Eduardo Roca Salazar (Choco): La Habana de mis obras


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Un gran nivel de experimentación fomenta la obra gráfica de uno de los artistas cubanos contemporáneos más importantes, en un espacio en donde lo real se fusiona con lo místico. Conduciendo hacia un territorio único, custodiado por inquietos duendes, aventurándose a plasmar y dejando a buen recaudo cuadros que rinden tributo a la cultura cubana; un mundo de pinceles, tintas, cartulinas y lienzos, aluden plurales caminos, poblados de deidades, música y patakíes.

El grabador, pintor y escultor Eduardo Roca Salazar (Choco), va al encuentro con universos que marcan e identifican un hacer donde el erotismo de su raza, y la sensualidad de mezclas ancestrales, encubren el enigma de su arte. Un quehacer que está al alcance de todo tipo de público. Solo hay que sumergirse en la naturaleza de lo esencialmente cubano, en el que el artista se embriaga y se sensibiliza con su ciudad y la urbe que la habita; pues hábitos, costumbres, problemáticas, creencias, anhelos y ambiciones, son el caudal de su inspiración. De ahí renace La Habana de sus obras; de un arte que acompaña la aventura, que trasgrede, que busca otros caminos, que propicia el hechizo, que serena y reconcilia. Pues su verdadera intención está en plasmar los ardides de esta capital, escenario ideal de sus creaciones y en donde surgen múltiples posibilidades de una técnica que ha hecho que su quehacer florezca.

En una entrevista expresó: "Al graduarme, el grabado no era mi especialización. Me incliné por él a partir de los problemas económicos que tenía el país. Cuando comencé a grabar —gracias a la existencia del Taller Experimental de Gráfica de La Habana— ya fuese en linóleo o metal, siempre pensé como un artista plástico especializado en el óleo."

Es la colografía o colagrafía, como también se le conoce, la técnica de grabado que Choco desarrolló con gran fuerza, y a mi entender, funge como una especie de rompecabezas, en donde se mantiene la incógnita de la creación hasta un último momento; el instante de la impresión. Muchos asocian su nombre, al hecho de que permite usar la variedad de colores y tonos que se desee; otros, al de ir conformando la pieza, pegando cada uno de los componentes pensados; no obstante de una u otra definición, Eduardo Roca hizo de esta un dominio y una especialidad, en donde muestra la riqueza de su quehacer.

Esta es una práctica que no da cabida al aburrimiento, todo en ella es experimental; pues como procedimiento dócil y flexible, era lo que necesitaba el artista para desarrollar su arte, dada la gran escasez de recursos que hubo durante el llamado Período Especial. Siendo esta la alternativa que encontró para recrear, con los materiales que hallaba a su paso, sus ideas; pues no hay que tener grandes recursos para desarrollarla.

Es en la colagrafía donde consigue una exquisita textura, que aun cuando pueda expresar sobriedad, las estampas alcanzan un efecto visual impresionante. Con cualquier trama, dígase retazos de sobrecamas, viejos manteles, tejidos, jeans, playwood, hojas de árboles, arena, etc., se puede componer cual letras de una canción.

Entonces, Choco consigue una conexión entre la expresión artística que quiere alcanzar y las muchas aristas de su disfrute estético teniendo en cuenta valores personales; pues su arte encierra una respuesta al contexto social cubano, en tanto muestra un quehacer que trasciende, y que está poblado de una mezcla de alto nivel creativo. Un arte que ha transitado por diversas etapas, luego ha ido madurando, siempre bajo la renovación de ideas, y con visiones atrevidas. Saberes que han dejado huellas en los espectadores y en otros artistas que se han sumado al quehacer de la gráfica. A la vez hace coexistir otras tendencias en la escena cubana, entonces un nuevo paisaje en franca ruptura con la visión consolidada irrumpe.

La mirada puesta en el día a día, se convierte en un factor estimulante para contribuir a que encuentren cabida en sus obras fenómenos cotidianos, típicos de esta sociedad. Creaciones en las que puede reconocerse el color local, por las soluciones que refuerzan sus ideas como sinónimo del reciclaje y la superposición de objetos. Rasgos y habilidades se integran y reflejan su carácter mientras satisface una expectativa: Crear.

 


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