Berenice Corti: “En Casa se gestó la musicología latinoamericana”


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Dentro de quienes integran el jurado del XVII Premio de Musicología Casa de las Américas, cuyos resultados se darán a conocer en esa institución en la noche del próximo viernes, se encuentra la investigadora argentina Berenice Corti, profesora en el Conservatorio Manuel de Falla y en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Dentro de su copiosa bibliografía, destaca el libro Jazz Argentino. La música “negra” del país “blanco”, publicado por Gourmet Musical Ediciones en 2015.

Recién inauguradas este lunes las labores del Premio y del XI Coloquio Internacional de Musicología que lo acompaña, la ganadora en 2017 del IASPM Book Prize a obra novel en idioma español, accedió al diálogo con el Blog Cubarte.

¿Es su primera vez en el Premio?

“En el Premio, sí. Estuve en La Habana hace cuatro años, en una edición del Coloquio cuando se hizo el XII Congreso de la IASPM-AL*. Participé con ponencias y estaba en la directiva de la Asociación en esa época. Fue un momento hermoso”.

¿En sentido general, qué apreciación tiene de los libros que están en concurso?

“En sentido general, siempre el nivel es muy bueno. Se hace difícil, pero no puedo decir más nada”.

¿Ha podido asistir alguna vez al Festival Jazz Plaza?

“Lamentablemente, no. Muchas veces he querido venir, pero viajar desde la Argentina es dificultoso y nosotros no tenemos apoyos para poder solicitar ese tipo de viajes.

La concepción que existe en Cuba sobre la Musicología y sobre la relevancia de las distintas músicas; la necesidad del estudio de las distintas músicas, no es similar al resto de América Latina.

Para mí sería muy difícil solicitar algún tipo de apoyo para venir a un Festival de Jazz, pues no le verían el valor académico a eso. En los momentos en que existen esos apoyos porque, también como fluctúa mucho la política en Argentina, a veces los tenemos y a veces no”.

Pero sí conoce el jazz que se hace acá.

“Sí, es ineludible. Es ineludible y de eso voy a hablar en la conferencia que daré el miércoles, desde un punto de vista más histórico, situándome cien años atrás. Pero el jazz cubano es ineludible. No solamente para el jazz de la región, sino para la historia del jazz en general. De eso voy a hablar”.

Ud. ha dicho en alguna ocasión que en Cuba el jazz se asume más como un género propio que en otros países del área. ¿Por qué piensa que ocurre así?

“Comparándolo con el lugar de recepción que tenemos en la Argentina, que el jazz históricamente siempre fue concebido como una música norteamericana. Se le ha nacionalizado a tal punto, que se creía que es una música norteamericana.

Indagando en la misma historia del jazz y, no solamente desde América Latina, sino desde los Estados Unidos, hoy en día los historiadores dicen que el hecho de que se diga que el jazz es la música de esa nación específica es históricamente incorrecto y, además, ese desarrollo fue muy posterior a un período muy grande de 50 años donde se gestó ese modo de hacer música  que luego se diseminó por todo el mundo.

Es una discusión que está muy difícil de llevar adelante en la Argentina porque está muy claro que, decir que el jazz es música norteamericana, sería como afirmar que la tarantela o la ópera son músicas italianas. Pero, en realidad, son reduccionismos y está muy claro que el rol del Caribe y, principalmente de Cuba, en el desarrollo del jazz es clave”.

En su trabajo académico ha prevalecido la intención de visualizar el componente negro en la cultura argentina, muy negado tradicionalmente; supongo que a partir de la fuerte emigración europea que ha recibido históricamente el país.

“Sí, pero la inmigración es fruto de un proyecto de nación que tuvo la Argentina desde sus orígenes como estado-nación que buscó conformarse como una nación blanca.

Entonces, la política inmigratoria entró en sintonía con ese proyecto de estado-nación y ese proyecto producía una idea de que los argentinos somos homogéneamente blancos. Lo cual está claro que no es así.

Pero existe esa narrativa de la blanquedad que sigue funcionando hoy día, donde la población se asume como descendiente de los inmigrantes o de mezclas con pueblos originarios; ya no con población afrodescendiente porque parte de la construcción de esa blanquedad implicó construir que la población y la cultura negras siempre fueron colocadas en la otredad de la nación.

Por lo que, en el estudio de músicas, donde sus influencias están claras, aunque sean muy claras, son negadas. Esas son las discusiones, porque ha capilarizado de tal forma…Bueno, ha sido muy exitoso ese proyecto de blanquedad, como ha existido en otras partes de América Latina, lo que ha tenido distintas formas.

En Brasil está la retórica del mestizaje, la mezcla racial. En Argentina, no; con lo cual termina convirtiéndose en un fondo teórico, ideológico y gnoseológico, profundamente racista; porque tiene esas implicancias también. Esas son mis preocupaciones de investigación”.

¿Cómo valora Ud. estos cuarenta años de esfuerzo de Casa de las Américas por mantener este Premio de Musicología?

“No hay palabras para describir el valor que tiene el Premio de Musicología de Casa de las Américas. El hecho de que sea Casa el lugar donde sea gestado la musicología latinoamericana; la idea de la idea de la musicología latinoamericana, porque han existido musicologías en los distintos países. Pero la idea de que era posible una musicología latinoamericana, es de Casa de las Américas.

Entonces, esa conciencia de una producción científica que esté situada en la región –y con esto quiero decir situada no sólo desde el punto de vista geográfico, sino también económico y político- y que pueda incluir esa concepción latinoamericanista; eso, ha sido Casa. Y todo lo que hagamos al respecto se lo debemos a este evento”.

  • Siglas en inglés de la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular. Rama América Latina.

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