Como de costumbre, mes tras mes, el espacio Aire de Luz convocado por la prestigiosa escritora Basilia Papastamatíu, en el habanero Centro Cultural Dulce María Loynaz, vuelve a ser noticia. En esta ocasión el consagrado poeta, narrador, ensayista y crítico literario Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935), y el también poeta Leonardo Guevara (La Habana, 1974) fueron los invitados.

En la presentación de ambos escritores, Basilia identificó en Arrufat no "solo su gran talento e impecable profesionalidad, sino también su escritura sin secretos para él, al ser su vida, su mundo, su forma privilegiada de expresarse y de comunicarse".

Destacó seguidamente como la principal atracción inspiradora para ella del además galardonado Premio Nacional de Literatura "su poesía, por la cual siento especial predilección, en especial la volcada en su más reciente libro Vías de extinción; probablemente, porque me identifico con las preocupaciones existenciales que revela y que son las de un ser consciente de sus límites, sus fragilidades y de la angustiosa fugacidad de su presencia en el espacio terrenal (...) Su lectura nos resulta muy seductora y nos produce el raro placer de jugar a enfrentarnos con la fatalidad".

En Leonardo Guevara, la poetisa resaltó la publicación de los títulos Vida en comunión, Piramidal y La maquinaria, además de recibir premios literarios como Pinos Nuevos y Juan Francisco Manzano. En esta ocasión, Guevara trajo consigo en sus versos un tema muy actual: la situación de los emigrantes en el mundo.

"Leonardo, subrayó, nunca ha perdido su inquietud por desacreditar, de revelar o desmontar todo lo que los bien pensantes y elegantemente y canónicamente cultos consideran que es la poesía bella, correcta estéticamente. Y es así que utiliza en la suya las palabras en su más cruda significación, y los temas más pudorosamente ocultos, con una creatividad que nos atrapa".

(...) Deja de utilizar esa rueda que gira

sin saber quién la hizo

ni cuándo

ni dónde la inventó

Si quieres, tú paga la deuda

yo prefiero ignorarla.

Si quieres

tómame como a un niño

no comprendo la palabra historia.

La historia es la institución,

la luz verde que se apaga.

(Antón Arrufat)

(...) Nosotros nos vamos del péndulo

equilibramos la vibración para no caer más bajo

de lo que estamos.

Nos hundimos con piedras en los bolsillos

imitando al mito.

Tú miras con desprecio la antología,

recordar la ponzoña, dijiste,

y me desechas como un seno cortado

sin el roce de otro pecho.

Te da repulsión ver,

vomitas

mientras regreso en el límite

dado a la reflexión.

(Leonardo Guevara)