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Abstraccionismo cubano: entre pasado y presente, nuevos caminos se imponen


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Julio Girona

Luego de 60 años, la Antibienal de La Habana y uno de sus gestores, Julio Girona, se hicieron presentes en un encuentro que reivindicó al arte abstracto cubano y sus más genuinos representantes. El Taller Rupturas y continuidades en el arte moderno cubano: La Antibienal de La Habana. Homenaje a Julio Girona en su centenario, celebrado en el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello (ICICJM) y coordinado por la Dra. Ana Suárez Díaz, ofreció una abarcadora e intensa panorámica del quehacer artístico de las artes visuales en Cuba desde el período neocolonial hasta nuestros días.

Con una disertación de lujo que combinó las remembranzas personales y los análisis críticos, la Dra. Adelaida de Juan dio inicio al evento con la conferencia “Mis memorias de la Antibienal”, en la cual destacó el carácter de la muestra como instrumento de lucha y protesta contra la política franquista y la dictadura batistiana. La participación de grandes artistas cubanos, representantes de varias generaciones, como Víctor Manuel, Marcelo Pogolotti, Amelia Peláez, René Portocarrero, Cundo Bermúdez, Sandú Darié, Jorge Arche, Martha Arjona y Raúl Martínez, entre otros, garantizó la armonía de la figuración con la abstracción y la presencia de múltiples formas y estilos, aportando nuevos modos de expresión. “Desde finales de los años 20 no se producía una iniciativa de la trascendencia histórica de la Antibienal”, expresó la Dra.

La Mesa 1, titulada La Antibienal: coyuntura y realidad de un fenómeno cultural, contó con la participación de la Dra. Luz Merino (“Bienal y Antibienal: dos caras de una moneda”) y el MSc. Israel Castellanos (“La Antibienal de 1954: un grito de eticidad y estética en la plástica cubana contemporánea”).

Merino realizó un recorrido por los antecedentes de la Antibienal a través de la participación de los autores cubanos en las diversas bienales internacionales, subrayó el compromiso social de los artistas que organizaron la Antibienal, efectuada el 28 de enero de 1954, y expuso las visiones que sobre la expo ofrecieron Mario Carreño, Amelia Peláez y Jorge Arche. Igualmente, hizo referencia al reflejo del evento en algunos medios nacionales de aquel entonces (Bohemia y Noticias del Arte) y a las críticas de Jorge Mañach y Suárez Solís.

Por su parte, Israel Castellanos hizo referencia a la beligerancia de la expo y su carácter nacional y patriótico, así como a su devenir y repercusión en Santiago de Cuba, Camagüey y la Universidad de La Habana. “La Antibienal fue un fenómeno artístico y estético, aunque en su concepción la motivación política tuvo una gran influencia. Llevó a las tres ciudades más importantes de la nación a confluir en una iniciativa cultural e inauguró, quizás, el carácter de protesta desde el arte”, concluyó el investigador.

La Mesa 2, dedicada a homenajear el centenario de Julio Girona, aunó a amigos del pintor y estudiosos de su obra: los artistas Manuel López Oliva y Ángel Rivero, el escritor Francisco López Sacha y los investigadores Ana Suárez y Rafael Acosta de Arriba. Anécdotas, vivencias y sensaciones trajeron de vuelta al Julio artista, deslumbrado y deslumbrante, enamorado de las mujeres, defensor de la igualdad social, al caricaturista que a través de sus imágenes combatió el nazismo, el fascismo y el franquismo, al cultivador de la abstracción…

Las reflexiones de la Mesa 3 se encauzaron hacia la experiencia abstraccionista cubana. Las ponencias “Ecos de la abstracción en los artistas de la llamada generación del ´37”, de la Dra. Concepción Otero; “Hugo Consuegra. El verbo de la forma y el color”, de la Dra. Hilda María Rodríguez; “La abstracción en el surgimiento de la cerámica artística cubana”, del Msc.Osvaldo Paneque Duquesne, y “Servando Cabrera Moreno: una magia descubierta”, de la Lic. Rosemary Rodríguez Cruz, conformaron uno de los paneles más amplios del evento.

La profesora Otero se adentró en la pintura de vanguardia, en la búsqueda de la nacionalidad y en la experimentación con el lenguaje abstracto entre los años 1953 y 1955. En ese sentido, caracterizó la obra de varios de los artistas que incursionaron en el abstraccionismo, entre ellos Amelia Peláez, Wilfredo Lam, Mariano Rodríguez, René Portocarrero, Cundo Bermúdez, Mario Carreño, Mirta Serra y Luis Martínez Pedro.

Hilda María Rodríguez hizo énfasis en la obra de Consuegra, sus intenciones subjetivas y el reflejo de los estados de ánimo, la herencia de lo moderno, la complejidad del espacio pictórico; la relación entre la intensidad, el valor del cromo y la figura geométrica, reveladora de un modo particular de concebir la composición, así como el vínculo cognitivo con el espectador que logró el artista a través de su obra.

