Bandung: Cultura y tradición, un testimonio visual


bandung-cultura-y-tradicion-un-testimonio-visual
Camilo Guevara March. Artículo publicado en el número 3 de la revista Paradigma

Al triunfo de la Revolución Cubana se heredaba un país pobre, subdesarrollado, neocolonial, agrícola y mono productor, cuyas atribuladas economía y sociedad se regían por las reglas impuestas a capricho de la metrópoli norteamericana, su principal y casi único mercado. De ahí que para los revolucionarios cubanos solo había un camino: gestar un cambio radical en el país.

En lo interno, esta revolución se consolidaba a cada paso, poniendo en práctica su programa político, surgido de las aspiraciones y reivindicaciones históricas del pueblo. Sin embargo, hacia fuera, era forzoso tender puentes que permitieran el afianzamiento de la estrategia de las trasformaciones económicas y la conformación de alianzas políticas con el propósito de asegurar, entre otros fines, vías alternativas para lograr la sobrevivencia del proceso revolucionario, ante el escollo que significaba diversificar las relaciones a escasas millas de Estados Unidos, acostumbrado a castigar, de una u otra forma, a todo el que estuviera en desacuerdo con sus imposiciones.

Estas razones sobran para explicar, entonces, por qué, a mediados de 1959, Fidel y el Che concuerdan en la proyección de un viaje por parte de los países signatarios del denominado Pacto de Bandung, con la designación de este último al frente de la delegación cubana. Esa inmensa parte del mundo y sus semejanzas con nuestra región devino reconocimiento mutuo en la lucha por la obtención de la independencia, apremiado, además, por el principio de la unidad soberana.

Sin dudas, Fidel no se equivocaba al seleccionar al Che para esa misión de ofensiva diplomática, por reunir una serie de peculiaridades idóneas para su desempeño, al ser portador de los ideales, principios y aspiraciones de la Revolución Cubana, además de poseer una gran capacidad y acertada experiencia para establecer los compromisos que considerara imprescindibles.

Los meses de junio a septiembre de 1959 fueron de desplazamientos constantes por un sinnúmero de países –la RAU, la India, Indonesia, Ceilán (Siri Lanka), Pakistán y Yugoslavia, entre otros, incluidas localidades, instituciones o entidades de un amplio espectro, todos de importancia cultural, económica, histórica o política; en total fueron visitados once países de los 29 que componían, en aquel entonces, el Pacto. La agenda de trabajo era en extremo compleja al proponerse crear relaciones de nuevo tipo o cambiar las bases de las existentes, concertar convenios y alianzas en temas difíciles y delicados con dirigentes de talla universal, lo que exigía audacia, visión de futuro y cierto grado de autonomía en las tomas de decisiones.

Tiempo después de su llegada, la mirada aguda del Che quedó plasmada en las crónicas publicadas en la revista Verde Olivo–costumbre arraigada desde sus primeros recorridos por América Latina en sus años juveniles como expresión de sus vivencias, ante un mundo aparentemente desconocido, de grandes contrastes, de una cultura milenaria, que tenía, en común con el nuestro, las similitudes dadas, fundamentalmente, por haber sido víctimas de la colonización y su barbarie extrema y compartir estadios semejantes de desarrollo.

Foto realizada por el Che en las ruinas de Borobudur, Indonesia, 1959

 

Esas crónicas adquieren mayor relevancia al servir a un propósito más elevado, al mismo tiempo que se hacía partícipe a la nación de los pasos que se daban en política exterior, intentaba trasmitir conocimientos con el objetivo de desarrollar el espíritu del pueblo y combatir la ignorancia, principal secuela y aliada de la opresión, es decir educar para alcanzar una mayor formación y conciencia políticas como factores de unidad e integración popular al proceso revolucionario, una de las tareas de mayor relieve en el quehacer cotidiano del Che en Cuba.

En las descripciones narradas se advierte el impacto que le producen las huellas intactas de las culturas autóctonas, a pesar de siglos de feroz vasallaje, zaqueo e ignominia. Así mismo, por una parte, se experimentan los avances obtenidos por el camino de la liberación económica, de desarrollo industrial y tecnológico y, por otro, la miseria reinante en la generalidad de la población desposeída, con la rara y significativa excepción de Yugoslavia, componentes que fueron expresados por el Che como de «enseñanzas provechosas»,muy útiles para el futuro avance de nuestros propios proyectos y cambios a emprender.

Todos los relatos los hizo acompañar de imágenes fotográficas –otra de sus preferencias más enraizadas y de fuerte aliento testimonial, donde el vuelo artístico y didáctico permiten constatar la gigantesca labor desplegada por la delegación cubana y la belleza de los lugares visitados, su valor cultural y espiritual. Sabemos que parte de esas imágenes estaban destinadas a acompañar sus textos, como en otras ocasiones hizo, sin embargo, se desconocen las razones por las que no se emplearon en el momento de su publicación, cuando, incluso, algunas fueron remitidas a la revista Verde Olivopara que sirvieran de complemento visual a las crónicas.

