Obra de Rigoberto Mena.

Poniendo sobre la mesa un hacer que se distingue por sobrepasar la representación de la apariencia de las cosas, la provincia granmense atrajo a transeúntes y artistas, nucleando la atención de todos hacia un movimiento que dió cause al VII Encuentro de Arte Abstracto Formart 2020.

De diferentes ciudades del país, cultivadores de la abstracción llegaron planteando una búsqueda plásticas que apuntó hacia los aspectos formales, cromáticos, estructurales y hasta la experimentación, lo que hizo que el evento se encaminara a estimular la creación artística y el intercambio a través de un programa que incluyó la inauguración de varias exposiciones personales y talleres que seccionaron entre el Centro Provincial de Artes Plástica, la Casa de Cultura, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la Asociación Hermanos Saíz y el  Monumento Plaza de la Patria.

Empleando las formas esenciales del lenguaje plástico como medio de expresión artística, donde prevalecen líneas, colores, ideas y conceptos sin que las representaciones figurativas sean una realidad visible; las obras presentadas abarcaron diferentes tendencias del abstraccionismo. Algunas se alimentaron de las experiencias contemporáneas y otras retomaron las tendencias formales como el arte abstracto orgánico, en el que plantas y organismos sugieren otros tipos de figuras u objetos. Resaltando el tratamiento del color, el sentimentalismo, la intuición y una mayor libertad artística, llegaron las que se asemejaron a la abstracción lírica, culminando con las que abrazaron las formas geométricas.

El encuentro, se perfiló como una plaza importante para la confrontación del abstraccionismo pictórico en la Isla.  Mostrando que en el hacer de muchos artistas existe una persistencia por un género que dentro de la plástica se ha mantenido con fuerza, a pesar de las problemáticas académicas e ideológicas desde el surgimiento de esta corriente estética que alcanzó la luz por las vanguardias de siglos pasados. 

Oportunidad para que los creadores cubanos manifestaran sus capacidades, con un definido sentido de la identidad.  Por ello dinamitan los límites entre las texturas características de esa tendencia, por la libertad del tratamiento de las superficies. En tanto, las muestras establecieron un balance entre las distintas composiciones concebidas, y al mismo tiempo dieron la posibilidad de acceder a estallidos emocionales. Una invitación a sensibilidades abiertas que sirven de tablado para el interés de espectadores y expertos con respecto al abstraccionismo cubano. La intención es poblar de acciones interactivas a un movimiento y a una ciudad de enraizados antecedentes pictóricos abstraccionistas. Por lo que durante los días 7 y 8 de este mes, Granma se alzó como la provincia promotora del desarrollo del Arte Abstracto en Cuba.