!Con el fuego del corazón deshelar la América coagulada! ¡Echar, bullendo y rebotando por las venas, la sangre natural del país! En pie con los ojos alegres de los trabajadores, se saludan, de un pueblo a otro, los pueblos nuevos americanos. Leen para aplicar, pero no para copiar (…) Los oradores empiezan a ser sobrios. Los dramaturgos traen los caracteres nativos a la escena. Los académicos discuten temas viables. La poesía se corta la melena zorrilesca y cuelga del árbol glorioso el chaleco colorado. La prosa, centelleante y cernida, va cargada de idea. (José Martí. Ensayo Nuestra América. El Partido Liberal de México, 30 de enero de 1891).

Como preconizase nuestro Héroe Nacional José Martí y, al cumplirse dentro de pocos días un aniversario más de la publicación del mencionado Ensayo, la Casa de las Américas, el hogar literario e histórico de cada latinoamericano, caribeño y hasta norteamericano, se honra dando la bienvenida a su Edición 61 del Premio Literario Casa. En él, una vez más y dentro de estos difíciles momentos que corren para los destinos de nuestra América y del mundo, amenazados por los zarpazos imperiales, se juntan intelectuales de este patio para leer y aplicar, mas no para copiar; para discutir criterios y temas viables de nuestro contexto; para erguir “la prosa, centelleante y cernida, cargada de idea”.

Y una vez más, la presencia del Premio Casa Literario Casa de las Américas para unir ideologías, mentes, criterios, conceptos, pensamientos en general, para decir NO a tanta blasfemia, mentiras y difamaciones en medios de comunicaciones; para atestiguar que continuamos luchando por la dignidad y autodeterminación de caribeños y latinoamericanos, y para decir NO en nuestro verso y prosa que no transigimos ni transigiremos.

En esta Edición 61, el recinto de la Sala Che Guevara en la sede capitalina de la Casa, quedó nuevamente colmado por lo más genuino de la intelectualidad cubana y del continente, demostrando que el pensamiento de sus creadores: Haydée Santamaría, Roberto Fernández Retamar, Mariano Rodríguez y Manuel Galich, entre otros, continuará siendo el de armas de lucha, unidad y solidaridad.

PREMIO CASA DE LAS AMÉRICAS: “OTRA APUESTA DE CUBA POR LA CULTURA, POR LA VIDA, EL PENSAMIENTO, LA POESÍA, LA INTELIGENCIA, LA SOLIDARIDAD, ANTE EL DISCURSO DEL ODIO, DEL NEOFASCISMO, DE LA ESTUPIDEZ ARROGANTE, DE LA MENTIRA Y LA MANIPULACIÓN”.

Abel Prieto Jiménez, presidente de la Casa de las Américas, destacó en sus palabras de apertura que “este concurso se fundó en 1960, unos meses después del nacimiento de la institución (…) La historia del Premio es también la historia de buena parte de la literatura latinoamericana y caribeña de las últimas cuatro décadas”. Muchas figuras centrales de nuestras letras participaron como jurados del concurso, Nicolás Guillén, Asturias, Carpentier, Cortázar, Arreola, Lezama y un largo etcétera de nombres ineludibles. 

Subrayó a continuación que “Organizar anualmente el Premio, lograr divulgarlo y que llegaran a tiempo a Cuba los manuscritos y los miembros del Jurado, publicar luego los libros premiados y distribuirlos internacionalmente, no eran tareas fáciles para una pequeña Isla bloqueada y hostigada desde muy temprano por los Estados Unidos; una isla satanizada, además, con la cual todos los países de América Latina rompieron relaciones diplomáticas (con excepción de México); una isla rodeada de agua, de amenazas y calumnias”. 

Prieto Jiménez recordó en su intervención a la figura del inolvidable intelectual Roberto Fernández Retamar a quien, tras su pérdida física, sustituyó en su cargo a partir del presente año:

Roberto Fernández Retamar, director de la revista Casa desde 1965 y presidente de esta institución durante más de treinta años. Es una ausencia dolorosa, una herida muy difícil de curar (incurable, seguramente). Su liderazgo, la hondura de sus reflexiones y de su poesía, llenaron los espacios de la Casa, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, de la Universidad de la Habana, del Centro de Estudios Martianos y de toda nuestra cultura y dejaron una huella irrepetible. Nos legó una obra mayor, trascendente, que ha nutrido de modo decisivo el pensamiento de la descolonización a escala universal.  

Seguidamente calificó a Fernández Retamar como “Martiano de los más devotos y penetrantes que hemos tenido, intérprete genial de la cosmovisión del Apóstol, de su ideario antimperialista, latinoamericanista y tercermundista, Roberto siguió la misma ruta de Fidel y de otros intelectuales nuestros: llegaron al marxismo después de haber convivido intensamente con Martí”.

En relación con la situación existente en Cuba ante las continuas amenazas del imperialismo norteamericano y, en específico de la actual Administración de Donald Trump, el Presidente de la Casa de las Américas enfatizó al respecto en que:

“Con la persecución a navieras, barcos y compañías aseguradoras que debían traer a la Isla el combustible comprado, trataron a partir de abril de 2019 de estrangularnos con acciones de abierta piratería y una presión desmedida y cruel. Pero el país no se detuvo (…) No se detuvo la intensa vida cultural del país. Se celebró con mucho éxito el Festival de Cine. Ahora acaba de terminar un prestigioso evento internacional de Jazz. En febrero tendremos nuestra Feria del Libro. Como dijo el Presidente Díaz-Canel, usando una frase popular que sintetiza las situaciones peligrosas por las que hemos pasado, “Nos tiraron a matar, y estamos vivos”.

Finalmente reiteró que “este mismo Premio Casa de las Américas es sin duda una victoria sobre el afán enfermizo de destruirnos. Representa otra apuesta de Cuba por la cultura, por la vida, el pensamiento, la poesía, la inteligencia, la solidaridad, ante el discurso del odio, del neofascismo, de la estupidez arrogante, de la mentira y la manipulación”.