La cultura cubana y en especial el ámbito literario se enorgullece de celebrar este 23 de agosto, el cumpleaños ochenta del escritor Reynaldo González, Premio Nacional de Literatura, quien se ha consolidado como uno de los autores más prolíficos de Cuba.

Miembro de la Academia Cubana de la Lengua, ha desarrollado una amplia carrera literaria, donde la novela, el cuento y la poesía ocupan un lugar reconocido, pero su obra ensayística es, a criterio de muchos, quizás la más lograda y notable del autor, por su peculiar manera de profundizar en diversos temas de la historia y la cultura cubana. Y es que detrás de esos textos encontramos la sencillez y modestia de un hombre inquieto en la búsqueda de nuevas miradas a nuestra sociedad.

En su obra narrativa varias de sus novelas han recibido muchos de los más prestigiosos lauros del ámbito. Siempre la muerte, su paso breve, obtuvo la Primera Mención del Premio Casa de las Américas en 1968. Otra de sus obras más conocidas, Al cielo sometidos, mereció el Premio Italo Calvino y también el Premio Nacional de la Crítica Literaria, un reconocimiento que ha ponderado la maestría de libros como Contradanzas y latigazos, Llorar es un placer, Insolencias del barroco y Lezama Lima, el ingenuo culpable.

Acercarse a su obra creativa es un encuentro directo con uno de los exponentes más relevantes del panorama literario de la isla, donde se evidencia la multiplicidad de temas en sus textos: ensayos sobre cine, valoraciones en torno a la música, las artes plásticas y la literatura. Su mirada integral de la cultura ha sido y es recurrente en su extensa labor literaria.

Su entrega y dedicación a las letras y el ámbito cultural le merecieron en el año 2007, el Premio Nacional Periodismo Cultural.