«Sábanas Blancas»: Un videoclip que pueda perdurar 500 años más


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Lo que viene a continuación parece una conversación entre amigos, y lo es, pero también es una entrevista a dos importantes creadores cubanos: el popular trovador Gerardo Alfonso y el reconocido director cinematográfico Alejandro Gil, a propósito de la filmación del primer videoclip de «Sábanas Bancas» en versión de su autor, y dirigido por el cineasta.

El tema, convertido en himno para la mayoría de los cubanos, está cumpliendo 27 años; de todo lo anterior me puso en antecedentes Alejandro, el día que la Editorial UH, en el contexto de la Feria del Libro de La Habana, presentó cuatro interesantes volúmenes, entre ellos Con un himno en la garganta, publicado por esa casa de conjunto con Ediciones Icaic y que aborda el triste suceso del fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina e incluye textos históricos que lo referencian, más artículos críticos acerca de la película Inocencia, dirigida por Gil y una entrevista a él y a Amílcar Salatti, el guionista, que les hiciera el profesor Francisco López Sacha.

Por supuesto, hay que ver este videoclip porque desde el arpegio primero, seguido de la clave con un close up a los viejos adoquines de La Habana, acompaña una emoción que va creciendo con la música y las imágenes y que refuerza la gestualidad de Gerardo, quien se ve natural, orgánico, con la risa en la boca y sobre todo en los ojos.

La idea de esta entrevista no es contar el clip: es indagar por qué no se ha visto, tratar de que algunos decisores y otros buenos amigos, ayuden a promocionarlo (se esperan proposiciones) y esencialmente, que todo el mundo pueda verlo.

 ¿De quién fue la idea?

Gerardo: La idea del video tiene un precedente; en primer lugar, Alejandro es amigo mío desde la secundaria, yo he estado viendo su evolución profesional, he seguido sus trabajos, y un día nos dispusimos a hacer un clip de la canción «El revólver»; él tenía una idea muy clara de lo que quería y le venía muy bien mi canción para hacer ese video que quedó genial.

Después de eso, me quedé con la ilusión de poder realizar todos los videoclips que pudiera con Ale, por la calidad, y estaba pendiente el clip de «Sábanas blancas», que cumplía 27 años y nunca se había hecho, y aunque es una canción milagrosa que ha sobrevivido a todo sin tenerlo, como cualquier otra canción lo merecía y sobre todo después que salió el programa Andar La Habana del aire, luego de más de veinte años de haberse mantenido en la pantalla chica con la canción como tema.

Entonces llegó la celebración del aniversario 500 de la fundación de La Habana y empezó la avalancha de videoclips con todos los estilos y temas que hemos visto, y Ale y yo comentamos que había otra posibilidad de presentar La Habana, desde la canción, con otra visión y otra estética.

¿La música que se utilizó es una nueva versión tuya?

Es la penúltima versión mía que no está en ningún disco; existen dos recientes, una de Joaquín Betancourt y otra de Jorge Aragón, que se hicieron para el aniversario, pero esta es una versión mía.

¿Qué apoyo tuvieron para la producción?

Gerardo: Nos ayudó la Oficina del Historiador, Patrimonio, en la persona de Katia Cárdenas y Magda Resik, y RTV Comercial.

Con estas instituciones, con el staff de Ale y con su talento, lo hicimos. Yo tenía la seguridad de que iba a ser un video fenomenal porque él ha madurado como creador de una manera increíble y yo tengo el honor de haber hecho este video con uno de los mejores realizadores de cine cubano contemporáneo, lo cual quedó demostrado con su película Inocencia.

Alejandro: Gerardo, Katia, y yo nos sentamos a conversar sobre el asunto, y luego apareció la disponibilidad de RTV Comercial y de los dineros, tan necesarios para poder hacer un audiovisual.

Luego los dos empezamos a trabajar sobre la idea de cómo él quería ver su “hijo”, su videoclip… y no podíamos andar tampoco por lugares trillados.

Yo conocía la canción, pero no la tenía, entonces la tuve y casi en horas hice una escaleta de cómo yo veía las cosas y Gerardo me dio su visto bueno, su aprobación y su aplauso.

Pretendimos, y creo que logramos, contar La Habana desde otra óptica, porque ya conocíamos lo que se estaba haciendo por el 500 aniversario, nosotros llegamos tardíamente, pero eso nos dio la posibilidad de ver cuáles eran los acercamientos que se estaban realizando.

¿Cómo conseguiste esa perspectiva diferente? ¿En qué elementos enfatizas?

En la canción y en Gerardo, esos son mis patrimonios en el clip, más allá del 500, yo quería que fuera un clip que pudiera perdurar 500 años más.

¿Cuáles elementos entonces rescatas de La Habana?

