Ataraxia: José Gabriel Capaz


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Ataraxia
330 x 340 cm.
Óleo/lienzo, 2020.
Foto: Cortesía de la autora.

Algunas corrientes filosóficas definen la ataraxia como la disposición anímica que lleva a la persona a alejarse de las perturbaciones para alcanzar la felicidad, refiriéndose también a un estado sereno del alma y la mente, que no admite la entrada del sufrimiento ni de las perturbaciones. Curioso es que mientras se asume este concepto la medicina se sirve del mismo término para dar nombre a un problema de salud, en el que no se aceptan límites y normas, y se actúa sin tener en cuenta consecuencias.

Ahondando en el reflejo de nuestra realidad, José Capaz cuestiona el resultado de nuestras acciones y decisiones, desde un imaginario visual, que pone en claro la búsqueda de una concepción estética y conceptual, incidiendo con su dramaturgia en tramas sociales que sirven de cortina a lo artístico, en tanto meditaciones advierten sobre la sensibilidad, la forma de construir y legitimar su discurso plástico. 

El carácter sombrío de las obras, permite transmitir fuerza, a lo que se suma la manera de ver y entender los grandes formatos, trayendo del pasado el mensaje de grandes pensadores y maestros del arte. En este bregar, encuentra en el mundo mediático aquello que considera como “la incapacidad de entender lo más sencillo y por tanto  se ven impedidos de alcanzar lo transcendente, a pesar de ser esta la finalidad que les obsesiona”.

Asceta
520 x 330 cm.
Óleo/lienzo, 2020.
Foto: Cortesía del artista, tomada por Evelin Sosa.


Retomar la pintura como espacio para el debate filosófico, inserta el hacer de José Capaz en una insurrección a la cultura aniquilante, lo que nos revela una crítica o cuestionamiento moral al hombre y los comportamientos que lo arrojan al vacío espiritual. Un llamado profundo a exterminar cuanto entendemos como razón y actitudes, pero son producto de la deformación o de percepciones erróneas.

En palabra del artista:

 …es el impulso que guía mi ejercicio pictórico, una búsqueda por rescatarnos del anhelo autodestructivo que parece permearlo todo, principalmente a nivel de pensamiento. Los escenarios simbólicos que he creado dialogan con ese estado límite en el que se encuentra el hombre contemporáneo, y aspiran a señalar la necesidad de un cambio…

“Apatía” es el título de una de las tres obras que conforma la muestra Ataraxia y que, retomando el sentido filosófico, esta última se consideraba como objetivo espiritual para alcanzar un estado de pasividad y apatía que les permitiera vivir en la calma absoluta. Una apatía que no debe confundirse con la idea entendida como una serie de conductas que tienen que ver con el estado de ánimo de la persona, específicamente  la falta de emoción, motivación e incluso entusiasmo por las cosas que lo rodean, se trata más bien de un conformismo basado en contentarse con lo imprescindible y necesario que lleve a la tranquilidad del espíritu o a la impasibilidad y la despreocupación de todo cuanto se suscita a su alrededor. No es, no desear sino no dejarse atrapar y condicionar por lo banal y no convertirse en dependiente de este.

Apatía
500 x 330 cm.
Óleo/lienzo, 2020.
Fragmento de la pieza.
Foto: Cortesía de la autora.

Casa 8 exhibe esta muestra personal que se podrá ver a través del Facebook de la galería dada la imposibilidad de, por estos días, salir de casa. Por lo que Ataraxia, es una alternativa para disfrutar de las artes visuales y confrontar concepciones filosóficas con nuestra contemporaneidad.


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