eternas. 

Distinciones y condecoraciones

Fue objeto de numerosas distinciones y condecoraciones, entre las que sobresalen: 

• Orden de la Cultura de Polonia, máxima condecoración otorgada por este país a los más destacados intelectuales extranjeros.

• Orden Cirilo y Metodio de Segundo Grado de Bulgariaen 1976.

• En 1979 es nombrado Miembro Consejero de Honor de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos de la UNESCO.

• El 4 de octubre de 1981 fue condecorado con la Orden Félix Varela de Primer Grado que se otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba.

• El 14 de septiembre de 1982 le fue impuesta el Águila Azteca, la más alta condecoración mexicana.

Libros publicados

Ha publicado dos libros: 

• El sueño (1939), con dibujos y textos suyos.

• Las Máscaras (1955), colección de doce dibujos.

Galería de obras

René Portocarrero fue un pintor cubano. Es en la actualidad considerado una de las figuras más destacadas de la plástica cubana y uno de los principales artistas del siglo XX en Cuba. Sus temas pictóricos están a menudo relacionados con la tradición afrocubana, abordada desde una perspectiva poética.1​ Su estilo, caracterizado por un vibrante colorido, ha sido considerado de raíz barroca. Realizó más de 20 exposiciones personales y 60 colectivas. 

Índice

• 1 Biografía

• 2 Premios

• 3 Referencias

• 4 Enlaces externos

Biografía

Nació en El Cerro, uno de los barrios periféricos de La Habana. Aunque asistió a clases en la Academia de Artes Plásticas San Alejandro, su formación fue principalmente autodidacta. Realizó su primera exposición, en el Lyceumde La Habana, en 1934. Más tarde trabajó en el Estudio Libre para Pintores y Escultores de La Habana, junto con Mariano Rodríguez.2​ Vinculado a la generación de poetas del llamado "grupo de Orígenes", publicó dibujos en varias revistas literarias, como Verbum, Espuela de Plata y Orígenes. Durante esta época publicó dos libros: Las máscaras (1935) y El sueño (1939), el segundo de los cuales incluía también textos del pintor.3​ Fue amigo del poeta José Lezama Lima, que escribió varios textos sobre la obra de Portocarrero. 

En 1943 fue profesor de dibujo libre en la Cárcel de La Habana, donde pintó un mural de temática religiosa. Durante estos años inició también ciclos de obras, con títulos como Interiores del Cerro, Festines y Figuras para una mitología contemporánea. 

En 1944 expuso sus obras en Nueva York, en la JulianLevy Gallery y en el Museo de Arte Moderno. Se interesó posteriormente por las fiestas populares cubanas, tema al que dedicó una serie de pinturas al pastel. Hacia 1950 comenzó a trabajar en la decoración de piezas de cerámica, en el Taller Experimental de Santiago de Las Vegas. Con esta técnica en llevó a cabo un mural de grandes dimensiones, titulado Historia de las Antillas, para el hotel Habana Hilton (hoy Habana Libre). 

En 1951 recibió el Premio Nacional de Pintura por su cuadro Homenaje a Trinidad, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Cuba, que supone el inicio de una serie de paisajes inspirados en la capital cubana, los llamados "Paisajes de La Habana". 

En 1962, inauguró la exposición "Color de Cuba", sobre motivos de la santería afrocubana. El carnaval cubano fue el tema de otra de sus series de cuadros, "Carnavales" (1970-1971).4​ 

Participó en la Bienal de São Paulo en 1957 y 1963, y en la de Venecia en 1952 y 1966.1​ 

Portocarrero vivió abiertamente en relación de pareja con otro pintor, Raúl Milián, durante décadas.5​ 

Premios

A lo largo de su carrera, René Portocarrero recibió numerosos premios y distinciones. Entre ellos destacan el Premio Internacional Sambra, otorgado durante la Bienal de São Paulo de 1963; la Orden de la Cultura de Polonia; la Orden de Cirilo y Metodio, concedida por el gobierno de Bulgaria, en 1976; la Orden Félix Varela

de la República de Cuba, en 1981; y el Águila Azteca, máxima condecoración concedida por la República Mexicana (1982).3​ 

Nombre completo

René Portocarrero

Nacimiento

24 de febrero de 1912
CerroLa Habana

Fallecimiento

7 de abril de 1985
La Habana

Ocupación

Pintor

Datos artísticos

Área

 

Obras notables

 

Premios

 

René Portocarrero. Una de las figuras cimeras de las artes plásticas de Cuba. Su universo 

(1) José Martí. O.C. Revista Universal, 31 de diciembre/1875. T. 6, p. 390.


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