Verano teatral para los más pequeños


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En todas las provincias de nuestro país nuestros grupos de teatro se están presentando en todos los municipios en una actividad incansable.

Así nos llegan noticias desde Pinar del Río, con Titirivida haciendo funciones diarias en los puntos más apartados del territorio,  y en las redes sociales aparecen los colegas del Teatro Polichinela, de Ciego de Ávila, presentándose por todas partes de la provincia y disfrutando ese intenso quehacer. Desde Villa Clara el Teatro Dripy participa en La Gira Descomunal —tal es el llamativo nombre— que recorre cada verano las regiones más desfavorecidas en cuanto a ofertas  artísticas; en este caso, Dripy lleva uno de sus estrenos más recientes: Con una historia entre manos que tuvo su primera función trashumante en la comunidad de Sabanilla.  Y la compañía Hilos Mágicos, de la capital, además de repletar todos los fines de semana las trescientas cincuenta butacas de su teatro La Edad de Oro, sito en Santa Catalina y Juan Delgado, en el populoso municipio Diez de Octubre, se ha ido hasta Matanzas para presentarse en Colón, Santa Gertrudis —un poblado situado a dieciocho kilómetros de Colón—,  Calimete, Banagüises en un total de nueve funciones en los lugares posibles, acompañados público y artistas de un sol y un calor memorables.

Apenas ha culminado el primer mes del verano y ya estos colegas de la escena dedicada a los niños acumulan cifras de miles y miles de espectadores. Por su parte, el Teatro de La Villa presentó durante todo el mes de julio el resultado de los Talleres de Apreciación Teatral que seis miembros del grupo impartieron durante los nueve meses lectivos a estudiantes entre 4 y 15 años de edad, adecuadamente organizados por edades. Los seis espectáculos montados en este tiempo, entre los que figuran las obras Por qué se jubilan las hadas, El huerto, Camino a la semilla, El caballito enano, El apartamento,  fueron mostrados en varias funciones ante un público que reconocía entre los artistas a familiares, vecinos, compañeros de aula o de escuela. Durante el fin de semana La Villa continuó presentando su éxito Un barbero al doblar de la esquina, de Sigifredo Álvarez Conesa, bajo la dirección de María Elena Tomás y, para agosto, cederá su espacio al Teatro de Títeres Tocororo con su divertido espectáculo Francisca y la Muerte en clave de clown, dirigido e interpretado por Eddy López.

En esta etapa de estío en el municipio de Boyeros también el Teatro hace de las suyas. El colectivo Barco Antillano, que dirige el Maestro Julio Cordero, recorre todos los espacios a disposición presentando tres de sus espectáculos en repertorio: Mayito, el de la mula; Chivo que rompe tambó y Adónde van las aguas, haciendo las delicias de las comunidades. A la vez, en otra zona lejana del centro de la ciudad, el Maestro Adalett aumenta la actividad de su Jardín de los Títeres, un espacio que se desarrolla todas las semanas en los predios de su propio hogar en La Lisa y adonde Adalett invita a colegas titiriteros de otras agrupaciones teatrales de la Isla o de otros países entre aquellos artistas amigos que se hayan de visita en Cuba.

Por su parte, el Espacio Teatral Aldaba intervino nuevamente en el magnífico programa Rutas y Andares, que organiza la Dirección de Desarrollo Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad para cada verano. Esta vez Aldaba realizó un taller intergeneracional, con los infantes y sus familiares, bajo el título “La Ciudad que soy yo” y tuvo por objetivo principal favorecer que el   adulto y el  niño  encontraran, dentro del teatro, un lenguaje para expresar como familia su relación con el mundo, así como las relaciones entre ellos. Que los más pequeños de la familia pudieran descubrir que el adulto responsable que los acompaña es capaz de encontrar junto a ellos un espacio de creación artística donde desarrollar la imaginación, separado de la cotidianidad y del rol que debe cumplir cotidianamente como adulto frente al niño. La propuesta se propuso estimular los vínculos de los infantes y los padres con la ciudad, aprovechando sus niveles de inspiración y creatividad a través de juegos, recorridos, improvisaciones y dibujos, además de mostrarles conocimientos básicos de diferentes especialidades en el arte dramático, puesto que el taller incluía la creación de un texto teatral, ejercicios de improvisación y actuación, la invención de un diseño escenográfico, de vestuario, de luces y gráfico en función del texto ya producido por ellos mismos y, finalmente, la organización de la puesta en escena, momento durante el cual se percibía la función del director escénico.

Un instante de singular significación lo constituyó la  incorporación de todo el grupo de participantes en una de la Rutas entregadas al Espacio Teatral Aldaba para este verano, una ruta de la poesía y los monumentos y esculturas ubicados en el Casco histórico en memoria de figuras de relevancia social que se llevó a cabo en una interacción bellísima entre los artistas profesionales y los talleristas como un conjunto de personas afines trabajando en pos de las mismas metas.

Fue esta, sin dudas, una experiencia hermosa y fecunda tanto para cada familia como para todos los participantes y, en particular, otro modo para Aldaba de encontrar nuevos amigos. 

Terminado el Taller el Espacio Teatral Aldaba se enfrascó en el rescate de su puesta icónica Por los caminos del mundo, empeñados todos en que regrese a escena para este agosto y, dentro del programa de funciones previsto, destacó una muy especial, dedicada a los niños con síndrome de Dawn de uno de los centros de la Educación Especial del territorio.


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