Ese será, como siempre todo lo que viene de ella, un libro imprescindible. LO NEGRO en la cultura no es un eslogan para beneficio particular, ni la disección ventricular de un hecho único; es, para mí, un larguísimo y hermoso proceso cultural y social, y hasta político, que debemos entender pertenece a la historia contemporánea de nuestros países; eso es, a la integración, y al esfuerzo de ésta, por acoplar los sentimientos y las raíces de nuestros congéneres. Y Nancy Morejón siempre ha tenido su sentido intelectivo en ristre en cuanto a darle la verdadera importancia al tema. Habría que hablar, entonces, de lo que ha hecho los Estados Unidos por impedirlo; preguntémosle a Malconl X, a Carmichel, a Ángela Davis, a Martin Luther King, a Jesse Jackson, a muchos otros, de los trastornos por ser LO NEGRO para ellos un suceso unificador no conveniente para la élite blanca-multimillonaria que ha considerado, desde sus inicios, a los Estados Unidos un país de esclavos y esclavistas; cruel y malsana filosofía que ha logrado arrastrar al mundo entero. Gracias a Nancy Morejón una vez más, pues, como legítima heredera del negrismo de Nicolás Guillén, pone con modestia su gran inteligencia en las sagradas páginas de sus libros como fiel emancipadora de ese negrismo cultural deletreado en las paredes del Caribe.

Es memorable esta aparición en un momento crucial para la cultura toda, en especial, la que nos legó la que vino --forzada-- del continente africano. Más que un poemario más, es un legado de optimismo, es una muestra de la sagacidad de una prestigiosa autora y traductora cubana por dejar escrito en la piel del Caribe la verdadera identidad de lo afro dentro del vientre vil del vecino del norte. Sería un gran homenaje a Martin Luther King, a Malcoln X, a Angela Davis, a Jesse Jackson, a Carmichel, a Lucius Walker, a Mohamed Ali, a muchos agradecidos y bendecidos por Dios, por dedicarle un trozo de sus vidas a mostrar sus nobles inquietudes en el país más racista de la historia. Gracias, Nancy.