Uno de los artistas imprescindibles de la escena musical cubana está de cumpleaños. Bobby Carcassés, el showman de Cuba, celebra este 29 de agosto sus 82 años de vida. Carcassés, padre del hoy mundialmente conocido Festival Internacional Jazz Plaza, nació en Kingston, Jamaica, en 1938 (su abuelo fue cónsul general de Cuba allí) y llegó a Cuba a los cuatro años de edad. 

Nació cantando y se formó, definitivamente, en el Teatro Musical con el comediante mexicano Alfonso Arau, Leo Brower, Tony Taño, Federico Smith, entre otros maestros. Toca varios instrumentos complementarios a su trabajo y, además, pinta y dibuja desde niño. Expone en galerías nacionales y extranjeras, compone de todo un poco, es arreglista (orquestador), escribe y sigue entregando su arte con el mismo entusiasmo y amor a Cuba y al mundo, como bien expresó en una ocasión al periódico Granma.

El prestigioso músico recibió el Premio Nacional de Música en el 2012. El 14 de febrero de 1980 celebró el primer festival Jazz Plaza, evento que tuvo carácter nacional los tres primeros años hasta que en 1984 adquiere representación internacional con la presencia de la gran pianista y cantante brasilera Tania María y otros músicos checos y norteamericanos.

El jazz es para él una filosofía. “Es libertad”, afirma. Fue el músico Armando Sequeira Romeu, quien le develó los misterios del swing y las maravillas rítmicas, armónicas y melódicas del género, según el mismo ha confesado.

“El jazz nació en África cuando los negros fueron convertidos en esclavos y obligados a abandonar a la fuerza su cultura, familia y costumbres. Ellos impusieron su genio musical a través del ragtime, los góspels, espirituals, y los blues, donde volcaban sus sentimientos. Ellos son sus verdaderos creadores”, sostiene. En Cuba, defiende Carcassés, surgió hace más de un siglo en el mismo momento que en New Orleans y hoy sigue igual de sólido en ambas naciones.