La familia Trump. Negocios escabrosos y familia inescrupulosa (Parte III)


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Frederick Christ Trump, padre del actual presidente de los Estados Unidos, nació en Nueva York en 1905 de padres inmigrantes alemanes. De su padre, Fred continuó sus pasos en la inversión de bienes raíces hasta fundar una compañía inicialmente bajo el nombre de su madre cuando aún era menor de edad.

Según recientes informaciones del diario The New York Times:

“En la década de 1970, fue acusado de discriminar a las minorías al negarse a permitir que los negros y los puertorriqueños rentaran sus propiedades”.

Fue entonces que se abrió una demanda civil en su contra, y fue entonces Donald Trump quien asumió una feroz defensa de su padre en los medios.

Finalmente, Fred Trump llegó a un acuerdo con sus demandantes, pero sin admitir haber cometido infracción alguna.

Una investigación de The New York Times asegura además haber hallado evidencias de que Fred Trump, magnate inmobiliario y padre del actual presidente estadounidense, evadió millones de dólares en impuestos con estrategias a menudo dudosas a través de las que canalizó su riqueza a sus cinco hijos. El reporte detalla que, a través de estos esquemas, tiempo después el actual Mandatario recibió el equivalente a $413 USD en dinero del imperio de su padre.

“A los 3 años, Trump ganaba $200 mil USD al año. A los 8 años, ya era millonario. Cuando tenía 17 años, su padre le entregó la propiedad parcial de un edificio de 52 apartamentos. Poco después que Trump se graduara en la universidad, recibía el equivalente a $1 millón USD al año de su padre. Transcurridos entre 40 y 50 años el dinero aumentó a más de $5 millones USD anuales”, asegura The New York Times.

El diario también acusa a Donald Trump y a sus hermanos de “crear una corporación falsa para disfrazar millones de dólares en regalos de sus padres”.

Mary Anne MacLeod, madre de Donald Trump

Mary Anne MacLeod tenía apenas 18 años cuando llegó a Nueva York, después de haber viajado desde su casa en la isla escocesa de Lewis, en busca de trabajo doméstico. Informaciones de BBC Mundo destacan que “ella venía de una familia muy pobre. Hubo una gran emigración del pueblo de donde ella procedía porque a finales de la I Guerra Mundial la mayor parte de los hombres del pueblo murieron al hundirse un barco que los traía de vuelta”,

“Fue una gran tragedia. Muchas mujeres decidieron emigrar al ver que no tendrían con quien casarse. Viajaron a Canadá y a Estados Unidos (…) Tenía algo de dinero, no era pobre, pero sí vino como inmigrante”.

El diario también menciona razones económicas para emigrar, “pues muchos granjeros de la isla de Lewis fueron expulsados de esas tierras y tuvieron que trasladarse al pueblo (…) Eran muy pobres porque y ya no podían sembrar sus propios cultivos”, destacó BBC Mundo.

Según esos documentos, MacLeod embarcó el 2 de mayo de 1930 en el puerto de Glasgow rumbo a Estados Unidos, adonde llegó nueve días más tarde a bordo del buque Transilvania.

“Vino con una visa de inmigrante para tener una residencia permanente”, le dijo a BBC Mundo Barry Moreno, historiador del Museo Nacional de Inmigración de la Isla de Ellis en Nueva York, tras analizar el registro de pasajeros de la embarcación. Su visado #26698 había sido emitido en Glasgow el 17 de febrero de 1930, justo tres meses antes del viaje.

Sea cual fuera el sentido que le daba a su definición de “doméstica”, lo cierto es que MacLeod lo vuelve a utilizar en septiembre de 1934, cuando ingresa por segunda vez al puerto de Nueva York procedente de Escocia.

El documento de aduana de este segundo viaje, a bordo esta vez del barco Cameronia, revela otros aspectos relevantes de sus primeros años en territorio estadounidense. En primer lugar, que permaneció en el país ininterrumpidamente desde su llegada en mayo de 1930 hasta junio de 1934 y que señaló como su lugar de residencia permanente Nueva York.

Antes de viajar a Escocia, MacLeod tramitó un permiso para reingresar a Estados Unidos, lo que habría facilitado los trámites aduaneros durante su segunda entrada.

Seis años más tarde, Mary Anne Mac Leod se casó con Frederick Trump y se trasladó con él a una zona rica de Queens, donde se dedicó activamente a las obras de caridad y crió a sus cinco hijos –el cuarto de los cuales es el actual mandatario–. Se convirtió en ciudadana estadounidense en 1942.

Mary Anne Trump murió en el 2000 a la edad de 88 años, un año después de la muerte de su esposo Fred.

Maryanne Trump Barry, hermana mayor de Donald. MAGES

Ronald Reagan, ex presidente norteamericano, eligió a Maryanne Trump Barry, la hija mayor de Fred, como jueza de distrito para Nueva Jersey en 1983 y en 1999, mientras que el mandatario William Clinton, la nominó como jueza de apelaciones. Ocupó este último cargo en un tribunal de apelaciones hasta febrero de 2017, cuando se declaró inactiva, poco después de que su hermano Donald asumiera la presidencia. Se dice que Maryanne, ahora de 81 años, es cercana a su hermano. Siempre afirma que “desde niña sabía que no debía intentar competir con Donald”.

Fred Trump Jr.

Fred Jr. fue el segundo hermano y era ocho años mayor que Donald.

Los Trump esperaban que se dedicara al negocio familiar, pero después de un período de trabajo con su padre, Fred Jr decidió convertirse en piloto. Casado con dos hijos, Fred parecía tenerlo todo, pero aún joven se hizo evidente que tenía problemas con el alcohol, según un artículo de The New York Times de 2016.

“Los años que siguieron fueron duros. Se divorció, dejó de volar porque sabía que su consumo de alcohol representaba un peligro y fracasó en la pesca comercial en Florida. A fines de la década de 1970, vivía en la casa de sus padres en Jamaica States, trabajando en uno de los equipos de mantenimiento de su padre”, exponía el artículo.

Fred murió en 1981 a la edad de 43 años.

El presidente Trump siempre ha manifestado que el fallecimiento de su hermano provocó su decisión de renunciar al alcohol, a las drogas y a fumar cigarrillos.

“Fred fue un gran tipo, una persona hermosa. Era el alma de las fiestas. Tuvo un profundo impacto en mi vida, porque nunca se sabe dónde vas a terminar”, expresó en una ocasión.

Elizabeth Trump Grau en Florida en 1997.

Es la tercera hermana y unos cuatro años mayor que el presidente, Elizabeth lleva una vida más reservada que sus otros hermanos. Es una banquera jubilada, casada con el productor de cine James Grau.

Robert Trump

Robert nació dos años después de Donald y es el más joven de los cinco hermanos. Al igual que su hermano, pasó gran parte de su carrera en la empresa familiar y llegó a ser un alto ejecutivo. Sin embargo, nunca buscó publicidad y prefirió una vida más tranquila. Ahora está jubilado en Nueva York.

Ante algunas acusaciones del diario The New York Times, dijo que la familia había “presentado todas las declaraciones de impuestos y de donaciones apropiadas y que había pagado los impuestos requeridos”.

Elizabeth Christ, hermana de Donald Trump

Al decidir continuar la zaga de su abuelo y de su padre, Elizabeth Christ Trump, hizo su fortuna construyendo viviendas asequibles para familias de ingresos medios a lo largo de la costa este de los Estados Unidos durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Muchos de estos proyectos fueron subsidiados por el gobierno, y se vio obligada a comparecer ante el Senado en 1954 debido a acusaciones de beneficiaria de los contratos.

Melania Trump (Melanija Knavs, y alemanizada como Melania Knauss)

Esposa de Donald. Nació en Novo Mesto, antigua Yugoslavia —actual Eslovenia — 26 de abril de 1970) es una ex modelo de origen esloveno nacionalizada estadounidense.

Acerca de Melania se sabe que fue modelo de diversas y connotadas revistas de modas, entre ellas, Vanity Fair, y que tiene un nivel medio de educación. Mas lo esencial para los medios de prensa en general de todo el mundo es que le acompaña siempre la imagen de una mujer triste y lejana en su pensamiento. Son frecuentes los desplantes entre Melania y su esposo, y de él hacia ella. Este último resulta bastante despectivo, a tal punto, que casi a diario los medios de prensa extranjeros se hacen eco de ello y de lo difícil que representa para el Mandatario yanqui que su bella esposa, en algún momento, nunca esboce tan siquiera una sonrisa ante un numeroso auditorio o público en Estados Unidos y en las visitas que han realizado a otros países.

Al respecto todo parece indicar que, no obstante, sus millones, a Trump le resulta verdaderamente imposible lograr nada de esto con su joven esposa.

Continuará…


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