La serpiente de La Farola: la séptima maravilla de la ingeniería civil cubana


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El viaducto La Farola, atraviesa todo el macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa y alcanza alturas de unos 450 msnm. Está enclavado en el municipio Baracoa y es orgullo de la ingeniería nacional y un digno regalo para esta bella región oriental. Fue declarado Monumento Nacional el 15 de febrero de 2015.

Visto desde el aire, es como una serpiente que recorre la montaña reptando sobre esta verde y fabulosa tierra fértil que une distancias, antes insalvables y que la Revolución rebelde fusionó.

El ofidio es, a su vez, un balcón para la hermosura y el trino de las aves y de la música del viento haciendo vibrarlas hojas de los árboles que susurran sus cánticos eternos a la vida.

Sobrevolando espacios, cual drone, la piel de asfalto y costillas de grueso concreto se extiende y se ancla a la tierra firme como manto seguro para el paso confiado de vehículos ligeros y pesados que acorta el tiempo de la agreste geografía.

Donde el camino parecía fantasía, la inteligencia, el esfuerzo y la audacia se integraron para alcanzar el sueño de lo aparentemente imposible.

Hubo que realizar soluciones ingeniosas[i], para solventar dificultades que parecían insuperables y a la vez preservar la vida de los operarios. "En parte de los cimientos hubo que cavar a mano, sobre laderas que tenían hasta un 70% de pendiente de inclinación”, destaca la arquitecta Caballero Llorens, y resultó necesario sujetar con sogas a los trabajadores. "Todas las excavaciones interiores estaban señaladas en el medio de las explanadas por donde tenían que transitar los camiones con materiales. La solución consistió en picar con martillo neumático, no era posible el uso de explosivos debido a las características de fisuramiento de la roca hasta llegar a la altura de un hombre”.

Como era imprescindible profundizar dos o tres metros, los martilleros continuaban trabajando en la perforación, mientras encima de ellos unos tablones de madera dura permitían el paso de los vehículos que transportaban las vigas. "Otro de los procedimientos utilizados en aquellos sitios donde no se tenía acceso fue colocar una silla en la punta del boom de la grúa; el operador sentado en ella, prácticamente en el aire, martillaba en el lugar hasta dejar lista la operación."

Según Rafael Sánchez, quien en 1964 reportara para Bohemia[ii]la construcción de tal obra, los ingenieros determinaron hacer una carretera de hormigón de 6 metros de ancho. Como el terraplén existente no siempre tenía el ancho requerido, "en lugar de cortar la montaña se fundió una placa volada sobre el precipicio, sostenido en su parte saliente por gruesos pilotes de hormigón enclavados sobre la roca". Creadas junto a las obras, fábricas de tubos y plantas de prefabricado confeccionaron piezas de puentes y alcantarillas, vigas, tableros y barandas-defensas.”

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Baracoa, municipio donde la carretera se desenvuelve,es conocida como la tierra de las cuchillas, también son de fama internacional sus Terrazas Marinas, los Tibaracones y su famoso Yunque de 575metros de altitud que semeja una gran meseta aislada, de superficie horizontal y laderas casi verticales. Constituye el símbolo natural de esta ciudad y es a su vez Monumento Nacional.

Dado queeste territorioextrema en la belleza natural, la artificial, la construida por el hombre, no podía ser menos monumental y, así fue.

Tómese en cuenta que es el municipio más montañoso de Cuba. Para la construcción de esta carretera se tuvo que sortear una topografía abrupta, sépase que cerca del 95% del área total tiene un relieve con elevaciones de diferentes alturas y, muy pocos zonas llanas. El relieve se caracteriza por la existencia de cuchillas con pendientes mayores del 15%, así como la formación de diferentesestructuras geológicas.El 5% restante del territorio, lo conforma una pequeña franja costera de 2 km de ancho.

Situada al norte de la provincia de Guantánamo y muy próxima al extremo Oriental de la isla, Baracoaes la ciudad más antigua de Cuba, siendo nombrada entonces “Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa”. Hoy también es llamadala ciudad primada de Cuba por ser la primera villa que fundaron los españoles el 15 de agosto del año 1511.

Por todos sus valores patrimoniales naturales y culturales la Villa fue declarada Monumento Nacional en 1978.

Su nombre es de origen araucano, y significa “existencia del mar”, ciudad paisaje, ciudad de las aguasy ciudad de las montañas; está envuelta en macizos montañosos, adornados por una densa vegetación de bosques vírgenes. Su flora y su fauna, de mucha diversidad, poseen un alto número de especies endémicas. Presenta diversos paisajes, con ríos cristalinos y playas rodeadas de uvas caletas y cocoteros con su dulce sabor del agua,encerrada en su rica nuez,que calma la sed y cura afecciones.

Sin dudas, este municipio posee un encanto especial, buena parte del cual puede ser alcanzado a partir de esta maravillosa vía de transporte.

