Este 15 de abril cuando se celebraba el Día Mundial del Arte, nuestro país dio el último adiós a un destacado y consagrado artista, promotor cultural y gestor del Proyecto Sociocultural Comunitario Callejón de Hamel, de  la barriada habanera de  Cayo Hueso. Salvador González Escalona se despidió de la vida dejando una notable  huella  en la cultura cubana, esencialmente en las artes visuales y la cultura popular tradicional, a las que estuvo estrechamente ligado has sus últimos días. 

Camagüeyano de nacimiento y habanero por adopción, Salvador encontró en el capitalino  barrio de Cayo Hueso un espacio de creación y ahí consagró parte de su vida en el desarrollo de la cultura comunitaria y la promoción de la cultura popular tradicional. 

Su formación autodidacta no le impidió asumir el arte como parte de su vida, y en las artes visuales canalizó sus inquietudes artísticas, reflejándose en su obra la influencia de los máximos exponentes del muralismo mexicano Diego Rivera y Orozco, unido a sus apreciaciones del rico acervo africano arraigado en la cultura cubana. 

Su nombre  adquirió determinada relevancia entre los nuevos valores del arte cubano debido precisamente a su labor como muralista, y ello se evidencia en el Callejón de Hamel,  ese espacio que para él fue como una gran galería, un espacio vital para la creación y resguardo de las tradiciones afrocubanas. 

 Defensor a ultranza de las esencias de la identidad de la nación, Salvador nos lega una huella imperecedera, fruto de su profunda vocación de servicio.