El Jazz Plaza 2020 que yo viví (Tercer día)


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Doug Martin.

El Jazz Plaza 2020 que yo viví (Primer día)

El Jazz Plaza 2020 que yo viví (Segundo día)

Alrededor de las 4:45 de la tarde del jueves 16 de enero de 2020, comenzó mi tercera jornada del Jazz Plaza 2020; esta vez en el patio central del Pabellón Cuba.

Aunque en esa instalación el jazz comenzó a fluir desde casi una hora antes, tuve la suerte de ver el final de la presentación del saxofonista canadiense Doug Martin, quien regresó al Jazz Plaza, esta vez de la mano de los músicos cubanos David Faya (bajo), Reinier Mendoza (drums) y Miguel Ángel de Armes (piano). Siempre es interesante ver a este artista, que cuenta con un sonido excelente; tanto con su saxofón tenor, como con el soprano.

Miguel Ángel de Armas, David Faya y Doug Martin.

Ante la atenta mirada de un público seguidor del género que se había dado cita en el recinto, el espacio quedó disponible para la formación alemana Jan Prax Quartet. Resultó imponente el sonido de este colectivo, integrado por Martin Soros (piano), Tilman Oberbeck (bajo) y Michael Mischl (drums); bajo el liderazgo del saxofonista Jan Prax. Aprovecharon el breve tiempo asignado, para mostrar parte de su trabajo, recogido en su más reciente fonograma titulado Ascending, del año 2018.

Jan Prax.

Jan Prax Quartet.

La formación alemana, recibió merecidos aplausos antes de bajar del escenario, donde todo iba quedando listo para el último artista de la tarde: el trompetista, percusionista y compositor cubano Carlos Sarduy, radicado en Barcelona desde hace algunos años. Subió a escena aupado por un pequeño formato dirigido por el pianista Roberto Carcassés.

 

Carlos Sarduy.

Roberto Carcassés.

Lamentablemente, el tiempo restante para el jazz en el Pabellón Cuba era escaso, y solo pudieron interpretar dos temas. El primero, reciente, aún sin título, es una obra que Carlos ha insistido en tocarlo en sus presentaciones en el viejo continente. Como cierre, quedó el cadencioso Carlito’s swing, que elevó significativamente la temperatura en el lugar. En este último Carcassés disertó desde el piano, mientras que Sarduy, se desdoblaba con gran intensidad, entre la trompeta y las tumbadoras.

Luego de los aplausos finales, apuré el paso por las calles de El Vedado, para llegar a la sala Tito Junco, del Centro Cultural Bertolt Brecht, que anunciaba un interesante programa.

La primera parte estuvo a cargo de la cantante y compositora noruega Grete Skarpeid, quien se presentaba acompañada por músicos cubanos: el renombrado pianista cubano residente en Nueva York, Aruán Ortiz, el cellista Alejandro Rodríguez, y el versátil baterista Oliver Valdés.

Grete Skarpeid.

Grete Skarpeid, Alejandro Rodríguez y Oliver Valdés.

Para algunos, pudiera parecer un tanto sorprendente esta fusión entre Ortiz y Skarpeid; pero habría que recordar, que Ortiz fue el pianista y arreglista del disco My songs, que publicara la artista noruega en el año 2016.

Aruán Ortiz.

Las piezas interpretadas permitieron a los músicos acompañantes mostrar su capacidad interpretativa y de improvisación; que fueron reverenciadas con aplausos por parte del público, ante la visible aprobación y deleite de la cantante. Entre ellas Like a bird, Catching the fish y como cierre, el conocido estándar My favourite things, compuesto por Oscar Hammerstein II y Richard Rodgers para el musical The sound of music, de 1959.

A continuación, llegó a escena el pianista cubano (radicado en México) Alejandro Cuenca Calderón, con su formato Nuestra visión; compuesto por Yusmel Ballagas (bajo), Dagoberto Quintana (batería) y Rigoberto González (batá). Para completar la formación incorporaron como invitado a tiempo completo, al joven guitarrista Juan Carlos Poveda Alfonso, galardonado con el tercer lugar en la categoría Solistas menores en el JoJazz 2019.