Las vistas desde La Farola son de notaria espectacularidad. En su recorrido desde Guantánamo a Baracoa, se contempla el paisaje desértico-costero, y más adelante el de selva tropical.

El vial serpenteante, posibilita increíbles vista de las montañas, de la espesa vegetación y de la propia carretera con sus sinuosidades. Durante el recorrido abundan los pequeños manantiales que corren por las laderas al alcance de la mano, de un vaso, o de la boca para saciar la sed. Además, su cristalino líquido refresca el ambiente.

El viaducto es el más importante y directo enlace terrestre con que cuenta Baracoa, el cual se enfrenta a un gran reto natural y geográfico; el predominio de áreas montañosas, así como de las fuertes lluvias que se producen y que hace que su tránsito deba realizarse con mucho cuidado. Además; son peligrosos los derrumbes ocasionales y parciales que se producen en algunas de sus pendientes.

Para un conductor no conocedor, sus cerradas curvas,de gran declive y al borde de los precipicios, pueden resultar en extremo peligrosas. No es imaginario relatar en este momento como en una ocasión, cierto tipo de vehículo, a los que en Cuba se le conoce como Jeep, por una antigua marca de un modelo particular de transporte, tomó una curva a mayor velocidad de la debida y al dar el corte, rápido y brusco, quedó rodando suspendido en solo dos ruedas, las de la izquierda, quedando la otra pareja en el aire rozando el borde del precipicio. A duras penas y milagrosamente los pasajeros se inclinaron y se movieron en sus asientos para poder equilibrar el peso y lograr, para suerte de todos, que las cuatros ruedas volvieran a ser “terrestres”.

Segundos después se controlaría la dirección y la velocidad del “jeep soviético” que los transportaba. Un inspirar y expirar profundos se dejó escuchar como a coro de tenores y sopranos.

Sobre el proceso de su construcción que comenzara definitivamente en 1964 y terminara al siguiente año, el diario guantanamero Venceremos[iii] reproduce un texto que expone muy claramente como sucedióy que se presenta a continuación.

“El viaducto La Farola está clasificado entre las siete maravillas de la ingeniería civil cubana y la más relevante de la provincia de Guantánamo, si se tiene en cuenta que las restantes son la carretera central, el puente Bacunayagua, en Matanzas, el túnel, y el sifón del alcantarillado bajo la Bahía de La Habana, el acueducto de Albear y el edificio Focsa, los cuatro últimos en la capital del país.

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Ejecutada definitivamente a partir del 14 de mayo de 1964, atraviesa de sur a norte el macizo montañoso Sagua-Baracoa, que impuso formidables retos a la imaginación y la técnica para librar finalmente de la incomunicación con el resto del país a la Primera de Nuestras Villas y Ciudades, a partir de un viaducto que solo reconoce similares en las carreteras Berno-Zurich, de Suiza; y Roma-Nápoles, en Italia.

La obras, realizada por 514 trabajadores que rindieron jornadas de hasta 17 horas ininterrumpidas, y concluida el 26 de julio de 1965 –algunos fijan la terminación en diciembre de ese año- se extiende sobre un tramo de seis kilómetros desde el puente Las Guásimas, en Veguita del Sur, hasta el lugar conocido como El Mirador, parqueo distante unos cuatro kilómetros del Alto de Cotilla, punto más alto del vial, desde donde pueden observarse en días claros las costas sur y norte de la provincia de Guantánamo.

El proyecto de La Farola formaba parte de la Vía Azul, carretera de 154 kilómetros que finalmente unió a la ciudad de Guantánamo, capital de la provincia del mismo nombre con la otrora preterida Baracoa. Fue ejecutada por la Revolución a un costo de 11 millones 262 pesos, tres millones de los cuales se invirtieron en el viaducto, acometido a media ladera, serpenteando las curvas de la serranía.

La historia de romper la incomunicación de Baracoa se remonta a 1947 con el proyecto Vía Mulata, 121,4 kilómetros entre Guantánamo y la tierra del cacao, atravesando de sur a norte el macizo serrano de Yateras hasta salir a Quiviján y de ahí a la Primada. La intención se marchitó en 1948, cuando se iniciaban las obras y el presidente de turno, Prío Socarras, las anuló por su elevado costo, para luego retomar el propósito con la Vía Azul, que al llegar a Cajobabo torcía 90 grado el rumbo para enfrentar el desafío de la montaña de sur a norte y cruzar los 36 kilómetros de serranía por el paso de La Farola.

Con mucha fanfarria gubernamental se iniciaron las obras a finales de 1951, cuando barcazas de la marina de Estados Unidos ayudaron a desembarcar algunos equipos en Baracoa, pero en 1952, con el cartelazo del 10 de marzo, Fulgencio Batista las fulminó para reiniciarlas en 1953 con un movimiento de tierra desde Cajobabo a Baracoa, endeble terraplén destruido una década después por el ciclón Flora, que incomunicó totalmente la siempre excluida región.

