Alicia es Cuba, Alicia es pueblo. Miles de personas llegaron desde horas tempranas de la mañana hasta el Gran Teatro de La Habana para rendir tributo a la Prima Ballerina Assoluta del Ballet Nacional de Cuba. Estudiantes de danza, bailarines, flores y una bandera cubana custodiaban el ataúd con los restos físicos, porque el espíritu de Alicia aun baila en las tablas del teatro.

Alpidio Alonso, ministro de Cultura, significó que Alicia Alonso es una pieza clave al hablar del movimiento cultural cubano; que entregó su cuerpo y alma a consolidar el movimiento danzario cubano. “El legado de Alicia está más presente que nunca”.

Viengsay Valdés, actual subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba, alega que todo lo que sabe se lo debe a Alicia Alonso, que le inculcó el amor por la danza. Asegura que cada día es un reto asumir la responsabilidad de dirigir y mantener el legado de la Prima Ballerina Assoluta. Igual criterio lo comparte Dani Hernández, ambos tienen a Alicia en lo más alto, es como “una madre”.

Por su parte, Luis Morlote Rivas, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, narró que en los últimos días los miembros de la organización han pensado cuánto aportó Alicia Alonso a la organización de los intelectuales cubanos. Alicia fue un faro y guía para la intelectualidad cubana, es fundadora de la Uneac, estuvo siempre en cada decisión, aconsejando a los más jóvenes.

“Nosotros, los más jóvenes artistas tenemos que seguir el ejemplo de esta Maestra de Juventudes, comportarnos como tal para nuestra Revolución y mantener el ímpetu, la impronta de Alicia viva”, aseguró, Rafael González Muñoz, presidente de la Asociación Hermanos Saíz. “Alicia se nos ha ido físicamente, pero su obra, todo los que nos deja es tan grande, que la vamos a sentir cotidianamente al lado de nosotros”.

El actor Enrique Molina sintió profundamente la pérdida de Alicia Alonso, a quien considera está en uno de los escalones más altos de la cultura cubana, que no morirá, porque su impronta es mayor que el olvido.

Los universitarios también dicen presente. Mónica Mestre Morales, estudiante de la Universidad de La Habana cree que Alonso es un símbolo que perdimos, “pero a la misma vez no la hemos perdido, va estar Alicia, el teatro, su imagen, sus ballets, sus coreografías. Es un placer para nosotros vivir una etapa de su vida y quedarnos con eso para un futuro. Lo que nos toca es, nunca perder eso, las enseñanzas que dejó, no solo para el ballet sino para la cultura cubana en general y transmitirlo para que siga siendo baluarte del arte cubano”.

Flavia Villareal Soler, presidenta de la Organización Continental y Caribeña de Estudiantes, aseguró que a pesar de la pérdida física de Alicia Alonso, Cuba no pierde su espíritu, su ballet tan profesional, pero sí pierde una profeta del Ballet Nacional de Cuba, aquella bailarina que de conjunto con la FEU hizo del ballet una manifestación artística para todos.

“Acá nos quedan los preceptos de Alicia, quien logró crear en esta pequeña nación el llamado milagro cubano: nuestra Escuela Cubana de Ballet, por ello no quiero hablar en pasado para referirme a la única bailarina latinoamericana que ostentó la condición de Prima Ballerina Assoluta”, aseguró Miguel Cabrera.

Rememoró también los inicios de la célebre bailarina en el arte danzario y recordó cómo la artista cubana superó múltiples prejuicios y problemas de salud en su afán por llevar el arte del ballet a todos los sectores de la sociedad cubana.

El homenaje a Alicia continuará, incluso más allá de cuando sus restos sean inhumados en la Necrópolis de Colón, cumpliendo la voluntad de sus seres queridos. Alicia vivirá por siempre en la cultura cubana y en su pueblo.