Para nada es casual el envío de los artículos a dicha revista, pensada y creada a instancias del Che como instrumento educativo para el Ejército Rebelde, necesitado de una sólida formación en lo político y cultural, y en general para todo nuestro pueblo, quien sufría enormes deudas en el ámbito educativo. A pesar de no haber sido utilizadas las fotos, su valor intrínseco es una prueba de la coherencia de su discurso y la constatación de que se está ante la presencia de un intelectual multifacético, maduro e íntegramente liado al empeño de revolucionar conciencias.

Como memoria histórica, los originales de las fotos forman parte de los documentos que se atesoran en el Archivo del Centro de Estudios Che Guevara, dentro de su Colección «Vida y Obra de Ernesto Che Guevara», que fuera inscrita en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, en el 2013.

Las fotos archivadas, en su reverso, están identificadas de puño y letra por el Che, muchas de las cuales presentan imágenes cautivadoras de las impresionantes construcciones, esculturas y templos colosales del arte secular y de las maravillas de la ingeniería antigua de alguno de los países visitados, expresión y huella de avanzadas civilizaciones que poblaron aquellos lugares, dejando un legado pletórico de sabiduría, historias, creencias y leyendas tan asombrosas que «parece cuento para niños», tal como afirma en uno de los artículos de viaje, titulado «Intercambio comercial y amistad con Ceilán y Pakistán»,publicado en la revista Verde Olivoel 16 de noviembre de 1959.

Por la cantidad de fotos tomadas en Indonesia se puede apreciar el impacto recibido al presenciar la huella dejada por los monjes budistas «en forma de templos de piedra tallada», como describe en su artículo «Indonesia y la sólida unidad de su pueblo», publicado el 26 de octubre de 1959 en la revista ya referenciada. En particular, singulariza la Isla de Bali, catalogándola como una expresión muy fuerte de la calidad artística del pueblo, mediante las tallas en madera, modelados, orfebrería, pintura y las danzas populares que adaptan los ritos antiguos.

Se reflejan en otras la contradicción y las grandes diferencias, como en la India, entre la cultura y la tradición o entre castas, palpable y doloroso reflejo del complicado reto que tenía la sociedad hindú en el intento de apaliar tales discrepancias, todo ello sintetizado por el Che en su escrito «La India: país de grandes contrastes»,al calificarlo como un lugar «… donde se une a la miseria el más alto refinamiento de la vida civilizada y la cumbre de los conocimientos técnicos…».

A pesar que, por motivos obvios, no tomó fotos en los encuentros que tuvo con destacados líderes mundiales como, Nasser, Nehru, Sukarno y Tito, quienes descollaban como la vanguardia política del mencionado Pacto, asienta su opinión dejándonos una visión clara de las respectivas posturas ideológicas y políticas, de lo que significaban para sus pueblos ellos como guías y sus gobiernos como expresión de la unidad para afianzar la independencia y sentar las bases de su futuro desarrollo económico.

Los frutos de esta visita a los países del Pacto de Bandung recalaron a nuestra orilla con el paso del tiempo, siguiendo una serie de acontecimientos que agrupan desde, la invitación a Cuba al que fuera el encuentro inmediato entre los miembros del Pacto, pasando por el establecimiento y la consolidación de relaciones de todo tipo con aquellas tierras, que para entonces eran casi desconocidas, hasta conformar el Movimiento de Países no Alineados que nadie duda de su relevancia y de su importante significación, donde se agrupan países de todos los continentes y con voz propia en el panorama de la política internacional.

Para el caso particular de Cuba, por su naturaleza singular y su carácter tercermundista, este foro, hijo pródigo del de Bandung, ha adquirido una enorme relevancia ya que le ha permitido desarrollar alianzas y puentes fundados en los sólidos pilares de la defensa de sus propios derechos y se ha convertido, desde muy temprana fecha, en un vehículo apropiado para conducir, junto a otros pueblos, las luchas por las causas más justas.

Aquel memorable viaje, al que hoy brindamos tributo, se diluye en el tiempo, como es natural, y para rescatarlo proponemos la publicación de viejas instantáneas que aun cuando estén descoloridas o manchadas, como secuela implacable de los años, rebozan del encanto de lo inédito, de un brío que inspira y emociona. Me he tomado la licencia de acompañarlas de fragmentos de los textos publicados en la época, para que tengan acceso a este trabajo que significó el testimonio de una labor intensa y valiosa que, seguramente, no porque quedara incompleta su publicación, dejó de aportar a su autor un gran deleite espiritual. Démosle, sin más, paso a las imágenes y notas del Che para reconfortar la memoria.

 

“La Nación Egipcia había salido triunfante de la prueba y sus gobernantes habían demostrado no solo el valor físico necesario sino también el valor moral para armar al pueblo a pesar de estar dirigido por un grupo de oficiales en funciones administrativas, sobreponiéndose al espíritu castrense el deseo de asegurar la independencia.

Este hecho, el de armar al pueblo, es quizás el acontecimiento más trascendental en cuanto a la  tónica popular del Presidente Nasser.”

 

 

 

“En Calcuta, primera ciudad de la India, seis millones de seres humanos viven hacinados con increíble número de vacas que pululan por las calles, interrumpiendo el tránsito cada vez que se les ocurre echarse en el medio de la vía.”

 

“Vimos en  esta ciudad una muestra de la extraña complejidad del panorama de la India […] Este país de contrastes, donde se une a la miseria el más alto refinamiento de la vida civilizada y la cumbre de los conocimientos técnicos.”

 


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte