El más reciente Sábado del Libro se convirtió en un suceso extraordinario con la presentación de la novela Los sueños del Tigre, Paramilitares en Cuba del general de brigada y narrador Enrique Acevedo, cuando la Plaza de Armas de La Habana se abarrotó de público, fundamentalmente de combatientes de la Revolución Cubana, testimoniantes de la historia nacional.

Este volumen es publicado por la Casa Editora Abril, y tiene como personaje central al sanguinario Rolando Masferrer, funesta figura de la vida política cubana desde finales de los años 30 del siglo XX, hasta el primero de enero de 1959, cuando, al igual que otros muchos de sus congéneres se escapó a Estados Unidos con una fortuna mal habida, donde perdió la vida en 1975 en un atentado.

Diana Lio Busquet, editora de la novela, explicó que el prólogo fue escrito por el periodista y vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba Pedro de la Hoz, quien asumió además la presentación de la misma.

En el prólogo de la Hoz acentúa “Acevedo no solo urga en el perfil psicológico perverso del protagonista, sino lo hace encajar en la madeja de las inescrupulosas pugnas de quienes ambicionaron o detentaron el poder en una época convulsa”.

Y más adelante apunta que el autor se mete bajo la piel del personaje para dar cuenta de sus progresiones e inflexiones, su filosofía de vida y sus miserias humanas, y que al darle voz lo cuestiona desde los presupuestos de la identidad del propio biografiado, mediante la ficcionalización de la memoria.

En la ocasión, de la Hoz comenzó haciendo una especie de retrato de las virtudes—aparentes o no--, de Masferrer para redondear la idea advirtiendo: “en ese hombre culto y refinado habitaba un hombre despiadado, violento, ambicioso y cruel. Rolando Masferrer califica como uno de los más connotados criminales de la Cuba del siglo XX”.

Y seguidamente afirmó que en Los sueños del Tigre, Acevedo trae a la actualidad al personaje mediante un ejercicio literario pertinente, inteligente y necesario.

En cuanto al género en el que se inscribe esta nueva entrega de Acevedo, de la Hoz dejó aclarado que “es sencilla y rotundamente una novela que no necesita adjetivos”, pues, argumenta, se desmarca de las convenciones de la novela histórica, aunque aborda acontecimientos históricos demostrables.

Comentó además que el autor desarrolla en su discurso narrativo el tránsito de Masferrer “de la osadía aventurera a la más profunda abyección”, tomando en cuenta que es un hombre que se unió a las Brigadas Internacionales en defensa de la agredida República Española y militó en el Partido Socialista Popular y luego organizó una escuadra gansteril; se insertó en el ambiente  politiquero de la época; apoyó el golpe de estado de Batista y creó la tristemente célebre fuerza paramilitar Los tigres de Masferrer.

Acevedo, asegura de la Hoz, pone al desnudo definitivamente el verdadero perfil de personaje con sus contradicciones y sinuosidades, pero sobre todo con un fiel reflejo de su catadura moral.

Calificó a este texto necesario porque va al fondo de una época “que requiere ser conocida por los cubanos de este nuevo siglo”; se refirió a la obligación de la preservación de la memoria “y ésta que aquí se cuenta dolorosa, triste, rabiosa, forma parte de la nuestra”.

Al finalizar su intervención de la Hoz expresó: “no digo más; dejo al lector la sorpresa de las páginas que tendrá ante sus ojos, pero no puedo dejar de formular un voto final: esperar de Acevedo, el autor, más temprano que tarde otra nueva, entretenida y útil obra literaria”.

El autor inició su intervención con la confesión de que la contradictoria vida del doctor Rolando Masferrer lo desconcertó, y vaticinó que lo mismo le pasará a los lectores: “en el año 45 comenzó su cambio, tiró por la borda sus convicciones de hombre de izquierda”.

A partir de este momento Acevedo argumentó esta transformación, de manera cronológica; explicó su unión con Batista, por la aspiración de un puesto de senador de la República.

“El libro intenta poner al descubierto a través de la mira crítica de Masferrer las trapisondas de baja estofa del sargento general dictador, su pasión por el dinero, su ego exaltado, la desconfianza perpetua, su falta de valor, así como sus múltiples complejos lo que daba por resultado una mente torcida y malévola”, declaró Acevedo, y agregó que de nadie más que de él fue la responsabilidad de crear los paramilitares en Cuba.

Cuando el autor terminó ocurrió algo inusual en el Sábado del Libro, muchos de los participantes, combatientes de la Revolución Cubana, pidieron la palabra y narraron brevemente anécdotas personales en las que había intervenido Masferrer: todas  de asesinatos, torturas, amenazas, todas corroborando la veracidad  de un libro que desnuda a un asesino.

Este espacio tradicional fue un acontecimiento literario y político extraordinario que solamente tuvo una carencia: había muy pocos jóvenes y realmente son ellos los que precisan escuchar   testimonios como estos; oír a esa señora tranquila y sonriente contar cómo la torturaron, y por supuesto leer el libro.