24 horas viraje de Gilda Bona


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A escena en el Complejo Cultural Raquel Revuelta, en los horarios habituales, durante los fines de semana.

Una historia de vida desata la obra teatral en la que irán sucediéndose plurales argumentos: vínculos familiares, la relación de pareja y la soledad, incluyendo la muerte. Una serie de crisis personales y situaciones límites también tendrán espacio en la que se puede considerar una obra que transcurre entre la tragedia, la sátira social, la comedia y el drama. 24 horas viraje es una propuesta que se entreteje desde una delirante y desesperada historia, a las oscilaciones de una travesía confusa.

El recorrido por una institución de salud dará paso a que el espectador se pregunte: ¿será realidad o es un mal sueño lo que sucede? Sin embargo, es prudente continuar hasta el final y conocer del atractivo viaje a través de problemáticas que se muestran, así como descifrar los mecanismos que se ponen en marcha para auxiliarse ante la crisis.

Un universo complejo e intenso se abre ante nuestros ojos. El realismo del lenguaje permite adentrarnos en la propuesta sin reservas. Iremos entonces, de la mano de Betina, personaje principal, que con la dualidad de por momentos mostrar su fragilidad y fortaleza ante cada situación, se hace querible y creíble.

Despertada en medio de la noche para acudir al Hospital Regional donde ha sido ingresado su esposo tras un accidente, le espera allí la peor de las noticias -por lo que cuenta la historia- creando un lazo de complicidad sumamente fértil, con los desbordes propios de la situación que vive, mientras se crea un clima de incertidumbre y suspenso.

Sinopsis

Suena el celular anunciando una inesperada llamada a las 3 de la mañana. Una luz tenue y focalizada nos presenta a Betina. Somnolienta y confundida ante la incertidumbre de quién podrá ser el que llama a esa hora, esboza un “Hola, ¿quién es?”

Del otro lado, se identifica una mujer diciendo ser la empleada administrativa del Hospital Regional y le informa que su esposo Darío ha tenido un accidente, que debe presentarse en el hospital. Betina pregunta apresuradamente: “¿Murió?” La empleada con un tono poco amable le dice: “Esa información no puedo dársela por teléfono” y finaliza la llamada.

Luego de su llega al hospital, pueblan la historia personajes burocráticos que nos encontramos en circunstancias diversas, en son de actitudes extremas. Travesía inquietante que la empuja hacia una pesadilla. Cuadro que irónicamente puede provocar risa de lo absurdo que se torna la escena, y de la incredulidad que genera lo que ocurre, aunque lastimosamente muchos conocemos de procederes tan poco amables como el que se nos presenta. Entre tanto se sumerge en una experiencia de la que, 24 horas después, saldrá totalmente transformada.

Un texto inteligente que rápidamente nos atrapa y nos mantiene a la expectativa. 

El suspenso de saber qué sucedió con el esposo de Betina, hilado de la mano de un pasado; diez años de relación entre la protagonista y su esposo, y el conflicto interno de una mujer que se permite volver a sentir después de ver la adultez de su hijo. 


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