Proyecto Malas Costumbres en la Bienal de La Habana


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Como parte de las colaterales de la XIII Bienal de La Habana, megaevento posicionado como el mayor espacio de intercambio artístico que se celebra en Cuba,  en esta edición partiendo de la plataforma conceptual “La construcción de lo posible”; se inserta el Proyecto Males Costumbres, integrado por estudiantes y artistas egresados de la Academia San Alejandro, con las muestras colectivas La raíz Mordía y Temporada de caza. La primera de ellas ya desmontada y la segunda en exhibición hasta el 12 de mayo en el capitalino municipio de Plaza de la Revolución, en un apartamento tomado como galería  en la calle Basarrate 170 / San Rafael y San Martín, Plaza de la Revolución.

Sobre estas propuestas y sobre el proyecto en su totalidad, el Blog Cubarte conversó con Mario Enrique  “El mayo” Briño, jefe de la sección de Artes Plásticas de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de La Habana.

¿En qué consiste el proyecto Malas costumbres?

Es un proyecto que comenzó a partir de esta edición de la Bienal de La Habana. Lo llamamos así porque recontextualizamos lo que para muchos es un mal proceder y asumimos de otros contextos y miradas, nuevas actitudes.

Está integrado por cuatro jóvenes, quienes asumimos la dualidad artista/curador. Dos de ellos graduados de la Academia de San Alejandro -  Aldo Soler y quien  te habla, Mario Enrique Briño-;  los otros - Amalia Echemendía y Albert Ortiz- cursan el 4to año;  a los que se le suman otros artistas en calidad de invitados.

Con la idea de iniciar un ciclo expositivo, en principio se hablaba de cuatro muestras, pero luego unimos fuerzas y decidimos por dos; la primera exposición del 20 al 30 de abril, La raíz mordía, que toma como referencia la cita del poema del mismo nombre de Samuel Feijóo. Versamos sobre cómo el artista asume los elementos naturales como medio para llevar a cabo su discurso, de cómo podemos resolver desde temáticas naturales, problemáticas sociales que de algún modo influyen en la vida, en el acto de creación y en el discurso plástico de cada uno de nosotros.

Nos interesa el intercambio con nuestra generación, pero también hacemos un acercamiento con lo que nos lega el arte cubano, en tanto es la base, la referencia. ¡Ahí va lo de raíz mordida!, un análisis sobre el qué y cómo asumimos esas raíces que heredamos, por eso hay obras que hacen referencia a artistas que aún están activos, pero que tienen algunas décadas en el quehacer artístico.

¿Cuáles son las manifestaciones artísticas que estuvieron presentes en la muestra?

Esta exposición era variada en cuanto a medios. Constaba con instalaciones sonoras, obras con tecnología, pintura, fotografía y un video en el que hacemos un intercambio desde diferentes vistas y tres momentos de una misma generación.

Piezas como In/ Out 2018 de Amalia; sonido de una respiración que se escucha mientras se sube la escalera para acceder al apartamento donde se realizaba la muestra. De Yamil Orlando, la obra interactiva ubicada en el closet de la casa, como parte y apropiación de los elementos del departamento. Otra pieza era un diálogo con la naturaleza y mientras se escuchan algunas reflexiones, había un sistema de programación de luces que hacían que el espectador interactuara con la obra.

El recubrimiento del piso con cinta aislante amarilla, donde el artista se preocupaba por cómo hacer que el espectador intercambie con la obra, a la vez que estaba aislado del suelo o de la superficie que lo sostenía.

¿Qué es Temporada de caza?

Al segundo ciclo le llamamos Temporada de caza. Estará expuesta hasta la clausura de la Bienal el 12 de mayo. Esta es una muestra que reflexiona sobre la actitud del artista frente a la sociedad y su obra y las diferentes posiciones que asume el ser humano dependiendo del momento o el contexto.

Jugamos con el concepto ꞌtemporada de cazaꞌ y con los elementos que intervienen en ello, dígase el hombre y el animal. Abordamos la relación contradictoria entre la presa y el depredador en correspondencia con los roles que se pueden adjudicar  y cambiar en el ambiente artístico.

Las obras van desde pintura, happening, videos, hasta un homenaje a Antonia Eiriz, en papel maché.  Ejemplo Banana.split Estudio, de Albert Ortiz; la pieza que es susurro y un cuestionamiento sobre la duda, de Amalia Echemendía, ubicada en la escalera del apartamento; Huelga de papel, de Aldo Soler, a la que se suman artistas como Harold Ramírez, Yamil Orlando, Máximo Pérez, Leandro Quintana y otros. Todos con una idea, y es el hecho de que queremos poner a juicio de críticos y el público en general, lo que hacemos en el mundo profesional del arte.

Proyecto Malas Costumbres, un espacio de diálogo intergeneracional, cohabitado por obras/artistas donde redescubrimos calidad, talento y una preparación actualizada para enfrentar los retos de la universalidad del arte contemporáneo, resultado de la formación en esa decana de las Artes Plásticas en Cuba y por más de dos siglos vanguardia de la cultura: la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro o la San Alejandro, como sencillamente todos la conocen; causante primigenia de nuestras banderas artísticas, creativas, de compromiso social y de lo más auténtico de nuestra identidad.


2 comentarios

Rachel Ortiz
4 de Junio de 2019 a las 13:32

Hola, a que correo electrónico me pudiera dirgir a la autora de este articulo, a razon de algunas dudas sobre el mismo


Claudia y Bravet Ramírez
15 de Junio de 2019 a las 12:39

Sería posible dialogar con el autor/autora de esta entrevista?. Asistí a la exposición y creo que este escrito denota un vacío de conocimiento sobre la misma y sobre el arte en general. Además también se evidenció una falta de rigor periodístico que empieza en construcciones gramaticales y puntuación hasta en la futilidad de las preguntas. Creo que sería positivo propiciar un diálogo con el/ la periodista a fin de respetar la calidad de la exposición y de los artistas que participaron

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