Aunque ha ganado notoriedad en estos días de la XIII Bienal de La Habana, a cuyo núcleo central fue invitado, el proyecto Corredor Cultural de Línea rebasa en el tiempo a la más importante cita de las artes visuales del país.

Con un origen que se ubica en 2014, cuando al ya reconocido Proyecto Espacios que encabeza la arquitecta Vilma Bartolomé se le encargó la reactivación de la nave que antaño ocupara la Estación de Tranvías del Carmelo, en Línea y 18; y con fecha de culminación prevista para 2021, esta iniciativa es una de las más importantes de cuantas se acometen por el aniversario 500 de la capital cubana.

Fue durante las investigaciones que su equipo realizara en aquel primer momento que saltó a la vista el enorme caudal cultural acumulado en torno a los poco más de tres kilómetros con que la importante arteria enlaza La Piragua y el Túnel; extensión donde tienen su sede una treintena de instituciones representativas de casi todas las manifestaciones artísticas, además de otras de gran tradición vinculadas a la gastronomía.

Lograr, en un contexto visualmente agradable y autóctono, la complementariedad entre todas estas entidades que hoy día se manifiestan de forma independiente; es propósito de un proyecto que se declara más que arquitectónico, cultural; y que servirá de botón de muestra de cómo nuestras ciudades del futuro se pueden y deben estructurar a partir de la cultura y no de los centros comerciales.

Así lo ha expresado la propia Vilma Bartolomé, quien hace más de una década ideó algo similar para un segmento del Malecón habanero, según pudo verse en las maquetas que fueron entonces expuestas en el Convento de San Francisco de Asís.

Más esta vez no se trata sólo de propuestas. En diciembre pasado, fue firmado un contrato de subvención entre el capitalino Consejo de Administración Provincial del Poder Popular y la Unión Europea, una de las entidades extranjeras que están dando apoyo a la reanimación de la ciudad en su medio milenio de fundada.

A reacondicionar el alumbrado público, las calles, parques, jardines y aceras; resembrar con especies apropiadas los parterres, embellecer los edificios y colocar señalizaciones que informen al transeúnte, entre otras tareas, estarán dedicados los fondos y, principalmente, el empeño de los creadores que radican allí; quienes dirigen las instituciones culturales; el gobierno capitalino y, sobre todo, los más de 46 mil habitantes de esa parte de La Habana.

En aras del sano esparcimiento de la población, el proyecto hace énfasis en que, a las propuestas de las instituciones culturales radicadas en la calle Línea, estas sumen expresiones de un arte público asequible para todos.

Un adelanto de tal propósito lo será en gran medida el performance colectivo 3 Km x la Cultura que, como parte de la XIII Bienal, protagonizarán este sábado en el Corredor Cultural de Línea la Compañía Acosta Danza, los colectivos teatrales El ciervo encantado, La Colmenita y Teatro El Público; así como los artistas visuales Glenda León y Milton Raggi.

Como La Calle de los Pintores, de La Piragua hasta G; La Calle de los Teatros, de G a Paseo; la de La Danza, de Paseo a calle 12 y la de Los Libros, desde 12 hasta el Túnel, han sido bautizados para su organización y caracterización cada uno de los segmentos de esta arteria que, valiosa también por un trazado arquitectónico hecho a la medida del caminante, comienza ya a cobrar nueva vida.

Para el proyecto en cuestión, La construcción de lo posible es algo más que el tema de esta #XIIIBienal. Es la certeza de la factibilidad en nuestro país de una ciudad hermosa y culta; concebida para el bienestar y engrandecimiento espiritual de todos sus habitantes y también de aquellos que la visiten.