En otro orden de ideas, el Msc. Osvaldo Paneque expuso los puntos de encuentro en la década del 50 entre la cerámica artística y la abstracción en Cuba, citando como ejemplos de esta mixtura algunas de las piezas de Amelia Peláez, René Portocarrero, Mariano Rodríguez, Mirta García Bush y Marta Arjona.

La trayectoria formativa de Servando Cabrera y los momentos más importantes dentro del desarrollo de su época abstraccionista fueron abordados por Rosmery Rodríguez, quien, además, como especialista del Museo Biblioteca Servando Cabrera, dio a conocer la colección sobre la obra pictórica del artista que posee la institución y presentó la versión digital del libro monográfico Servando Cabrera Moreno El abrazo de los sentidos.

Dirigida al impacto de la Revolución en la abstracción, la Mesa 4contó con las intervenciones del MSc. Lázaro Jarrosay, quien dio a conocer sus vivencias en la Escuela Nacional de Arte, destacando el rol del profesorado en la enseñanza;la MSc. Odette Bello, que efectuó un recorrido por el itinerario migratorio de los abstractos cubanos, con especial atención en las décadas del 40, 50 y 60; y la Dra. Alina Bárbara López, quien analizó el reflejo de las artes plásticas cubanas en el diario del Partido Comunista Noticias de Hoy, de1938 a 1953.

La dimensión latinoamericana y caribeña del abstraccionismo cubano centró los debates de la Mesa 5. Las Dras. Olga María Rodríguez Bolufé y María de los Ángeles Pereira abordaron la trayectoria de Sandú Darié y sus vínculos con la abstracción geométrica latinoamericana; la Lic. Yanet Martínez Bazabe presentó los impactos en Chile de la obra abstracta de Mario Carreño, mientras que la MSc. Kirenia Rodríguez Puerto ofreció las lecturas, desde el pensamiento caribeño de Édouard Glissant, sobre el paisaje y la memoria en el quehacer artístico de Agustín Cárdenas. La jornada finalizó con la exposición acerca de la impronta de la escultura abstracta cubana en otras latitudes, realizada por la Msc. Mei-Ling Cabrera Pérez.

“Curadores,  críticos,  difusión y, ¿mercado para la abstracción…?” fue el título con el que inició la Mesa 6 el tercer y último día del taller. La Dra.Ana Suárez Díaz presentó la Convocatoria al I Encuentro de Arte Abstracto Contemporáneo, FORMART I, en Bayamo, a celebrarse el próximo año, y el especialista Jorge R. Toledo, miembro del Comité Organizador de Subasta Habana, dio a conocer la experiencia de la abstracción en dicho evento comercial, lo cual propició un enriquecedor intercambio con los presentes sobre el mercado del arte cubano, y en específico el relacionado con las subastas.

Según Toledo, las ediciones de 2010, 2011 y 2012 fueron las que mejores resultados de venta lograron en relación con la abstracción cubana. Los artistas abstractos con mayores reportes a lo largo de los 12 años de Subasta Habana han sido José María Mijares, Raúl Martínez, Rafael Soriano y Loló Soldevilla.

La abstracción cubana en el siglo XXI dio cierre a los paneles teóricos. Toledo regresó con la exhibición del documental La abstracción cubana desde México: Carlos García de la Nuez en Galería Habana, y el destacado artista de la plástica Roberto Diago compartió luego con los presentes sus experiencias en torno a la abstracción y dentro del mundo del mercado artístico.

Como resultado colateral del taller, tuvo lugar una sesión participativa donde los asistentes de diferentes perfiles profesionales debatieron sobre la necesidad y conveniencia de contar con un registro visual-informativo de la obra de nuestros pintores y de las exhibiciones realizadas en el país. La existencia de una base de datos constituiría una invaluable fuente de información para el trabajo de especialistas, promotores, realizadores, estudiantes, profesores, periodistas y críticos de las artes plásticas.

Según dejó plasmado su organizadora, “el debate confirmó que los especialistas todos apoyan la idea de solicitar la atención de las instancias  superiores del Ministerio de Cultura al respecto. Además, consideraron que esta puede constituir una forma de conservar el patrimonio”.

Abiertas quedan, pues, luego de concluido este taller, nuevas formas de re-pensar el arte cubano, de visibilizar lo invisibilizado, de recordar lo olvidado, de colocar en lugares cimeros a aquellos cuya obra constituye hoy patrimonio de nuestra nación, de abrir mayores espacios a los nuevos talentos que despuntan… Otras maneras de hacer se imponen: renovar gestiones y potenciar intercambios entre especialistas, dirigentes culturales, artistas y promotores podría ser un primer paso.


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