“Con los mercenarios activos, con los terroristas, no hay ni habrá diálogo posible”. Fidel


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El valor del estudio, investigación y profundización de la historia de la emigración cubana y su actualidad, a partir de una política de diálogo y entendimiento, y de un hecho y de una fecha en específico, es el tema que aborda el libro: Cuba y su Emigración. 1978: Memorias del Primer diálogo (1) del reconocido historiador Elier Ramírez Cañedo.

“El Diálogo constituyó un punto de inflexión en la política migratoria cubana, hasta ese momento (1978) condicionada por el enfrentamiento a una contrarrevolución que tenía sus bases sociales en la emigración cubana”, subraya el doctor en Ciencias Históricas Jesús Arboleya Cervera en el prólogo a dicho volumen, presentado en la sede habanera de la Casa de las Américas.

Al respecto su Autor, pormenoriza en la reconstrucción de un Diálogo con figuras representativas de la comunidad cubana en el exterior, convocado por el Gobierno de Cuba a finales de 1978, hecho ocurrido “en un momento particular del proceso revolucionario cubano y tuvo un impacto relevante hacia lo interno de su sociedad, en la política del país hacia la emigración y en las relaciones con Estados Unidos”.

Por su parte Abel Prieto Jiménez, presidente de la citada institución cultural latinoamericana y caribeña resaltó el sentido dialéctico que del pensamiento de Fidel “se observa en este libro; su posición de principios está presente en todo momento; su sentido ético, visión estratégica, su genialidad para construir un proceso tan complejo. Es así como este libro termina siendo otro homenaje a Fidel”.

En otra parte de su intervención el principal directivo de la Casa de las Américas subrayó que: 

“De esta obra a mí me resultó apasionante un momento en que Ramírez Cañedo, hace referencia a una reunión que tuvo Fidel en el teatro Karl Marx, en febrero de 1979, con cuadros y militantes del Partido Comunista de Cuba a partir de una carta que le había enviado un militante planteando que estábamos haciendo concesiones. En relación con esto es que Elier plantea en su libro que los argumentos del Comandante en Jefe en aquella reunión constituyeron una clase magistral acerca de lo que es el arte de hacer política, sin renunciar a los principios. Y es que para Cuba y su Revolución y para Fidel en lo particular –desde la época de la lucha revolucionaria librada en la Sierra Maestra–, siempre fue muy importante convertir a los adversarios en aliados (…) Y esto, incluso, es algo que el Líder de la Revolución cubana lleva a vías de hecho durante los momentos difíciles de la guerra cuando, tras producirse la detención y desarme de cientos de casquitos (soldados y oficiales) de la tiranía batistiana, logra convencerlos y sumarlos al nuevo proceso de cambios que se producirían en el país”.

Seguidamente, Ramírez Cañedo puntualizó que el inicio de esta obra, o descubrimiento de este tema, tuvo lugar a partir de una investigación efectuada sobre el período de la Administración Carter en las relaciones Cuba-Estados Unidos, el que marcó un punto de inflexión y un momento de continuidad en la historia de las relaciones bilaterales, “y es que en ocasiones consultamos alguna literatura o volúmenes de historia y se conoce poco acerca de este Diálogo de 1978 e, incluso, si analizamos la historia de la Revolución cubana desde 1959, este tema resulta primordial incluirlo. Este fue también un momento fundacional en la historia política entre ambos países –con sus avances y retrocesos–, y que tuvo un giro fundamental de 180 grados en ese segundo semestre de 1978, además de ser un acto de absoluta audacia de Fidel al establecer un diálogo con la comunidad cubana en el exterior con su diversidad de tendencias”.

Finalmente, Ramírez Cañedo recordó las palabras de Fidel en Palabras a los Intelectuales (Junio, 1961), y que hoy se hacen más vigentes que nunca en relación con el tema Diálogo:

“Renunciar solamente a los incorregiblemente contrarrevolucionarios; renunciar solamente a los incorregiblemente reaccionarios…”

Al mismo tiempo que nuestro Comandante en Jefe lo manifiesta en aquel Diálogo de 1978: “Con los mercenarios activos, con los terroristas, no hay ni habrá diálogo posible. Esos son, precisamente, los incorregibles…Esos nunca vendrán a buscar la unidad entre los cubanos”.

 

Nota:

  1. Ocean Sur, 2020.

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