Los pequeños detalles, donde no se deposita el ojo, donde normalmente no hay una mirada incisiva; en la arquitectura, las personas, los adoquines, en la diversidad, en lo plural que es la ciudad, en lo eclécticas que son su gente y su arquitectura.

Antes de hacer el clip, ¿cómo habías asumido la canción? ¿Qué era para ti?

Toda la vida la he asumido ―no sabía si estaba muy acertado o no― como un canto a la fe, hay un espíritu que desborda la canción por una Habana, hay un alma levitando sobre la canción con una espiritualidad tremenda, alejada de la mirada objetiva, porque está cantada desde el corazón, desde el alma y traducir eso en imágenes es muy complejo…

¿Cómo lo lograron?

 Buscamos y encontramos buenas locaciones, buenos preámbulos y circunstancias para poder lograrlo y activamos también una pareja sublime de la Compañía de Rosario Cárdenas que le dio mucha fortuna al clip. Aprovechamos todo el significado de las sábanas en esa otra percepción, es decir, que son para yacer en ellas, descansar, amar, por donde se van los sudores y las ansias, por donde también transpiran las alegrías…

¿Quiénes hicieron que las sábanas volaran por encima de La Habana?

El equipo Trapiche que hace efectos digitales y ellos se enamoraron de la idea y entonces el clip está ambientado con el beso de las sábanas siempre levitando en los lugares donde está Gerardo, y transitan como aves por encima de la ciudad y eso le da una poética hermosa a la imagen.

¿Gerardo estuvo siempre de acuerdo?

Cuando le enseñamos la versión cero, nos hizo algunas indicaciones de cómo él sentía que pudiera empezar el clip y lo complacimos con los ojos cerrados porque lo que él dijera era ley, aunque todo lo conversamos como dos creadores entre los que, más allá de sus canciones y mis películas, hay una amistad y un amor de hermandad.

¿Contento con el resultado? Porque ya Gerardo me dijo que sí lo está…

Muy contento.

Gera, ¿qué vida fílmica tenía «Sábanas blancas»?

Lo primero fue La Mochila, un programa dirigido por Julio Pulido, en 1993; después Andar La Habana; luego aparece en la banda sonora que hice de una película franco-alemana que se llama La risa de Oshún, en esta versión la que me hace la segunda voz, por cierto, es Yusa.

También ha estado en documentales de las capitales mundiales de la música, y en una película cubano-vasca que se llama Calor, protagonizada por Luis Alberto García; es una canción que tiene la cualidad de trascender y de gustar y ha sido utilizada en mil formas en mis manos y en otras versiones.

La más reciente es la de Omara Portuondo con el video de Joseph Ross, que para mí es un honor porque ella es una leyenda, y saber que en su historia está mi canción para mí es un gran orgullo y el video es bien bonito.

Todo esto está muy bien, pero, una canción que tú has declarado hiciste para los que estudiamos contigo en la Guido Fuentes, tiene un videoclip que no es de Alejandro…

Gerardo: (Risas) «Amigos», ¡pero no es mi versión! Es una versión de Angelito Bonne, y lo hicieron Rudy Mora y Orlando Cruzata; ellos fueron a buscar a sus amistades generacionales, porque es una canción que le sirve a todas las generaciones, pero falta mi versión que está en el disco y es para ustedes dos, y para todos los que estudiaron en Guido Fuentes.

Ale, ¿qué te provoca esta canción?

¡Imagínate tú!…, uno se revuelve todo, porque hay cosas que tratas de recomponer y no puedes, y hay otras que están muy distantes; pero lo que hago fundamentalmente es mirar para ahora, ya después que uno tiene hijos y ha transitado un poco por la vida, empieza a mirar a su alrededor y es algo como cíclico este asunto de las despedidas, el desarraigo y el no estar que se ha mantenido a lo largo de nuestras vidas y por lo tanto es una canción que se puede depositar, igual que «Sábanas blancas», en cualquier momento, porque ha sido, a veces un poco más o un poco menos traumático, pero de todas maneras como país subdesarrollado en el que la gente no solo emigra a la capital sino a otras fronteras y las despedidas por naturaleza o por partida…

Yo creo que son dos canciones que tienen una comunión, como que una salda deudas con lo que dejó la otra, pero tienen ahí una comunicación; esto lo pienso ahora por primera vez, pero pensándolo bien, parece que Gerardo tuviera una obsesión por la generación, por lo que se ha ido, por lo que hemos dejado de ver… creo que sí, y vamos a impulsarlo a que haga una canción sobre el futuro, cómo nos ve en lo adelante…

Gerardo: Tanto «Sábanas blancas» como «Amigos», del disco A orillas del mar, son parte de un árbol genealógico mío que tiene que ver con los amigos que yo hubiera querido conservar en Cuba siempre y que por una razón u otra no están, porque se fueron para otra parte o se fueron astralmente; incluso yo sé que cuando los encuentro por el mundo, no son los mismos y cuando vienen, ellos no tienen la misma patria que dejaron cuando se fueron, ni nada es igual, son personajes raros.