La Farola es reconocida desde su inauguración como “Fraude de ayer, realidad revolucionaria de hoy” pues antes del Primero de Enero de 1959 solo llegó a ser un angosto paso desde Cajobabo, al sur, en el municipio de Imías, hasta Baracoa en la costa norte.

Si bien el diseño se concibió antes de 1959, su proyecto y ejecución solo fueron posibles con el Triunfo de la Revolución, que en su primera década de inversiones constructivas erigió en Baracoa su malecón, el hospital Octavio de la Concepción y otras obras como acueducto, secundaria básica, viviendas, mercado y delineó la carretera hacia Moa, en la vecina Holguín.

A pesar de la importancia capital para el municipio de Baracoa y sus 82 mil habitantes (46 mil en el área urbana), el viaducto está enclavado en territorio de Imías y en su ejecución sobre la montaña, en sitios de hasta 450 metros de altura sobre el nivel del mar, se utilizaron losas de hormigón de veinte centímetros de espesor, material requerido por las abundantes precipitaciones de la zona, ubicada donde más llueve en Cuba, con promedios anuales de hasta tres mil 400 milímetros…

El procedimiento era obligado por la presencia de rocas serpentínicas, cuyas masas en ocasiones alcanzaban hasta los 200 metros sobre el nivel de la carretera, lo que hacía imposible utilizar los barrenos de dinamita pues hubieran debilitado el terreno y provocado deslizamientos.

En su ejecución los constructores tuvieron que vencer retos como la fabricación de vigas T de nueve metros de longitud y colocarlas perpendicularmente al eje de la vía, a una distancia de tres metros y medio, fundidas en dos secciones por la estrechez del camino, para que los camiones pudieran salvar las curvas.

En las soluciones del vial se significa también el levantamiento de muros de contención en zonas estrechas de poca altura, técnicamente denominados “muros chiqueros”, aporte del ingeniero Ángel López Landa, nombre imprescindible en la historia de La Farola, junto a los proyectistas Maximiliano Isoba García, Luis Pérez Cid, Gonzalo Paz, y Américo Fuentes Labrada, responsable general de la obra, quien llegó al sitio con una tropa de 32 bayameses.

La seguridad y confiabilidad del vial lo garantizan, además, de la calidad de los trabajos, el empleo de soluciones técnicas como la inserción de planchas de plomo en las articulaciones de vigas y pilotes, junto a barras de acero soldadas entre sí que conforman un pasador absorbente de las fuerzas horizontales del frenaje de vehículos y de los efectos sísmicos al permitir determinada oscilación al vial.

Ingenieros y trabajadores pensaron, al llegar al sitio, que el viaducto era imposible. Poco tiempo después ellos mismos cavaban en pendientes de 70 grados, suspendidos en el aire por sogas, o perforaban en medio del estrecho terraplén a profundidades mayores que la estatura de un hombre…, como relata Fuentes García, un técnico cuya experiencia lo situó al frente de la histórica empresa.

Narra que existía una zona donde el ciclón Flora se había llevado el camino. Una loma de pendiente inmensa y tierra suelta… y durante tres meses estuve observando el lugar en busca de la posible solución y no la hallaba. Absorto estaba cuando se me acercó El Jabao, un “buldocero”, y me preguntó qué miraba tanto.

“Le expliqué el problema y la imposibilidad de arriesgar la vida de un operador en ese empeño, me pidió autorización para emprender la tarea y me negué rotundamente. Me alejaba del lugar cuando la aceleración del buldócer me hizo volver: El Jabao trepaba la pendiente y tres días después el paso estaba abierto: la obra continuaba”.

El proyecto original del viaducto o puente voladizo en la loma de La Farola, como se le llamó, fue del ingeniero Isoba García, quien también trabajó en obras como el Pabellón Cuba y Coppelia, ambos en La Rampa habanera, y la terminal pesquera de Cienfuegos.

Cincuenta y un años después, esta maravilla abre al mundo la ventana de Baracoa; cautiva a nacionales y extranjeros desde sus aceras, parqueos y miradores, en la contemplación de un paisaje boscoso de montes pluvisilvas, o simplemente por la validez de su realización ingenieril.”

En esta obra, que es de muchos, va bien ganada la condición de Monumento Nacional, pero La Farola es mucho más que el viaducto, es un monumento a la inteligencia y al valor humanos, a la armonía del hombre y la naturaleza de la cual los seres humanos, forman parte.

El Monumento atesora el Patrimonio Cultural y el Natural, el material y el espiritual.

Es un Monumento de los humildes, por los humildes y para los humildes que la Revolución cubana materializó.

Notas:

[i] Según Wikipedia, la enciclopedia libre.

[ii] Semanario ilustrado no especializadode análisis general. Es la revista  más longeva de Cuba e Iberoamérica.

[iii]Tomado del Diario digital de Guantánamo Venceremos, el que a su vez empleó el libro Baracoa, más allá de La Farola, publicado en 2013 por la editorial El Mar y la Montaña.


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