Fue hace muchos años, que José Martí, escribía un interesante artículo de tema científico, en La Opinión Nacional, de Caracas. Fue exactamente, un 2 de junio de 1882. Recuerdo a mi abuela, echando borra de café en la tierra de sus macetas cuando comentaba, que el café le hacía muy bien a sus maticas. En este trabajo de nuestro Héroe Nacional, al que hago referencia expresa y cito sus palabras: “no debemos desperdiciar el consejo. Los residuos de café son un excelente abono para jardines y huertas”.

Ya Martí, conocía de estas cosas, y también le venía llamando la atención cómo en Cuba, se sembraban plátanos a la falda de las lomas, para que les dieran buena sombra a los débiles cafetos.

Habla el cubano, en este trabajo también de la electricidad y de cómo la empacan y la trasladan en los buques, y esa luz es más barata, cosa que no se pudo hacer con la luz del gas y cuando llegue el año 3000, decía, todo esto serán solo realidades pálidas. Su vista promisoria, captaba tan lejano año.  Los más jóvenes lectores, puedan disfrutar este artículo de Martí, que hace incluso alusión a importantes revistas científicas de la época, una de ellas, destaca a Darwin, y a su maravillosa obra, y señala a más de otras interesantes noticias, un valioso señalamiento que dice: “unos, un tanto ciegos, admiran a ciertos pueblos grandes y potentes; otros, con mejor acuerdo, admiran más las grandes cosas realizadas por los pueblos pequeños”.   El trabajo hace fuerte a los hombres, y ahí residen precisamente las conquistas, que a pesar de las dificultades se pueden lograr.

Solo quisiera invitar a que se acerquen a este artículo, que resulta interesante y revelador.

Cuba es un país pequeño, donde el trabajo es fundamental y por ello, a pesar del bloqueo, de leyes injustas y arbitrarias, el país sale y siempre saldrá adelante, para admiración del mundo y fracaso denigrante de los enemigos imperiales que quieren destruirlo.

¡Siempre nuestro Héroe Nacional, abriendo el camino de la esperanza!

Desde el triunfo revolucionario, las acciones concebidas, iban dirigidas a elevar la cultura de nuestro pueblo. La Campaña de Alfabetización, fue la gran epopeya para iniciar esta gran tarea y que ahora mismo, está dando los resultados apetecidos.

Fue en 1960, cuando un martiano irreductible, nuestro insigne Comandante en Jefe, Fidel, habló en la Sociedad Espeleológica de Cuba de la Academia de Ciencias, y allí resumía: “Para eso estamos convirtiendo las fortalezas en escuelas; para eso estamos construyendo ciudades escolares; para eso estamos llenando la isla de maestros, para que en el futuro la patria pueda contar con una pléyade brillante de hombres de pensamiento, de investigadores y de científicos”.

60 años de lucha, nos han dando la fuerza necesaria para enfrentar cualquier desafío. A lo largo de los años, y con la visón del Comandante, creamos escuelas, universidades, desarrollamos el libro , ferias, editoriales,  a lo largo del país, centros investigativos, y entre muchas y variadas Instituciones, el Polo Científico, la Biotecnología, en primera línea, y  más de treinta años de experiencia en la búsqueda de nuevos fármacos, vacunas, y variadas nomenclaturas de anticuerpos monoclonales, y de otros fundamentales preparados para el diagnóstico médico y la investigación clínica. En medio del Período Especial, trabajamos en esta dirección, aunque el mundo no lo crea.

Hoy en este 2020,  inmerso el planeta en una extraña pandemia, que aún no conocemos bien,  y ante una sociedad capitalista en crisis, nuestro país muestra al Mundo,  que los esfuerzos de la   Patria,  atacada por un feroz bloqueo de tantos años,  demuestra,  que  está  siendo capaz   con sus hombres de ciencia  al frente,  de  salvar gran parte de las vidas que se enfrentan al peligro del Covid-19, la  terrible enfermedad y garantizar,  con inteligencia y disciplina ,  las necesidades imperiosas  que exige nuestra sociedad socialista y revolucionaria de hoy.

Aquí están queridos lectores, los hombres y mujeres que la Revolución ha preparado a lo largo de los años, aquí están los niños de ayer, convertidos hoy en valiosos investigadores, médicos, matemáticos, estadísticos, informáticos, economistas, ingenieros, maestros, y tantos y tantos otros, en diversas especialidades, que han venido fortaleciendo nuestra Sociedad de pueblo pequeño, pero grande en su valentía y honor. Aquí están los jóvenes, las mujeres y hombres cubanos, haciendo Patria junto al Girón que les pertenece, junto a la Crisis de Octubre, que un día nos abatió, al hacer pesquisas ante el virus agresor, salvando vidas, demostrando que el relevo existe y para bien de todos y cada uno de nosotros.

Se trabaja duro en estos cruciales momentos en la Patria de Martí y de Fidel. Nuestro actual Presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez, con la serenidad y la firmeza que lo caracteriza, ha dicho bien claro, que hay que tomar las medidas que sean necesarias para defender a nuestro pueblo de la amenaza del Covid-19. Además, y muy importante, Cuba siempre por solidaridad histórica, colaborará para paliar de la mejor manera los estragos que haga esta pandemia en el mundo capitalista, desgajado de hoy. Y así lo está haciendo.

Basamento ético de la dirección del país, son aquellas palabras de Fidel: “La ciencia, y las producciones de la ciencia deben ocupar algún día el primer lugar de la economía nacional, pero partiendo de los escasos recursos, sobre todo de los recursos energéticos que tenemos en nuestro país, tenemos que desarrollar las producciones de la inteligencia, y ese es nuestro lugar en el mundo, no habrá otro”. Buen homenaje el que dedicamos a Martí, al recordar, aquel junio del 1882, cuando escribía sobre la ciencia. Maestro, a más de 100 años de tus palabras, la juventud cubana de hoy te saluda. Fidel se encargó de que tu pensamiento se hiciera realidad y además que llegara bien lejos. Estudia, lee, crece, piensa, siempre nos enseñó y ahora más que nunca, estamos comprobando que andamos por el camino que nos trazaron, que el trabajo hace al hombre, y que la Patria, puede contar hoy, con una pléyade brillante de hombres de pensamiento, de investigadores y científicos, no solo para orgullo nuestro, sino para bien de toda la humanidad.