 

                                                 Alejandro Cuenca.                                                  Alejandro Cuenca, Yusmell Ballagas y Juan Carlos Poveda Alfonso.

 

                         Alejandro Cuenca, Yusmell Ballagas y Cristina Rodriguez.                                         Juan Carlos Poveda Alfonso.

Básicamente, presentaron temas de la autoría de Cuenca, varios de ellos basados en cantos afrocubanos. Este material formará parte de un segundo disco de la agrupación, aún en producción, que debe editarse durante este año.

Luego de comenzar con un tema que asume como base el conocido Canto a Elegguá, subieron el ritmo con la pieza Obbatalá. Como novedad, en esa obra abrieron el diapasón sonoro; combinando sobre el entramado musical jazzístico las voces de la cantante lírica Cristina Rodríguez y el fraseo urbano del hip-hop de La Reyna y La Real.

Alejandro Cuenca, Yusmell Ballagas, Dagoberto Quintana, Rigoberto González, Paco Servi y Juan Carlos Poveda Alfonso.

Cabe destacar el trabajo encomiable de los instrumentistas, resaltando la interpretación del pianista Alejandro Cuenca en Obbatalá, y del bajista Yusmell Ballagas y el baterista Dagoberto Quintana en Océano. En la pieza final, titulada Ochosi, llegó como invitado el saxofonista mexicano Paco Servín, aportando intensidad al tema; en el cual también destacó, el guitarrista Poveda Alfonso.

El último espacio de esa tarde-noche lo ocupó la violinista y compositora holandesa Line Kruse, quien proponía la presentación de su más reciente trabajo discográfico (grabado en Cuba), editado en el año 2019, bajo el título Invitation.

Line Kruse.

Line Kruse, Daymé Arocena, Gastón Joya y Havana Elecstrings.

Kruse, logró reunir a varios de los músicos que participaran en la grabación del mismo; pero debió recurrir al pianista Adrián Estévez para reemplazar a Harold López-Nussa, al baterista Marcos Morales en lugar de Ruy Adrián López-Nussa, y sustituir la sección de cuerdas por el cuarteto femenino Havana Elecstrings.

Line Kruse y Gastón Joya.

A lo largo del concierto, en adición al hilo conductor que trazaba la violinista, se hizo presente el formidable trabajo del Gastón Joya en el contrabajo, el hermoso colorido que creaba Yaroldy Abreu en la percusión; así como el formidable sonido de Adrián Estévez en el piano y el certero acompañamiento de Marcos Morales en la batería.

Marcos Morales.

Para la pieza que da nombre al disco, subió la cantante y compositora cubana Daymé Arocena; mientras que Orlando “Maraca” Valle, se integraba al formato en la obra Tres cosas.

 

Orlando Valle (Maraca), Gastón Joya y Line Kruse.                                    Line Kruse y Daymé Arocena.

Para el cierre, Daymé y Maraca volvieron al escenario, para protagonizar la obra Ahora (que cuenta con música de Kruse y texto de Arocena). En la misma, Kruse, Arocena, Maraca, Yaroldy Abreu y Gastón Joya fueron protagonistas.

Daymé Arocena y Yaroldy Abreu.

Del disco presentado, también se escucharon las obras Agua, Wednesday, Canción y Tema.

Luego del aplauso final, dirigí mis pasos apresuradamente hacia el Teatro Nacional de Cuba. En su sala Avellaneda, a las 9 de la noche, los bajistas chilenos Christian Gálvez y Pablo Menares, proponían una sesión titulada The art of chord melody.

En realidad se trataba de la presentación de un disco que lleva ese título, grabado en Nueva York en enero de 2019. Según Gálvez, es el disco más importante de su carrera, pues es una especie de homenaje a los grandes bajistas de jazz. Él, como siempre, asume el bajo eléctrico; y en este trabajo buscó acompañamiento desde el contrabajo.

Aunque en escena le secundó el contrabajista Pablo Menares; en el disco, en adición a él, participan otros seis contrabajistas de gran calibre: Ron Carter, Dave Young, Pat O'leary, John Patitucci, Eddie Gómezy Jorge Roeder.

Christian Gálvez desde el inicio, mostró su palmarés y no dejó lugar a dudas sobre su técnica de autoacompañamiento desde el bajo, terreno en que es uno de los pioneros. Durante la velada, tanto en solitario, como combinando el trabajo de forma armónica con su compatriota Pablo Menares, brindaron a los asistentes una excelente propuesta; la cual fue recompensada con los merecidos aplausos.

Christian Gálvez.                                                                               Christian Gálvez y Pablo Menares.

Pablo Menares.

Entre los temas del disco presentados se encontró Flamingo (compuesto por el rumano Ted Grouya), interpretado en el disco por Gálvez junto al norteamericano Pat O'leary. Adicionalmente agregó Gone with the wind (un estándar creado por el estadounidense Allie Wrubel), que comparte en el disco junto al legendario contrabajista Ron Carter.

Antes de pasar a la sección final de la noche, el comité organizador del festival Jazz Plaza 2020, decidió otorgar la distinción 35 Aniversario al compositor, arreglista, educador y director de Orquesta, Joaquín Betancourt.

Bill Evans, Joaquín Betancourt y Yuniet Lombida.

Bill Evans y Joven Jazz Band (dirige Joaquín Betancourt).                   Bill Evans, Joven Jazz Band (dirige Yuniet Lombida).

Precisamente él, sería el encargado de conducir a su Joven Jazz Band, para acompañar al conocido saxofonista y compositor estadounidense Bill Evans, quien en su historial ostenta trabajos junto a prestigiosos artistas, tales como Miles Davis, John McLaughlin, Dennis Chambers, Herbie Hancock y Mark Egan, por solo citar a unos pocos.

Con su habitual desenfado, Evans esperó las indicaciones de Betancourt y comenzó a deleitar al público con un excelente programa, que iniciaba con su obra Cool Edie, incluida en el disco Soul Insider, del año 2000. En esta pieza, Rodrigo García Ameneiro, obtuvo relevancia por su ejecución en los teclados.

A continuación interpretaron Giant steps (estándar compuesto por John Coltrane), donde destacó el joven saxofonista cubano Israel Figueredo. Le siguieron Soul Bob (pieza de Evans del disco Soul bop band live, junto al trompetista Randy Brecker, del año 2004), Let’s pretend (firmada por Evans en el disco Vans Joint junto a Dave Weckl, Mark Egan y WDR Big Band Cologne) y Watcha Wallaby (obra que incluyó en el disco Live down under (del 2019), presentándose junto a su formación The Spy killers incluyendo al pianista Simon Oslender y al bajista Gary Grainger).

Bill Evans y Yuniet Lombida.

Aunque de inicio estuvo trabajando desde el saxofón tenor, Evans asumió las piezas Let’s pretend y Watcha Wallaby, desde el saxofón soprano; esta vez bajo la dirección del maestro Yuniet Lombida. Bajo su batuta, Evans también cumplió su sueño de interpretar música cubana, con la obra Cocinando con manteca, de la autoría de Joaquín Betancourt.

En esa pieza, Evans retornó con éxito al saxofón tenor, mientras que Lombida simultaneaba la dirección con la ejecución del saxofón barítono, y Franco Romero completaba el momento, improvisando desde el saxofón alto.

Para el cierre, volvió Joaquín Betancourt a la dirección, para ejecutar otra obra suya titulada Changó, donde Evans retomó el saxofón soprano y se pudo disfrutar además de la improvisación de Juan Carlos Poveda Alfonso en la guitarra eléctrica.

Bill Evans y Juan Carlos Poveda Alfonso.

Entre merecidos aplausos cerraba la tercera jornada del Jazz Plaza 2020 en esta sala, donde para la noche siguiente, aguardaban nuevas emociones y sobretodo, torrentes de jazz.


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