A veces nos vemos y tenemos la vida entera para dialogar, pero a veces no tenemos de qué hablar, entonces, como el poema de Rafael Alcides, a los cinco minutos nos empezamos a mirar el dedo gordo del pie, pero yo siempre he lamentado mucho esas partidas y esas ausencias, tengo otros temas que también hablan de eso.

 A orillas del mar fue un disco que pretendía ser en el siglo XXI, de una década en la que nosotros éramos miméticos porque escuchábamos y consumíamos la música norteamericana pasivamente, no éramos creadores de nuestro tiempo, recibíamos las canciones que se crearon en nuestro tiempo que venían de la Nueva Trova, de los fundadores, Silvio, Pablo, Noel, y de Estados Unidos; yo quise captar esa época, tenerla aunque sea de adultos.

A partir de ahí hice una serie de canciones que tenían que ver con la década de los setenta y dentro de esas «Amigos», y la canción trascendió el contexto y se convirtió en algo universal sobre la amistad, pero es ese sentimiento que tengo de que donde quiera que estén, yo quiero que les vaya bien y que lo que sea que les pase no sea tan terrible; en la canción yo voy desglosando mis sentimientos hacia la amistad, la amistad que es una institución, un coloso, un imperio, muy elástico, donde no necesariamente, tú tienes que estar de acuerdo con el amigo siempre ni verlo todos los días, pueden estar muchos años sin verse y cuando lo hacen existe eso que se llama amistad.

A veces somos muy contradictorios en nuestros puntos de vista pero está el amigo que viene siendo como una parte de ti, un órgano muy vivo que tú incorporas dentro del alma y del espíritu y te acompaña en tu travesía; tú no puedes prescindir de tus amigos porque son parte de tu vida y a eso le escribí y salieron esos temas…

¿Y pueden decirme ustedes por qué el clip «Sábanas Blancas» no se conoce?

Alejandro: Realmente te tengo que decir que no hemos encontrado los espacios que se hagan eco del clip, son muy esporádicos; hemos tratado de influir en eso, lo he llevado a programas en los que me han entrevistado y entonces lo pongo al final, en fin, con esa estrategia, igual que Gerardo, en una entrevista en una presentación, y recientemente el Canal Educativo hizo un programa sobre mis trabajos―no sé si ha salido al aire— y les dejé el clip para que fuera la referencia visual, la que me acompañará a cuanto lugar me inviten.

Bueno y ahora a ti y a Cubarte le estamos agradeciendo porque enseguida que te comenté estuviste de acuerdo en ayudarnos con esta entrevista.

Gerardo: Sí señor, porque mira, Alejandro logró capturar el alma de este pueblo; la canción trasmite una emoción que conocemos, pero esa emoción él la convirtió en imágenes, la gente está viéndose a sí misma en el video al que yo veo como un acto de identidad nacional, es decir, cogiste el sentimiento del habanero o de todos los cubanos que somos eclécticos cultural, racial e ideológicamente, desde todo punto de vista, todo eso está captado en las personas de la ciudad…

Alejandro: Y las primeras personas que están viendo a Gerardo en el clip son las personalidades que aparecen en los murales de El Templete, pintados por el francés Juan Bautista Vermay, o sea los primeros habitantes de La Habana están mirando hacia nosotros, a la ciudad en el presente.

Gerardo: El video es un panorama de La Habana a sus 500 años, pero no es una propaganda, es sencillamente una manera de capturar lo que somos.

Este clip es una gloria; yo rezaba porque estuviera a la altura de lo que me causó a mí Inocencia, yo decía: ya él no se puede bajar de ese nivel, y no lo hizo; realmente no le puedo pedir más a la vida pero sí a las instituciones, les pido que este videoclip aparezca porque, ¿sabes una cosa?, tengo la impresión de que muchos conflictos, muchas desuniones y muchos encontronazos que estamos sintiendo en esta época pudieran atenuarse con el video, porque es inclusivo, está todo el mundo, todos los sentimientos y todas las ideologías, es una bandera pienso yo, y ese debería ser el propósito, no hablo de propaganda, ni de campaña hablo de unidad martiana.

Por fin, ¿hay un compromiso de hacer el clip de «Amigos», o no?

Gerardo: No, porque él quiere una canción del futuro…

Alejandro: Podemos trabajar cualquier cosa siempre…

Gerardo: Pero no debe ser una canción de competencia ni de rivalidad.

Alejandro: Exacto y sobre todo que tengamos un respaldo de producción como el que tuvo «Sábanas…», una canción que es un ícono de La Habana y que se merecía el formato productivo que logramos, de lo contrario no hubiera sido igual.


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