Donato Mármol, valía e impronta de la juventud insurrecta cubana.


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Según la publicación independentista El Porvenir, editada en la emigración, durante la Guerra de los Diez Años, exponía en una de sus páginas que: 

“(…) Ningún otro cubano –excluyendo a Carlos Manuel de Céspedes y Francisco Vicente Aguilera--, hizo más por el estallido de la Revolución del 68 que Donato Mármol”.

Donato Mármol nace el 14 de febrero de 1843 y, no obstante ser descendiente de una familia acomodada de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, pocos años después siendo muy joven aún --y muy a pesar de las diatribas mantenidas con su padre, un militar hacendado rico--, llega a ser uno de los primeros combatientes dentro de las filas del mambisado, además de lograr reunir contingentes de hombres para secundar el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes, iniciado el 10 de Octubre de 1868. Tres días después, Mármol se une a la lucha insurreccional, hasta llegar a ser uno de sus principales líderes.

Su bautismo de fuego se produce durante el combate librado contra las fuerzas del coronel Quirós, cerca del poblado de Baire. Después de ese se sucedieron muchas otras acciones heroicas donde este hombre demuestra ser, a pesar de su juventud, un héroe excepcional. ​

El 13 de octubre de 1868, en unión de Calixto García y un centenar de hombres –tan sólo 25 armados con malas escopetas y machetes--, ocupa la villa de Jiguaní donde hace prisionero al teniente gobernador Francisco Muguruza Lersundi, sobrino del capitán general de la Isla. Gracias a esa acción puede armar a sus fuerzas y apoderarse horas después de las zonas de Santa Rita, Baire y Ventas de Casanova.

Involucrado en las conspiraciones previas, participante de las reuniones de San Miguel de Rompe, donde comienza a gestarse el levantamiento armado, y la de El Mijial, en la cual se propone la fecha de la sublevación, Mármol se incorpora a la contienda el 12 de octubre con unos 100 hombres en su finca Santa Teresa, ubicada entre Bayamo y Jiguaní. Pronto lograría reunir 400 patriotas.

Céspedes lo nombra Mayor General y le envía como asesor militar a un dominicano, Máximo Gómez, a quien Mármol le encomienda batir al enemigo en Pinos de Baire y luego le asigna la jefatura de la jurisdicción de Jiguaní, mientras él preparaba la invasión a Guantánamo.

Andaba en esos preparativos en enero de 1869 cuando, ante el avance español sobre Bayamo, la capital de la insurrección, Céspedes le ordena marchar hacia la llanura del Cauto con una tropa de antiguos campesinos y esclavos, quienes sólo iban armados de machetes y palos aguzados como lanzas.

Al respecto y aunque algunos subordinados tratan de convencer a Mármol sobre la imposibilidad de acatar dicha orden, el joven patriota se dispuso a cumplirla. Pero la línea de defensa que se veía obligado a defender con sus mal armadas fuerzas era muy extensa y los españoles arremetieron allí donde las trincheras cubanas eran más débiles.

El combate, iniciado el ocho de enero de 1869 en las riberas del río Salado, afluente del Cauto, a unos 30 kilómetros al noroeste de Bayamo, se prolonga desde las primeras horas de la mañana hasta ya entrada la noche. La artillería española hace estragos en las trincheras mambisas, hasta quedar expedito para los peninsulares el camino hacia Bayamo.

Luego de la grave derrota de las tropas mambisas en aquella ciudad, Mármol discrepa con los principales líderes del movimiento en relación con la forma de conducir la contienda.No obstante, poco tiempo después, este oficial cubano  y sus seguidores comprenden el daño que le provocaban las divisiones a la lucha revolucionaria y aceptan la jefatura indiscutida de Céspedes.

Dos meses después, Mármol escribiría: "Céspedes es para mí la gran figura de la Revolución". A su vez, el Padre de la Patria lo nombra jefe del distrito Cuba que abarcaba Jiguaní, Santiago y Guantánamo. Con Gómez como segundo, procede a reorganizar las tropas para llevar a cabo su viejo sueño de invadir las tierras del Guaso, de donde España extraía recursos para sufragar la guerra.

Tras la Asamblea de Guáimaro, el 10 de abril de 1869, es nombrado Jefe de Primera Brigada de la Segunda División de Oriente. El 7 de junio de 1869 participa en el ataque al fuerte La Cuaba, en Holguín.

En julio del mismo año se le confirma el grado de Mayor General y su jefatura del distrito Cuba, que abarcaba las regiones de Santiago de Cuba, Guantánamo y Jiguaní. Organiza la División Cuba, liderada posteriormente por los mayores generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, ambos subordinados a él en aquel momento.

Su acción militar más extraordinaria se produce el siete de agosto de 1869, cuando derrota a una columna española en la zona oriental de Mayarí Arriba. Asimismo, en 1870, planifica y prepara la Invasión a Guantánamo, en la que no participa debido a estar muy enfermo. Dicha invasión sería llevada a cabo por su segundo, el Mayor General Máximo Gómez, en 1871.

Bajo el mando de Mármol se formaron oficiales de la talla de Antonio y José Maceo, Guillermón Moncada, Paquito Borrero. En Sabanillas, organiza un campamento para el adiestramiento de reclutas. Concentra sus efectivos en Majaguabo para la invasión proyectada, pero cae gravemente enfermo.

Ni su juventud, ni su fortaleza física, pudieron salvarlo. A causa de una fiebre perniciosa, según algunos, de una conmoción cerebral, de acuerdo con otros, o simplemente de viruelas, fallece Donato Mármol.

Según investigaciones realizadas por connotados historiadores (Gilberto Toste y arlos del Toro), su deceso ocurrió el 26 de junio de 1870. Tenía tan sólo 27 años de edad. Desafortunadamente, el lugar donde se hallan los restos mortales del Mayor General Donato Mármol se desconoce aún. Un busto dedicado a su eterna memoria se alza en la Avenida de los Libertadores, en la ciudad de Santiago de Cuba (1) .

Para patriotas como él, bien representativo es el siguiente Adagio martiano:

“(…) No mueren nunca sin dejar enseñanza los hombres en quienes culminan los elementos y caracteres de los pueblos; por lo que, bien entendida, viene a ser un curso histórico la biografía de un hombre prominente”. (2)

Donato Mármol, alto oficial mambí, a quien es imperioso estudiar e investigar más profundamente, por hacer pueblos, por llevar como hombre (3)  “sus espadas y todas sus lanzas en la frente”. Hombre que supo demostrar la valía e impronta de la juventud insurrecta cubana.

Notas:

  1. Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510-1898). Tomo I. Biografías, Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2004.
    1. José Martí. Obras Completas. Periódico La Nación, 4 y 5 de febrero de 1887. T.13, p. 255.

 


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